Ojo, ojo, ojo

Estoy prestando atención al significado de las palabras por una sola razón. Ellas son los vehículos de los conceptos que nos transmitimos por lo que debe de quedar claro que concepto cabe atribuir a cada palabra o, de lo contrario, todas perderán el sentido.
Recuerdo un comic de mi infancia de la pequeña lulú, en la que ella y su contraparte, un chico que no recuerdo como se llamaba decidían jugar al juego de repetir una palabra sin parar hasta que perdiera su sentido. Uno elige decir OJO, OJO, OJO y la otra PIE, PIE, PIE y se pasan hojas y hojas del comic revocándose por el suelo de risa. En aquella época no lo entendí, tendría siete u ocho años. Ahora lo recuerdo al oír hablar a estos políticos que estamos sufriendo .
Porque eso es lo que pretenden los estafadores que, además, son unos cobardes. No se atreven a decir la verdad. Por eso es fácil identificar a un gobierno que pretende engañarte. En el momento en el que empieza a llamar a las cosas con otro nombre, está intentado engañarte. Veamos algunos ejemplos:
Franco no admitía la discrepancia a la que llamaba desacuerdo de pareceres a su dictadura nacional-católica-fascista la llamaba democracia orgánica,  productores a los trabajadores, sindicato al montaje gubernamental, oficial y único y así todo. FRANCO ERA UN AFICIONADO
La Srª Cospedal, entre balbuceos bochornosos llamó a la cancelación del contrato con el Sr. Bárcenas finiquito diferido que luego era simulado  pero sin dejar lo que era: otro fraude.
Pese al estruendoso rechazo que motivó la burla de la cancelación del contrato y pago en diferido el Sr. Montoro insiste. Incapaz de reconocer la realidad, que no van a cumplir con lo prometido de bajar el IVA en 2014, ha dicho que el compromiso se mantiene pero en diferido.
Naturalmente, cuando repitió varias veces, no va a haber subida de impuestos en España, el mismo que, tras llevar esa propuesta en su programa electoral subieron el IVA, al que había denominado “gravamen complementario” y el IRPF, al que habían llamado “recargo temporal de solidaridad” está claro que eso significa: “no lo duden, seguiremos subiendo los impuestos en España”.
De hecho acabó reconociendo que subirían algunos impuestos pero sin decirlo, y en lo que era una ostentación de cobardía a través  del lenguaje, le llamó “novedad tributaria”
Pero para no reconocer que todas sus previsiones con las que nos las prometían muy felices se han ido todas al garete, en lugar de reconocerlo paladinamente, la vicepresidenta, Srª Sáez de Santamaría, “otra que tal baila”, dijo que se trataba “ de reordenar las cifras del cuadro macroeconómico".
Asimismo, en vez de decir que los contratos públicos no se ajustarán a la subida de los precios han dicho que van a promulgar una ley de desindexación de la economía”, volviendo a balbucear porque hasta la lengua se negaba a ser cómplice de este nuevo engaño.
El contagio de esta forma cobarde de mentir ha llegado más allá de nuestras fronteras. El Banco Central Europeo han denominado a la bajada de sueldos “devaluación competitiva de salarios". Se trata de una flor más de estos “jardineros del jardín de la falsedad” que es como yo, contagiado por ellos, les llamo cuanto antes hubiera dicho simplemente que eran unos cerdos mentirosos y unos bellacos bastardos.
Y eso es lo que más me molesta; que me estoy olvidando de llamar a las cosas por su nombre, según recomendaba Gonzalo de Berceo: “Quiero fer una prosa en román paladino, en cual suele el pueblo fablar con so vezino; ca non so tan letrado por fer otro latino”.
Estos tampoco son latinos, ahora sí, ladinos más que ninguno de los que los reyes católicos expulsaron. 
Lo dicho, Franco era un aprendiz al lado de sus herederos

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