Leo en la prensa diaria una
noticia de la que se hacen eco todos los periódicos, cada uno en su estilo: Hacienda
ha investigado a la hija menor del rey franquista, la esposa del yerno del rey
franquista imputado por corrupción, cohecho y no se cuantas más lindezas que, dicho
en roman paladino, lo es de quedarse con dinero público con la colaboración de
algunos políticos corruptos que actuaron de autores intermediarios, al parecer.
El informe dice que no ha encontrado fraude alguno en lo que se refiere a los
ingresos por su trabajo - el de la Caixa - y de los ingresos por gastos de
representación de su papá.
La noticia no tiene desperdicio.
Si alguien hace una declaración de Hacienda, se supone que estará bien hecha. Y
si declara unos ingresos y paga por ellos, esos ingresos son los que declara
haber tenido y lo que paga por ellos, sin duda, es lo que debía. Nadie hace una
declaración haciendo mal los cálculos y si la hace los programas informáticos de
Hacienda lo detectan. Por otra parte, lo más probable es que esa declaración de
la renta se la haga un profesional, se supone que será un profesional que sabe
hacer la declaración de la renta bien, y por eso le pagan su trabajo.
Esta declaración es tan tonta
como la del Presidente del Gobierno, o alguno de sus adláteres, que, cuando se
hicieron púbicas las cuentas de la presunta contabilidad B del partido popular,
dijo que en las cuentas de las declaraciones de Hacienda que hizo su partido no
había ningún ingreso “ilegal”. ¡Hombre!, la sospecha que se cierne sobre el
partido popular no es la de que los que lo dirigen sean estúpidos, sino de que
sean corruptos. En cualquier caso las ilegalidades no se declaran a hacienda;
hacerlo indica estupidez y que en el Partido Popular no hay estúpidos es algo
que nadie duda. Podrá haberlos “listillos”, pero estúpidos ninguno.
Aquí pasa lo mismo. De lo que se
trataba es de saber si todos los ingresos que declara son todos los ingresos
que ha obtenido o hay alguno más; y eso, a primera vista no parece que sea lo
que se ha hecho. Eso nos lleva a pensar,
así visto, desde fuera, y con la única información que tenemos de los medios de
comunicación, que ese informe parece más “político” que profesional, dicho sea
en el peor sentido de la palabra “político” que, sin duda, también tiene su
sentido bueno
¿De verdad sólo obtiene ingresos
por esos dos conceptos? ¿No ingresa nada de las sociedades de las que era
copropietaria al 50 % con su santo esposo, sociedades en las que según todos
los indicios, fueron utilizadas para perpetrar los delitos de los que se le
imputa solo a él?
Ésa es la cuestión. Si su santo
esposo obtiene beneficios de esas sociedades, ella, inevitablemente, tiene que
obtener la misma cantidad. La opción de que su marido la engañe - nos referimos
a las fianzas - y se quede con su dinero parece improbable. En todo caso Hacienda
lo hubiera detectado. Y eso, claro está, nos lleva a la cuestión eterna,
perpetuo Guadiana que emerge aunque luego parece que desaparece: ¿se enteraba o
no de que ganaba ese dinero y lo declaraba a Hacienda, o tampoco se enteraba ni
de esto?
Pensar que se enteraba y que nos
está engañando es, sin duda un juicio muy duro. No tengo ni tuve jamás el más
mínimo trato personal con ella. Eso me priva de todo conocimiento experimental
sobre el que fundamentar ningún juicio moral sobre su ética. Lo único que puedo
decir es que se me hace muy raro que alguien haga una declaración de la renta y
no se entere de lo que gana ni de los conceptos por los que gana lo que gana. Pero
estoy obligado a concederle el beneficio de la duda; duda, claro, que incluye, por eso es duda, la sospecha
elevada que me aqueja, careciendo como carezco de mayor fundamento de lo que
realmente ocurre, fruto de las noticias, a veces incorrectas, que leo en los
medios de comunicación.
Teniendo en cuenta que la
responsabilidad por los propios actos es personal, es indecente atribuir una
baja calidad moral a una persona por la que hayan demostrado otros miembros de
su familia, sus ancestros, que sus hijos con demasiado pequeños como para haber
podido cometer algún desmán. De padres y abuelos delincuentes ha habido hijos y
aun nietos ejemplares y padres y abuelos ejemplares han tenido hijos y nietos delincuentes.
Felizmente en esta segunda edición del régimen franquista - esta dictadura real
- la ley impide imputar a la familiar los delitos de un familiar no seremos
nosotros quien viole esa ley.
Por otra parte, yo no sé como viven
los ricos. A lo mejor son tan ricos y tan importantes y se fían tanto de sus
ayudantes de confianza que cuando les presentan un papel para firmar lo firman
sin mirar ni lo que firman. Si hacen eso, en realidad lo que hacen es portarse
como los pobres. Estos también firmaron lo que firmaron si saber lo que
firmaban cuando les estafaron con las preferentes, con las subordinadas y con
las condiciones de las hipotecas.
Si fue así yo creo que debería
sumarse a las manifestaciones del 15-M con las demás víctimas de la buena fe,
por fiarse de gente que abusó de su confianza. Eso la acercaría al pueblo
aunque quizá la acercaría más de lo que ella está acostumbrada a acercase y por
eso no lo hace.
0 comentarios:
Publicar un comentario