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19 may 2013

La solución a la crisis: (IX) Beneficios colaterales

El primer resultado de la reducción de la jornada laboral, como hemos visto en el trabajo previo (VIII), no es una fruslería: 4.439 millones de parados convertidos en trabajadores. El coste es un incremento del 8 % del precio. Ahora bien los descensos de precios que se han producido a lo largo de estos años de crisis como consecuencia de la falta de poder adquisitivo de los ciudadanos ha sido en muchos casos muy superior al 8 %.
Eso quiere decir que las empresas hubieran podido aceptar esa reducción de la jornada laboral y asumir ese incremento del precio del 8 % ¡sin trasladarlo al precio! La situación, desde el punto de vista del precio de venta al público, sería equivalente a lo que se han visto obligadas a hacer el empresario para poder mantener las ventas o que no se le reduzcan demasiado, que ha sido bajar el precio de venta.
Sin embargo la situación sería completamente distinta. En adición a los beneficios ya señalados tendríamos los siguientes beneficios indirectos:
1.- Habría 4.439 millones de personas más comprando cosas todos los días, con lo cual las ventas hubieran aumentado muchísimo y, aun con ese 8 % menos de precio de venta ¡el mismo que tienen ahora!, los beneficios hubieran aumentado en relación a la situación actual.
2.- Habría 4.439 millones de personas que nunca hubieran consumido, en subsidios de paro, muchísimos más miles de millones de pesetas, que se hubieran podido dedicar a la inversión pública en docencia, en sanidad, en políticas sociales, pero también en obras públicas  productoras de riqueza, no en obras faraónicas productoras de corrupción generalizada.
3.- Habría un incremento de ingresos por el IRPF que estarían pagando esos 4.439 millones de personas, porque tendrían trabajo, de los salarios que estarían cobrando y a esa cantidad se añadiría el 20 % del ÏVA de todo lo que estarían comprando, que sería su salario íntegro.
4.- Pero con tres días de fin de semana habría muchas personas que aprovecharían su tiempo viajando por España dinamizando los pueblos cercanos, potenciando la hostelería, con lo que el incremento de la demanda de personal en este sector se mantendría durante todo el año.
5.-Eso permitiría bajar los precios de los hoteles, que estarían abiertos todo el año, dejando de ser estacionales, lo que permitiría aumentar su competencia en el turismo internacional.
6.- Así, con un aumento de ingresos por impuestos sin necesidad de subir su porcentaje, existiría suficiente dinero para rebajar la deuda soberana, y suficiente dinero para prestarlo a las empresas y autónomos que en estos momentos están en situación de colapso financiero.
7.- Por otra parte, el mayor tiempo libre de que dispondrían los ciudadanos podría invertirse en formación adicional de las personas, en atención a sus necesidades familiares, en atención a los hijos, etc.
Es decir, estaríamos entrando en la espiral de desarrollo expansivo abandonando la espiral de la concentración en el agujero negro en el que nos estamos metiendo año tras año, mes tras mes, semana tras semana, día tras día con un empecinamiento propio de la total y absoluta irreflexión en el análisis experimental de la realidad.

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