Hay personas que se sabe lo que dicen porque lo dicen. Otras personas -
ellos sabrán por qué - hay que interpretar qué dicen porque nunca dicen claramente
lo que dicen.
Comentando esto con un amigo mío que es psicólogo me dijo: eso es lo
característico de las personas que tienen poca confianza en sí mismos. Tienen
miedo de equivocarse y no soportan tener que reconocer su error.
Por eso todo lo que dice siempre puede ser interpretado de otro modo,
- aunque sea evidente que no era eso lo que se quería decir - para tener
siempre una “vía de escape”.
Pensé entonces en Rajoy y en lo que dijo: “no he venido a la política para enriquecerme, porque tengo profesión”. Los mensajes que hay en tan breve texto son infinitos:
1.- La gente que no tiene profesión se mete
en política para enriquecerse. Aclaremos:
a.- ¿se refiere
sólo a una profesión universitaria?
b.- ¿incluye
ahí también a los que tienen un oficio laboral?
c.- ¿acaso
tener una profesión u oficio permite enriquecerse?
d.- acaso muchos que tenían profesión u oficio no se han
enriquecido con la política?
e.-- luego
tener profesión u oficio no es garantía de no entrar a la política para
enriquecerse,
f.- con lo cual la garantía que nos ofrece
no constituye ninguna garantía ¡y el lo sabe!
2.- Eso dicen los partidarios de la monarquía:
el rey es rico y nunca robará para serlo más
a.- pero es una
realidad que no se sabe de ningún rey que se haya empobrecido,
b.- pero si se
sabe de que todos se han enriquecido mucho desde que les nombraron reyes,
c.- y también
de que son muchos donde se enriquecieron ellos y también sus familiares,
d.- y que otro
tanto cabe decir de quienes se enriquecieron con contratos públicos,
e.- con lo cual la garantía que nos ofrece
no constituye ninguna garantía ¡y el lo sabe!
¿Que cabe pensar de una persona
que te ofrece una garantía que no garantiza nada?: Simplemente, que te está
engañando haciéndote creer que te ofrece una garantía cuando la realidad es que
no te ofrece nada. Así de sencillo. O que está distrayendo tu atención.
Porque no se discutía en el Senado si el Sr. Rajoy había ido a la
política a enriquecerse, sino que iba para explicar cómo había permitido enriquecerse
al Sr. Bárcenas, como había permitido que evadiera impuestos, como había
permitido que sus colegas - ¿ellos sí habían ido a enriquecerse? - cobraban
dobles y triples sueldos mientras él - como tenía una profesión y no había ido
a enriquecerse - se conformaba con un solo sueldo. ¿O no fue así?
El Sr. Rajoy no explicó nada de por qué todo lo que tenía que haber controlado,
¿es o no el Presidente?, no lo controló y dio la disculpa de un niño de
primaria: me engañaron.
Al niño de primaria se le hace ver la responsabilidad que tiene uno
cuando se deja engañar. Porque es un niño de primaria, se espera que aprenda la
lección. Pero se le dice que cuando sea mayor no vale la disculpa “me engañaron”.
En todo puesto de trabajo se incumple con su obligación de no dejarse engañar y, si a
uno le engañan la única opción es dimitir.
Cuando uno llega a la
Presidencia del Gobierno y declara que día tras día, semana tras semana, mes
tras mes, año tras año el tesorero de su partido le ha estado engañando sin que
se diera cuenta, no puede dar la disculpa de un niño de primaria; y si la da,
hay una razón más para no aceptarse: que se está por tanto como un niño de
primaria, demostrando así no estar capacitado - ser Presidente exige no dejarse
engañar - y habrá que iniciar una investigación a fondo - que por supuesto él
no ha iniciado - para averiguar cuantos más “le han engañado” - ¿cómo está
seguro de que fue sólo el Sr. Bárcenas? - porque es increíble que sólo hubiera
un “engañador”, el Sr. Bárcenas, y sólo un “engañado” el Sr. Rajoy.
Declarar: “no soy culpable y no
pienso dimitir” es una decisión, no un argumento. Se la oímos al Sr. Matas, al
Sr. Bárcenas, y a otros colegas del PP. Muchos de sus colegas que dijeron lo
mismo han tenido que dimitir; algunos están enjuiciados, otros, están en la
cárcel.
Sr. Rajoy. Vd. elige a sus amigos
y a sus colaboradores. Vd. es responsable: ¡dimita con orgullo! La única alternativa
que nos deja es echarle. Muchos más deberían hacer lo mismo.
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