Comentábamos el otro día
que se necesitan pocas modificaciones para convertir a la actual
constitución franquista en una Constitución democrática y señalábamos el mínimo
cambio que se necesitaba en el art. 1. Incluso, puestos a modificar sólo lo
imprescindible podría conservarse el art. 1.1 y también el art. 1.2 sin tocarlos:
Art. 1.1.-“España se constituye en un Estado
social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo
político”
2. La
soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del
Estado.
No así sí el
apartado 3, que es un pura mentira, pues es inconstitucional, ¡incluso dentro de la CE78!, :
Si todos los poderes del Estado emanan del pueblo español,
como dice el apartado 1.2,CE78, no puede haber una monarquía parlamentaria cuya
esencia es que “ese poder monárquico” ¿de donde emana ahora que ya sabemos que no emana de Dios? Evidenetemente, no emana del pueblo español.
El que sufrimos en la actualidad tiene, que además tiene ánimo de perpetuarse en su ilegitimidead, es antidemocrático no sólo en su esencia sino en su origen. El inventor de la actual monarquía fue Franco, un general genocida que acabó con la democracia parlamentaria que existía en la II República y que, ¡ésa sí!, emanaba del pueblo español que es donde reside la soberanía nacional.
Franco, no el pueblo español, eligió al sistema dictatorial monárquico. Porque era continuación del suyo, Juan Carlos I de Franco juró que seguiría atropellando nuestros derechos con las mismas leyes con las que Franco los había atropellado desde que empezó en 1936 y desde que se hizo con todo el poder en 1939 hastas que se le llevó su Dios a su seno ¡que podía haber sido menos tardón!. Y por si fuera poco, tiene el tupé de querer que ese poder franquista lo herede su hijo. En consecuencia, el art. 1.3 se tiene que modificar - por mera congruencia interna - y debe decir:
El que sufrimos en la actualidad tiene, que además tiene ánimo de perpetuarse en su ilegitimidead, es antidemocrático no sólo en su esencia sino en su origen. El inventor de la actual monarquía fue Franco, un general genocida que acabó con la democracia parlamentaria que existía en la II República y que, ¡ésa sí!, emanaba del pueblo español que es donde reside la soberanía nacional.
Franco, no el pueblo español, eligió al sistema dictatorial monárquico. Porque era continuación del suyo, Juan Carlos I de Franco juró que seguiría atropellando nuestros derechos con las mismas leyes con las que Franco los había atropellado desde que empezó en 1936 y desde que se hizo con todo el poder en 1939 hastas que se le llevó su Dios a su seno ¡que podía haber sido menos tardón!. Y por si fuera poco, tiene el tupé de querer que ese poder franquista lo herede su hijo. En consecuencia, el art. 1.3 se tiene que modificar - por mera congruencia interna - y debe decir:
Art. 1.3.- “La forma política del Estado español es la
República democrática y parlamentaria”.
Democrática porque al Jefe del
Estado lo elegimos los españoles, Parlamentaria porque los españoles también
elegimos a nuestros representantes para que discutan en un Parlamento la forma
de gestionar el país.
Art. 2.- La Constitución se fundamenta en la
indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos
los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
La indisoluble unidad de la
Nación española es un cnoccepto político que no hace ninguna referencia a la dimensión geográfica
de la nación española. Somos españoles los que queremos ser españoles y cumplimos ciertos requisitos que establece el Código Civil para que se reconozca nuestro derecho, asumiento los deberes implícitos, al hecho de ser españoles.
La nación española se construiyó a lo largo de la historia ampliando y reduciendo sus límites geográficos. En los últimos siglos perdió numerosos territorios, los americanos, y ganó algunos, como Olivenza, que era de los portugueses, en una ridícula “guerra de las naranjas” e Ibiza, que nos devolvieron los ingleses que la tenían desde el Tratado de Utrech (no así Gibraltar). La variabilidad del territorio es una constante histórica. Pocos paises europeos tienen hoy las mismas fronteras de hace un siglo. La vida, también la vida política, es continua mutación.
Los ciuidadanos de los territorios que se incorporen a España adquirirán su derecho como españoles que paqsan a ser. Los que dejen de ser parte de España perderán todos los derechos propios de los españoles. Lo que permanezca de la Espña anterior seguirá siendo España, con todos sus derechos, y lo que se segregue podrá ser lo que quiera, políticamente ex novo. Hoy día son muchos los americanos que preferirían tener la nacionalidad española, de hecho muchos la están recuperando; no digamos los argelinos y marroquíes a los que les gustaría ser franceses, pero así es la vida y por eso hay que aprender a pensar a largo plazo. Pero cuando algujien sólo nos habla de ventajas y no menciona ningún inconveniente es oportuno pensar en que nos está intentando engañar. Por otra parte, que las ventajas de hoy pueden ser los inconvenientes de mañana es el riesgo de cualqujier decisión, porque no siempre las situaciones son reversibles.Valorar las ventajas frente a los inconvenientes de cualquier decisión es lo sensato.
La nación española se construiyó a lo largo de la historia ampliando y reduciendo sus límites geográficos. En los últimos siglos perdió numerosos territorios, los americanos, y ganó algunos, como Olivenza, que era de los portugueses, en una ridícula “guerra de las naranjas” e Ibiza, que nos devolvieron los ingleses que la tenían desde el Tratado de Utrech (no así Gibraltar). La variabilidad del territorio es una constante histórica. Pocos paises europeos tienen hoy las mismas fronteras de hace un siglo. La vida, también la vida política, es continua mutación.
Los ciuidadanos de los territorios que se incorporen a España adquirirán su derecho como españoles que paqsan a ser. Los que dejen de ser parte de España perderán todos los derechos propios de los españoles. Lo que permanezca de la Espña anterior seguirá siendo España, con todos sus derechos, y lo que se segregue podrá ser lo que quiera, políticamente ex novo. Hoy día son muchos los americanos que preferirían tener la nacionalidad española, de hecho muchos la están recuperando; no digamos los argelinos y marroquíes a los que les gustaría ser franceses, pero así es la vida y por eso hay que aprender a pensar a largo plazo. Pero cuando algujien sólo nos habla de ventajas y no menciona ningún inconveniente es oportuno pensar en que nos está intentando engañar. Por otra parte, que las ventajas de hoy pueden ser los inconvenientes de mañana es el riesgo de cualqujier decisión, porque no siempre las situaciones son reversibles.Valorar las ventajas frente a los inconvenientes de cualquier decisión es lo sensato.
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