Este manual
del ciudadano, incluido el periodista, que cree que vive en una democracia y del
funcionario, en particular de las FCSE, sobre todo a sus miembros que no saben
que están al servicio del ciudadano, que deben de proteger el ejercicio de sus
derechos constitucionales, incluso mientras dure esta etapa post-dictatorial y
pre-democrática hasta que, acabada la Transición,
recuperemos la Democracia robada, sobre
todo, a los Diputados y Senadores que con esa CE78 nos siguen hurtando a los
ciudadanos la oportunidad de modificar la Constitución para substituirla por
una democrática
Este manual
busca robustecer un sentimiento que, por ser innato, tiene todo ser humano (mujer
o varón); es su esencia: ser un hombre (mujer y varón) libre. Cervantes, por
boca de D. Quijote decía:
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos
dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los
tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como
por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el
cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres
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Este
sentimiento de libertad que, por conseguirla o por impedir que nos la arrebaten,
nos lleva a estar dispuestos a arriesgar la vida – el bien máximo de nuestra
existencia - lleva anejo el sentimiento democrático de igualdad: rechaza que nadie
sea “superior” o “diferente” y que, por ello, es nuestro dueño o tiene dominio
sobre nuestra libertad, más allá de un compromiso libremente pactado.
La historia
de la humanidad muestra que esta realidad ha sido y sigue siendo atropellada
con toda impunidad. También revela cómo se justifica ese atropello con toda
clase de irreales explicaciones que aunque ofenden a la razón la aceptan miles
de millones de personas. Así consiguen la esclavitud de muchas más, porque
ellas también están incluidas entre los esclavos de su propia irracionalidad.
Las
reflexiones que siguen debieran incluirse en la asignatura de “Educación para
la Ciudadanía”, o, mejor dicho “Educación para la Libertad Democrática” que
sólo si existe existen ciudadanos; en su ausencia, sólo hay súbditos. Explicablemente
el Partido Popular la ha eliminado del curriculum
de la educación obligatoria a todos los españoles y ha sido substituida por el
adoctrinamiento en mandatos de extraterrestres.
Un pueblo sin educación es un más susceptible
de ser manipulado por cualquier demagogo. El Partido Popular no ignora esta
realidad: la explicación a su comportamiento permite suponer que ésa es la
razón que lo motiva: volver a atropellar la libertad amenazándolo en esta
tierra con el pecado convertido en delito y en el otro mundo - el que ellos
inventan - convertido el delito en pecado.
El demagogo
es un ser intrínsecamente inmoral. Se dedica a repetir mentiras desde la
situación dominante de poder en que está para convertirlas en verdades. Por eso
su primer objetivo es hacerse con todos los medios de comunicación posibles,
sean civiles o religiosos. Es la doctrina de Goebbels, aquel Ministro de
Propaganda del régimen nazi, condensada en la frase: “no hay mentira que
repetida un suficiente número de veces no acabe convirtiéndose en verdad”.
Halagar las
bajas pasiones encuentra eco en las personas menos educadas, de ahí el atropello que para el derecho a la
educación de los más necesitados significa eliminar la asignatura de “Educación
para la Libertad”. Encender en espíritus pacíficos el ánimo victimista permite
convertir en enemigo al que antes era un amable y simpático vecino, y en
inferior al que siempre había sido nuestro igual.
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