Test Footer


30 oct 2018

Cuanto vale la honra de los españoles


No se daba la disyuntiva de Méndez Nuñez: elegir entre barcos y honra. Ser decente tiene un precio: rechazar el soborno y el chantaje. Todos amamos la LIBERTAD, sobre todo si nos falta; amamos la IGUALDAD ante la ley, sobre todo si tampoco la tenemos; pero la FRATERNIDAD, que en lenguaje actual se llama solidaridad nadie nos la puede robar. Mil y una ONG lo prueban; miles de propuestas de avaaz o change.org reciben nuestra firma y, a veces, nuestra solidaridad repite la multiplicación de los panes y los peces.
Esa dictadura monárquica nos chantajeó. El Gobierno del PSOE cedió por falta de reflexión y quedó en entredicho la “honra de los españoles”. Pudo pensar que los 1.800 millones que garantizan 4 años de trabajo en Cádiz entre 40 millones de españoles son 45 € per capita. Menos de 4 €/mes en un año; menos de 1 €/mes en esos 4 años; menos de un café/mes; menos de 0,05 €/día. ¿Tan poco vale la “honra de los españoles”? Además, los barcos serían nuestros y, si fueran pacíficos, mejorarían el bienestar de todos y no “asesinarían legalmente a inocentes”, que eso es la guerra.
Se puede perdonar el error al Gobierno si no entrega las corbetas y propone a la UE que cada Parlamento suspenda el envió de armas a esa dictadura monárquica y reconvierta la producción de esos envíos mortales en algo pacífico, repartiendo su coste entre todos a un coste inferior de 0,05 €/día per capita. ¿Tan poco vale la honra de la UE?
El Parlamento de la UE debe aprobar esa petición y pedir su ratificación a cada Parlamento nacional, a cada uno regional, a cada Ayuntamiento. Eso aumentaría nuestra autoestima personal al vernos solidarios ante nosotros y ante nuestras presuntas víctimas.  Es necesario frenar esa insolidaridad nacionalista que florece sólo por falta de reflexión. Estas votaciones permitirían ver como en todos los ayuntamientos, los parlamentos regionales y los nacionales hubo unánime solidaridad de nuestros representantes; ver que “sí nos representan”. Vernos todos decentes une.
Por todo ello te pido que te sumes a esta proposición que he presentado en avaaz.

