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1 ago 2013

¡No me toquen las pensiones!: (V) Estas son mis cuentas

Un lector ha comentado que el dinero y los intereses compuestos de lo pagado por los trabajadores asalariados no llega para atender los pagos de jubilación. Según sus cálculos no llegan ni a la mitad. Veamos los míos que, mutatis mutandis, son los mismos que los de todos.
Podía haberme jubilado a los 65 años, llevaba cotizando a la Seguridad Social casi 40 años, pero decidí seguir trabajando cinco años más. Durante 5 años más, la Seguridad Social no me pagó mi jubilación - si hubiera sido un seguro de vida hubiera tenido que pagarlo. Hagamos algunos cálculos en números redondos suponiendo una jubilación de 2.000 €/mes, que significa que estuve “ingresando” a la Seguridad Social 2.000 € 14(pagas)*5 (años)*2.000 (€) =140.000 (€). Ése era el dinero que tendría que haberme pagad esos 5 años ¡con cargo al capital e intereses acumulados a cuenta de mis pagos mensuales durante toda mi vida laboral!,
Supuesto un 3 % de interés anual ese dinero le produjo a la Seguridad Social 151.090 €. Por tanto, ¡en sólo cinco años!, las Seguridad Social se embolsó 151.090 €. Eso significa que si me muero antes de los 76, la Seguridad Social hace conmigo ¡a cuenta de sólo 5 años no un negocio ¡esférico!
Y si alguien dice que me incrementa mi jubilación en un 3 %, es decir en 60 € mensuales, eso significa que si vivo 5 el mayor pago será de 60 €*14 pagas* 5años = 4.200 €, menos del 3 % de todo lo que ha ahorrado conmigo ¡en sólo 5 años!
A todo este capital, el no ha pagado  hay que sumarle todos los intereses del capital pagado por mí durante los casi 40 años de mi vida laboral con su beneficio del 3 %.
También hay que añadirle a esa “bolsa social” el capital e intereses de todos los compañeros que murieron antes de cumplir los 70 años ¡son millones!, que son un ingreso neto para el colectivo de jubilados. Aunque le descuenten los gastos de administración,  son mínimos; y si son máximos ¿qué culpa tengo yo de que sean malos gestores?
Hasta ahora esto es sólo en términos de rabioso capitalismo. El art. 1.1,CE78 dice, aunque sea mentira es un compromiso: “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. Un estado social no es una compañía de seguros. La riqueza que crea el trabajo no se nos pagó en los salarios. El art. 38,CE78 dice: “Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado. Los poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio y la defensa de la productividad, de acuerdo con las exigencias de la economía general y, en su caso, de la planificación” y el capital nos considera como frutas y verduras perecederas y nos rebaja el salario.
Un Estado social exige un mecanismo de compensación de la licencia para el abuso, que está en el art.31,CE78: “1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”.
También sabemos que es mentira- no sólo por las actuaciones de Bárcenas, Fabra, Camps y demás “hermanos mártires en la corrupción” -  sino porque el Gobierno fomenta  la “ilegal” evasión fiscal, con amnistías disfrazadas que no engañan a nadie y el impago “legal” de los impuestos a través de las SICAV, con lo que dicha progresividad no es que sea un desiderátum sino que es una premeditada falsedad porque los más ricos pagan menos que los más pobres.
Añadamos a eso los “pufos” a la Seguridad Social de las empresas - un Vicepresidente de la CEOE dijo: “yo no pago a la Seguridad Social ¡y a mucha honra!, como todos (los hijos de puta, claro)” y ahí sigue representando “con digna propiedad” a sus congéneres. La Fiscalía no reclama nada ¿no es ese mi dinero?; tampoco los impagos de los clubes de fútbol en sus perpetuas huídas hacia adelante.
El art. 35,CE78: “1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo” y esto es ya puro escarnio: hablar del “derecho a … una remuneración suficiente” cuando hay colegios con comedores de Auxilio Social - como los de Franco - para que los niños coman ¡al menos una vez al día!, tras lo cual vino el inmundo escándalo farisaico de la derecha: ¡malversación de los fondos públicos!, dijo. Malversación son los fondos que ellos hurtan todo lo que pueden ¡dentro o fuera de la ley!, que en eso no ejercen ninguna discriminación.
¿Qué no llega el dinero de la Seguridad Social para pagar los compromisos adquiridos? Que lo saquen de donde estás; de donde no debería estar; de donde no debían haber permitido que se escondiera.
Que hagan lo que quieran pero que  no me vengan con el cuento de que mi pensión me la paga nadie. Que me devuelvan mi dinero, el que pagué capitalizando! ¡y que no me toquen las pensiones!
Estas son mis cuentas.

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