Recuerdo la mala voluntad del Sr.
Rajoy porque el Presidente del Gobierno no declaró derrotado el Plan Ibarretxe
sino, sólo rechazado su plan. Con patriotero nacionalismo dijo:”Mi discurso
sirve para siempre, porque yo creo en España y pienso en España como la inmensa
mayoría de los españoles”. Copió así el discurso nacionalista del Sr. Ibarretxe:
“Mi discurso sirve para siempre, porque yo creo en Euskalherría y pienso en Euskalherría
como la inmensa mayoría de los vascos y de las vascas”. ¡Dios mío!, ¡estos
nacionalistas, qué aburridos son! En su reciente alegato sobre el caso Bárcenas
el Sr. Rajoy también ha copiado el de Mr. Nixon. Parece que lo propio del Sr
Rajoy, incapaz de crear nada propio, es copiar discursos ajenos.
La actitud del Sr. Rajoy le dio
al Sr. Ibarretxe un triunfo. No aceptaron su Plan y adelantó las elecciones.
Hoy el Sr. Más vio que no podía acabar su mandato, apenas empezado, y convocó
nuevas elecciones para lograr un respaldo que no tenía. ¿Perdió ganando o ganó
perdiendo?
La situación del Sr. Más es más
débil que la del Sr. Ibarretxe en 1968.
Primero: pretende
exigir que él, representando a una mínima parte de ciudadanos catalanes, tenga
derecho a obligar a los demás a hacer lo que él quiere.
Segundo: repite,
cada vez menos, lo del “ámbito catalán de decisión”, pero
subrepticiamente quiere cambiar las normas fuera del ámbito catalán de decisión.
Tercero: amenaza
con un referéndum, del que ya no habla, pudiendo organizar una consulta legal
no referendataria dentro de la ley sin necesidad de montar una bronca.
Cuarto: claro que
al tener menos diputados en el Parlamento en las segundas elecciones tiene la
salida de “no puedo hacer más porque me habéis apoyado menos”.
Quinto: ¿vendrá al
Parlamento español o ni siquiera tendrá el arrojo del Sr. Ibarretxe?
Sexto: ¿reivindicará “privilegios históricos medievales” y
“diferenciales pre-democráticos” o reivindicará el fin de esta
pseudo-democracia, exigiendo unas cortes constituyentes que redacten una
constitución donde sea verdad lo que dice el art. 1.2,CE78: “la soberanía
reside en el pueblo de donde emanan todos los poderes del estado INCLUIDO EL
JEFE DEL ESTADO QUE SSERÁ ELEGIDO DIRECTAMENTE POR LOS CIUDADANOS”.
Séptimo: El Sr. Más se parece demasiado al Sr. Rajoy
(incluso en la atribución de las responsabilidades por la corrupción); rehuye
toda discusión, algo característico de quien sabe que no tiene razón. El Sr.
Ibarretxe sí creía que tenía razón (en mi opinión no la tenía) y por eso
defendió sus razones ante un parlamento pseudo-democrático, basado en una
constitución que es un cúmulo de privilegios extemporáneos medievales heredados
unos de una dictadura, reinventados otros, queriendo inventar más; algo impresentable.
Pero la
posición del Sr. Más podría ser más fuerte.
Podría venir al mismo Parlamento
pseudo-democrático de la Nación, española, por supuesto, con el respaldo de su
Parlamento pseudo-democrático de la Nación, catalana, por supuesto, y pedirle
al primero que se hicieran el hara-kiri para, en su consecuencia, tener
que hacérselo todos los demás:
PRIMERO: Tiene a su
favor el precedente del anterior hara-kiri que se hizo a petición de Suárez y
una gran ventaja: en vez de tener enfrente un búnker respaldado por un ejército
golpista tendría detrás a todos los españoles ansiosos de recuperar la
democracia y de cortar, ¡al fin!, con los restos vergonzantes del franquismo.
SEGUNDO: Tiene a su
favor el recuerdo que dejó el primer presidente de la I Republica Democrática
que hubo en España, un catalán de grata memoria Pi y Margall, aunque
naturalmente acabara con ella otro golpe de Estado de otro Generalote, Martínez
Campos, para poner a otro Borbón después de que el pueblo los había puesto en
la calle.
¿Tendrá el Sr. Mas el necesario
sentido democrático, el sentido político y el sentido de la oportunidad de
defender la “igualdad de derechos en toda España” y exigir un cambio
constitucional para establecer una “república democrática” acabando con el
bodrio actual?
Tendría detrás a
todos los españoles demócratas ¡somos mayoría!. Pero me temo que el Sr. Más no
está a la altura del Sr. Pi y Margall. Al Sr. Más la democracia y la república
le traen sin cuidado; a él lo que le gusta son los privilegios. "Pobre españa, sin ventura / Todos te deben llorar /
Despoblada de alegría /Para nunca en ti tornar" decía el Cancionero
de Palacio.
Han pasado más de cinco siglos y
seguimos igual.
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