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10 ago 2013

Credibilidad (10): Zarzuela, esperpento, astracanada ¿o qué?

Sin la menor duda todos los españoles esperábamos otra cosa de la comparecencia del Sr. Rajoy en el Senado - a petición propia, claro está - sin que en su comparecencia hubiera tenido la más mínima influencia ni el estado de estupefacción  generado en todo el país al ver su perpetuo silencio, ni las continuas amenazas de que si no se presentaba por las buenas se produciría una forzada comparecencia mediante una moción de censura, ni, mucho menos, la situación en evidencia en que quedó tras la pregunta del periodista rumano.
El comienzo, por tanto, no pudo ser una falsedad más completa que la de decir: yo me presento porque quiero y no porque nadie me estén presionando desde la cárcel con sus sucesivas informaciones.
A la falsedad le siguió el truco, propio de una buena puesta en escena, de insistir que en sólo hablaría de economía, distrayendo así la atención de sus interlocutores, para luego citar a Bárcenas nada menos que 17 veces lo cual fue considerado por sus adeptos como un acto de valentía ¡se ha atrevido a pronunciar la palabra impronunciable!; menuda categoría de Presidente que tenemos!
En una zarzuela de Barbieri, “El barberillo de Lavapiés”, se cuenta un asunto de complots en la época de Carlos IV. Fue aquel un reinado que acabó de modo estúpido. Su hijo le montó un complot y, su padre le perdonó cuando le demostró la clase de mala persona que era denunciando a sus compinches. Finalmente su hijo, agradecido, le obligaría a abdicar nombrándose Fernando VII. Luego Napoleón le obligaría a abdicar a él en su padre, cosa que hizo con la gallardía que cabía esperar de semejante borbonazo. Pero es que su padre, palo del que nació semejante astilla,  abdicó acto seguido en el propio Napoleón que - fue su mejor decisión, aunque entonces no lo entendimos así - decidió nombrar rey a su hermano que había sido rey en Nápoles, donde lo había hecho bien durante dos años; por supuesto, mucho mejor que esta pareja de borbones impresentables.
                En un momento dado encarcelan al Barberillo que luego, cuando lo sueltan explica así lo que pasó a su clientela: Por salvar ... yo no sé cómo / De un peligro … a no sé quién / En la cárcel … no sé cuál / Me han metido … a no sé qué / Más de cien declaraciones / Me han tomado sin cesar  / Y yo he respondido a todos / De este modo singular / .- Yo nada vi / .- Yo nada hablé /.- Yo nada oí / .- Yo nada sé / Yo ni escribí / ni conspiré / ¿Qué hago yo aquí? / ¿Cuando me iré? /  Creo que hay … yo no se donde / un complot … yo no se cual / para hacer … no  se qué cosa / que es preciso averiguar / Y los jueces y escribanos / esperaban que iba yo / a aclarar de ese misterio / toda la complicación / Mas como allí / yo nada oí / ni nada vi / ni nada se / tan listo fui / que hoy escuché / - Que hace usté aquí  /váyase usté.
                Díganme Vds. si esto, mutatis mutandis, no les provoca una inmediata asociación con el espectáculo que montaron el Sr. Rajoy en el Senado y el Sr. Bárcenas en la cárcel.
                Claro que se podría considerar que todo lo que ocurrió en el Senado podía haber sido también escrito por Valle Inclán porque el espectáculo fue bastante esperpéntico.
                De todos modos no hay que descartar su calificación como una astracanada típica de Pedro Muñoz Seca. En el Senado asistimos, en realidad a una teatralización de la realidad, donde más que el retruécano se recurrió a otra figura retórica, una especie de anáfora. Esta figura retórica consiste en la repetición de una palabra o conjunto de palabras al principio de una frase, que en el caso del Sr. Rajoy lo hace al final de la frase “fin de la cita”, por la que, sin duda,  pasará a la historia del ingenio sutil.
                Si el asunto hubiera estado trufado de líos de faldas hubiéramos podido considerar que la representación era un juego cómico de Lope de Vega, pero la calidad del texto de cada uno de los intervinientes no permite esta comparación y la calidad de los actores también fue bastante penosa.
                De todos modos, no se precipiten a silbar. Parece que se está preparando una segunda edición y que se estrenará en la próxima temporada a la vuelta del verano. Por increíble que les haya parecido lo que han visto, lo que les queda por ver lo será más.

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