7 oct 2018

Cortar de un tajo el nudo fascista


La falta de reacción de los sindicatos y asociaciones de la policía y de sus miembros a título individual y de sus autoridades ante esta invitación a un torturador da pie a una sospecha nunca desvanecida a lo largo de estos 43 años de herencia del juramento de Juan Carlos I.
La invitación revela aprecio por el "trabajo" hecho por un agente de los cuerpos y fuerzas de seguridad de la dictadura franquista que lo siguió siendo sin solución de continuidad, como lo es la misma Jefatura del Estado, con la dictadura monárquica vigente. Agradecimiento por un extenso curriculum jurando cumplir y hacer cumplir las leyes fascistas; es el mismo que juró Juan Carlos. Por eso bajo la dictadura monárquica el torturador siguió recibiendo premios, distinciones, homenajes, etc., de sus más altas autoridades que no le regatearon elogios.
La judicatura continuó impartiendo la justicia que impartiera bajo las leyes fascistas de la dictadura militar y de la actual monárquica sin solución de continuidad mutatits mutandis. Pero mudó poco; el Tribunal de Justicia de la Unión Europea está al quite cuando las sentencias del TS y el TC atropellan los derechos humanos; el caso más sonado fue el de la aplicación de la doctrina Parot con retroactividad, pero hay más; y más están al caer: ¡todo atado y bien atado!
El TS sentenció que "las distinciones y recompensas constituyen una manifestación de la actividad administrativa de fomento, ya que van dirigidas a estimular comportamientos que se estiman beneficiosos para los intereses generales". Ante la confusa redacción de la Ley de Medallas, el TS no decidió a favor de las víctimas de los atropellos de los derechos humanos sino de los victimarios. Dijo que era preferente declarar "a favor del carácter pensionado de la condecoración que a lo contrario, puesto que lo primero supone adicionar el estímulo económico al inicial acicate que comporta toda mención honorífica". Lo contrario solo hubiera estimulado el respeto de los derechos humanos. ¡Vaya tontería!
Así se cumplía el lema: “todo está atado y bien atado”. Algunos se preguntan: ¿cuántos y quienes tienen esas medallas por atropellar los derechos humanos, ente ellos la igualdad de todos los españoles ante la ley que no se cumple en España fruto de aquella herencia fascista? Da igual; lo grave es que haya una Jefatura del Estado hereditaria que también está pensionada.
La invitación no fue un acto individual ni irreflexivo. Atribuirle reflexión a los policías y a los militares por lo irremediable de sus actos es obligado. La mera hipótesis de que no lo sean preocuparse aún más. La ausencia de una sola voz en contra entre los colegas del invitante y del invitado me recuerda la paella con la que el teniente coronel Antonio Tejero Díez celebró en el acuartelamiento de Valdemoro el 23-F, a la que invitó a su padre, el famoso teniente coronel que pistola en mano, ordenara a los diputados “se sienten, ¡coño!”, y a otros golpistas de 1981. ¿Por qué no? Ojalá hubiera invitado a los verdaderos autores que siguen sin ser enjuiciados.
Se mire por donde se mire, menos por el lado de la manifestación del aprecio y alabanza de una actuación como torturador uno, como golpista el otro, es un mero acto de coherencia, aunque revelador. Nadie en todo el acto se levantó y lo abandono, aunque fuera en muda y discreta repulsa a título individual ante la presencia del invitado. Como el valor se les supone, se trató de un acto consciente y con pleno conocimiento de que provocaría una repulsa general que nace de la más íntimo y elemental ética que tiene cualquier español decente, que somos la mayoría. Ese desprecio a la mayoría por parte de la policía es significativo. ¿O somos minoría?
La noticia añade: "Una vez constatado que la presencia de González Pacheco respondía a una invitación del jefe de la comisaría, José Manuel Mariscal de Gante, la Jefatura superior de Policía de Madrid ha decidido incoarle un expediente disciplinario para depurar las responsabilidades que correspondan". ¿Puro humo? Quizá. El Ministerio del Interior lleva tres meses esperando un informe sobre la posibilidad de privar de sus medallas a este torturador.
Pero si las ganó legalmente cumpliendo y haciendo cumplir las leyes fascistas y le quitan las medallas tendrán que quitarle la Jefatura del Estado al hijo de quien también juro cumplir y hacer cumplir las leyes fascistas. ¿O en eso tampoco somos todos iguales ante la ley? 
No habrá solución si no se corta claramente con el fascismo. Ése es el único bautismo que nos perdonará ese pecado original de esta dictadura monárquica fascista. Nuestra disculpa es que no había opción y que creímos que era un paso para recuperar la democracia. Se nos engañó una vez más. Lo que se quería era recuperar la corrupta dinastía borbónica de Alfonso XIII; un delincuente condenado en rebeldía por traidor a la patria; alguien que le dijo a Franco que él era el primer fascista; que mandó a su hijo Juan, padre del primer rey fascista y abuelo del segundo a asesinar demócratas junto a los nazis y fascistas. ¡Borbones como Fernando VII!
Quitar sólo las medallas al torturado es como “darle la patada al gato”. “Todo lo atado seguirá atado y bien atado”. Todos los españoles seguiremos “desiguales ante la ley” diga lo que diga el art. 14, una parte más de la gran farsa de esta constitución de 1978.
Hay que cortar de un tajo este nudo fascista de una democracia que no existe, como hizo Alejandro con aquel nudo que no se podía desatar. Es un fraude que alaban todos los corruptos, los no demócratas y la gente a la que han engañado de buena fe. La solución de continuidad con el fascismo exige una república democrática y todo se resolverá. En Alemania e Italia nadie reivindica su derecho a las medallas pensionadas nazis o fascistas; a ningún hijo de un rey fascista podría ser jefe del Estado heredero del fascismo. Eso sólo se tolera aquí.
En el “quadragesimo anno” de la farsa de la CE78 las autoridades tienen preparada la fiesta para celebrar el éxito del fraude. Se alabarán los unos a los otros y se darán medallas. En esa fiesta no estará el torturador. Tampoco ningún juez invitó a sus fiestas a los verdugos que ejecutaban su sentencia de asesinato “legal”. No se juntan con quienes hacen su trabajo sucio.
Mientras, sus colegas seguirán aplicando la ley mordaza con la que el PP recuperó la ley de vagos y maleantes del fascismo más duro, mutatis mutandis. Con ella, “los de siempre” nos privarán, ¿legalmente?, de los derechos fundamentales más elementales; ¡como en los buenos tiempos!, algo odioso, aunque rejuvenezca.
¿Por qué no iban a hacerlo? Son funcionarios, pero colegas de quienes, sin solución de continuidad aplicaban las leyes fascistas vigentes. Y están aforados ¿para más INRI? ¡Qué va!; se trata de cumplir la orden: “todo esté atado y bien atado”; es decir, ¡todo como dios manda!
¡Pensar que esa frase nos hizo reír! ¡Qué jóvenes ilusos y cándidos éramos y aún somos!