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28 may 2013

La solución a la crisis (IX) Otros beneficios colaterales

                Los beneficios que se deducirían de una reducción de la jornada laboral a 24 h/semana son muchos más de los que hemos considerado hasta ahora tanto en lo que hace a los beneficios meramente económicos como a los beneficios sociales.
                La reducción a 24 h/semana permite hacer dos tipos de combinaciones: 6 h/día durante 4 días a la semana o tres días de 8 horas/día durante 3 días a la semana. En principio creemos que la jornada de 6 h/semana durante cuatro días /semana.
                Una jornada de 6 h/día permite realizar una jornada de mañana o una jornada de tarde. Eso permite reducir a dos viajes diarios los que necesita un trabajador para ir y volver a y de su trabajo en lugar de cuatro viajes diarios. El resultado es reducir al 50 % los gastos por transporte.
Esto significa un beneficio por la reducción del consumo energético, algo de gran importancia en la balanza de pagos porque somos un país deficitario en recursos energéticos. Inmediatamente ligado a esta reducción del consumo de productos energéticos significa una reducción en la producción de CO2 y de su NOx lo que tiene consecuencias beneficiosas a nivel global, en la capa de ozono, pero también a nivel más doméstico, p. ej. en Madrid, donde pese a que la Alcaldesa, Srª Botella, sigue sin ver la boina que cubre la capital, esa boina la ven hasta desde Bruselas.
Otro de los beneficios de esta reducción  6h/día*4 días/semana es el del ahorro del tiempo de cada trabajador, al reducir el tiempo de trabajo “in itinere” al 50 %. Ligada a esta reducción se encuentra el aumento del tiempo libre de cada trabajador para dedicarlo a la formación o al ocio o a las relaciones sociales y familiares o a las actividades solidarias a través de ONG. Quizá de todos estos  beneficios el que pueda tener mayor trascendencia sería el del incremento a la dedicación familiar.
La mayoría de los trabajos actuales sobre sociología, sobre todo referida a las grandes ciudades, destaca que la situación de explotación de los trabajadores que impide una relación normal paterno-filial es causa del desvío en los comportamientos de solidaridad social y de convivencia ordenada surgidos como consecuencia de esta falta de atención familiar precisamente en los períodos juveniles.
Combinando inteligentemente las jornadas laborales de maña y tarde permitirían reducir la duración de las horas punta. Esto, de nuevo, volvería a significar un incremento del tiempo ahorrado por los trabajadores, actualmente malgastado en atascos diarios insoportables, con todas las secuelas de ahorro de combustible, menor contaminación, etc.
Este mayor aumento del ocio permitiría el crecimiento de toda una serie de actividades que hoy reciben muy poca atención. Entre ellas podemos encontrar algunas de carácter intelectual, lectura, teatro, cine, etc., y otras de carácter físico, práctica de deportes tradicionales, futbol, baloncesto, tenis, paseos, ciclismo, etc., que tiene una repercusión en la mente sana pero también en el cuerpo sana.
¿Cuál es la valoración en términos de PIB? Sin duda no es fácil el cálculo, pero sí son posibles diversas estimaciones y cualquiera de ellas arroja una cifra elevadísima que exige ser tenida en cuenta.

2 comentarios:

Respuesta:

> Es demasiado simplista (por ejemplo, en una empresa de software tipo
> Accenture (donde los salarios son casi el 90% de los gastos) esto
> sería la ruina; no se tienen en cuenta los costes unitarios, ni los
> costes marginales/incrementales.
>
> Desde mi punto de vista está basado en una visión económica del
> pasado, donde todo eran fábricas. Habla de I+D, pero luego no tiene
> en cuenta que es una materia de personas, no de máquinas o de grandes
> activos.
>
> El ejemplo es Francia. La ley de las 35 horas lo que ha traído ha
> sido una destrucción de la industria francesa (construir un Renault
> en Francia es más caro que fabricar una Audi en Francia) debido a una
> hiperinflación de los salarios que ha incrementado el precio de los
> servicios hasta el cielo y ha obligado a subir los sueldos de los
> fabricantes.
>
> Lo que hay que hacer es centrarse en la productividad (lo que se
> haga que se haga bien), la educación y la innovación. Y para eso hay
> que empezar con recortar la administración (que no los servicios
> públicos, no; pero sí la burocracia innecesaria y todos los
> enchufados) y hacer un sistema educativo lo más orientado a la
> excelencia y la meritocracia. El resto debería llegar solo.
>
>
> P. D.:
> Por cierto, el texto os pone (a los mayores de 40) como improductivos
> totales..., así nos va.
>

Ciertamente el ejemplo es un ejemplo medio. Hay empresas intensivas en capital, en tecnología y en mano de obra y otras en varios de estos aspectos. Hay empresas con alto riesgo y otras con riesgo mínimo.
El caso de Francia, sin embargo, confirma la tesis. La idea era buena, pero la dosis insuficiente. Bajo presión empresarial los trabajadores aumentaron su productividad - ¡o la empresa cierra! - absorbiendo casi toda la reducción de la jornada laboral. Con una reducción mayor no se hubiera absorbido y hubiera funcionado bien.
Les pasó como al enfermo al que le hacen un buen diagnóstico pero le prescriben una dosis insuficiente: no se cura.
Es incorrcto afirmar que digo que los mayores sean improductivos. Digo que los más jóvenes lo son en nuevas tecnologías, pero los mayores tienen una alta productividad por su experiencia que se pierde si se substituye a unos por otros.
Precisamente al aumentar la plantilla laboral se encuenrtan todos y ambas productividades entran en resonancia produciendo el máximo efecto.

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