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4 may 2013

¡Que se los lleven!

Hace 205 años el pueblo de Madrid cometió un error que pagó cruelmente toda España por dos centurias y ya ha empezado a pagarlo en la tercera: haber luchado para que un Borbón fuera su rey. Por suerte, nunca más lo ha vuelto a hacer. A finales de 1807 Fernando, hijo de Carlos IV, encabezó la “Conjura de El Escorial” para echar a su padre. Descubierto, logró su perdón delatando a sus cómplices. Se le llamó “el rey felón”. El 17.03.1808 triunfó al segundo intento, el “Motín de Aranjuez”. Luego entró en Madrid, como Fernando VII, donde estaban las tropas de Murat, camino del reino de Portugal, para invadirlo y repartírselo según acordaran en Fonteneblau su padre y Napoleón. Invitados por éste, fueron a Bayona padres e hijo, pero por separado. Allí, Fernando VII, a petición de Napoleón, que no le reconoció como rey legítimo, abdicó en su padre. Éste, a su vez, abdicó en Napoleón, el cual, 05.05.1808, nombró a su hermano, José I, rey de España. Días antes, 02.025.1808, las tropas de Murat se preparaban a acompañar a Bayona a los hijos del rey que ya no era rey. Al grito de José Blas de Molina “¡Que nos los llevan!”, se organiza un episodio de histeria entre los madrileños ante el palacio real e intentan asaltarlo. Murat, como todos los que tienen el poder, provoca a la multitud agrediéndola, en vez de dialogar con ella. Consigue que reaccione al maltrato y obtiene así, ¡como hacen siempre!, su “coartada” para reprimir al pacífico manifestante en “defensa del Orden Público”. La matanza sigue a la provocación y termina en los famosos fusilamientos que Goya inmortalizaría. ¿Se imagina Vd. que hoy se repitiera la situación? No, no hace falta imaginársela. Ya se repitió en 1931 y el pueblo, también congregado en la plaza, sin provocación alguna hizo lo sensato. Acababan de celebrarse las elecciones municipales del 12.04.1931. Al saber que triunfaran las candidaturas republicanas en las principales ciudades, el rey Alfonso XIII dice que se marcha. Con el delirio de grandeza propio de quien sabe que le falta legitimidad [Franco decía que él “sólo era deudor ante Dios y la historia”] declara: “No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa”. En su delirio no se había enterado de que el pueblo, que es el que escribe la historia, le había pedido esa cuenta y la acababa de saldar rigurosamente. Al día siguiente, 14.04.1931, se proclama la República. “El rey conejo” huye abandonando a su mujer y a sus hijos, los infantes. Nadie en el pueblo movió un dedo porque se llevaran a los infantes. ¿Dónde mejor que fuera de España, al lado de su padre? El poder republicano se cuidó de ellos y eso hizo los llevó al lado con su padre, al reino de Italia con los fascistas. Cuando vuelva a pasar, que pasará, la reacción del pueblo será la misma: ¡a ver si no vuelven! Nadie celebra hoy aquel aniversario del 2 de mayo en Madrid que nos hubiera dejado - con plena legalidad - un rey, José I, mucho más decente que Fernando VII. A Juan Carlos I de Franco, como a José I, los nombró un General golpista. Pero no agraviaré a Napoleón comparándole con Franco. El nombramiento de José I fue legal. Los reyes españoles habían abdicado. El nombramiento de Franco fue ilegal. Dio un Golpe de Estado contra el poder republicano legítimo. Ocasionó una guerra de 3 años, un puro genocidio, que remató en los 40 años que le siguieron. Y, de paso, se sacó de la manga el inventó de un reino y un rey. El 2 de mayo lo celebran los que siempre se “canapean” en nombre del pueblo, o sea, a costa del pueblo, mientras se regalan medallitas en público, que en privado no se regalan medallas. Una para el pobre de Iker Casillas, víctima de la manipulación: le da el toque popular. A nadie en toda España, salvo al HOLA, le importan nada las infantas: la mujer de Urdangarín y su hermana. Las hijas de Felipe, hijo del rey franquista, y de Letizia, la periodista de TVE, no son infantas. Su título es más falso que el de su abuelo. Su padre no es rey; sólo un pretendiente a un reino franquista ilegítimo. Y por ganas que tenga y logre serlo, que no le quepa duda: recuperaremos la legitimidad democrática. Espero vivir el día en que Juan Carlos I, o Felipe VI de Franco, hagan como Alfonso XIII. El día en que no se repita la historia del regreso de los Borbones, siempre con un General dando un golpe de Estado con el apoyo de la iglesia católica y contra la voluntad republicana del pueblo, sino la del regreso de la República y la democracia. Muchos millones lo merecemos.

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