Hay gente decente, como el Sr.
Nobel, que usando su inteligencia descubrió nuevos productos todos ellos
beneficiosos para la humanidad. Como además de inteligente era una persona
hábil con los negocios consiguió hacerse rico con la riqueza que había creado -
no con la que le había robado a los demás, que es el origen de la mayor parte
de las riquezas actuales.
Como casi todos los hombres
inteligentes era decente y se sintió muy mal cuando alguno de sus inventos,
como la dinamita, en lugar de utilizarse exclusivamente para fines útiles, por
ejemplo la explotación de canteras de
minas, la construcción de obra púbica, se empleó en matar a la gente. Se
dice que en parte apenado por ese hecho pero, por otra parte, animado por ese
espíritu socialista que anida en el norte de Europa creo una fundación que
lleva su nombre Fundación Nobel, a la que dejó su inmensa fortuna destinada a
premiar avances relevantes para la humanidad en Física, Química, Paz,
Fisiología o Medicina y Literatura. La fundación también organiza, desde 1956m
los Simposios Nobel, una serie de conferencias donde se discute acerca de
avances científicos relevantes y de temas de importancia cultural o social. La
fundación, sin embargo, no gestiona la selección de los premiados. Esto es,
como se ve, algo serio y, por ello, acreditado universalmente.
¿Qué tenemos parecido a eso en
España? Juzgue Vd. mismo.
En 1980 se creó una Fundación Premios
Príncipe de Asturias desprovista de fin lucrativo, pero cuyo objetivo no puede
ser más lucrativo: consolidar los vínculos entre el Príncipe de Asturias, presunto
heredero del puesto de Jefe del Estado del Reino de España inventado por el
genocida General Franco, que nos robó la democracia, un millón de vivos, y 40 años
de libertad y que le dio a su padre a cambio de que jurara que no tendríamos
democracia. Que su domicilio esté en la Calle del General Yagüe es, sin
embargo, muy apropiado, fue uno de los asesinos que colaboró con su conmilitón
en el genocidio.
Ningún español bien nacido puede querer
consolidar esos vínculos tan inmundos, sino lograr la democracia para que, si
no la vivieron nuestros padres, puedan hacerlo nuestros hijos y nietos.
La Fundación dice que apoyará la
búsqueda del bienestar social y cultural de los asturianos y, teniendo en
cuenta el carácter universal de la vocación histórica del Principado - ¿de
donde se habrán sacado esa milonga? - procurará la exaltación y promoción de
cuantos valores culturales y morales contribuyan al progreso de la Humanidad,
otra mentira, porque el más básico es recuperar la democracia en España, algo
imposible mientras haya un Príncipe de Asturias empeñado en heredar lo que no
es suyo, la Jefatura del Estado, sino de los españoles.
Al revés que Nobel, el Príncipe de
Asturias no hizo nada bueno para la humanidad, ni ganó el dinero honradamente
con su capacidad intelectual, ni dio su patrimonio para crear estos Premiso. El
sólo pone su cara bonita y los demás el dinero: Vd. y yo el 18 % (subvenciones
públicas año tras año); 63 % personalidades y empresas; un 4 % de otros orígenes
y el resto los intereses del capital. El titular de los Premios, contrariamente
a lo normal en todas las Fundaciones, pone la cara bonita, lee un papel el día
de la ceremonia y casi nunca se equivoca al leer deseando que venga la paz al mundo de la mano
de la ciencia, que seamos buenos, que los corruptos devuelvan el dinero; que seamos
buenos y que, a ser posible todo permanezca así para toda la eternidad. Y va la
gente y aplaude. ¿Por qué lo hace? Es un misterio.
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