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18 jun 2013

Cargos de confianza

La gente se queja por quejarse, pero es porque han perdido el sentido de las palabras. Un cargo de confianza es aquel que se otorga a una persona en la que depositamos nuestra confianza. Ahora bien ¿qué es lo que resulta más valioso para cada uno?: sin duda su propia vida, por lo tanto todo lo que proteja nuestra vida, en general, y nuestra vida política, en particular, tiene que ser de la máxima confianza.
¿Por quién empezamos? Evidentemente por el cocinero que es el que nos puede envenenar con mayor impunidad. Los emperadores romanos, que sabían como se las gastaban en aquellas épocas, tenían un cargo de máxima confianza que no era el cocinero sino el probador de comida. La probaba antes y si no se moría, la probaba el emperador. El intento, como siempre, es vano. Tenemos al emperador al que le envenenaron los higos que cogió del árbol o al otro al que - al menos en la película - envenena Mel Ferrer ofreciéndole una manzana que corta en su presencia y de la que él se come el resto. Astutamente el cuchillo tenía unas hendiduras en una de las caras que era donde se había colocado el veneno. Así que, cabría concluir, es vano el cargo de confianza que, únicamente, sirve para estimular el ingenio de los enemigos. El sueldo de 29.915 € brutos es un salario clásico en cualquier cocinero de Presidente autonómico.
Otro cargo de confianza era también el de barbero en la época en la que a los personajes importantes les afeitaba diariamente la barba un barbero. Felizmente esta institución se ha extinguido, lo que quiere decir que nos hemos ahorrado un salario de alrededor de 29.915 € brutos. Ahora ya solo existe la tarea de peluquero que, no obstante, exige también tener una elevada confianza. El peluquero se mueve en nuestro entorno colocándose como mejor le place con una serie de tijeras puntiagudas en su mano que, sin duda, son un arma peligrosa. Pero suponiendo que la frecuencia del corte de pelo sea mensual el salario no debería superar los 9.970 € brutos.
También está el sueldo de los guardaespaldas que eso son varios porque tienen que guardarles las espaldas todo el día y también por la noche y luego como hay vacaciones resulta que salen turnos corridos. ¿Cuántos miles de euros nos cuesta la seguridad de un Presidente autonómico?
Aun recuerdo lo que nos costaba la del Sr. Divar al que, por cierto, que se sepa nadie le ha pedido que devuelva el dinero con el que se quedó y al que, evidentemente, no tenía derecho porque si todo lo que hizo lo hubiera hecho dentro de la ley ¡a buenas horas hubiera dimitido!
¿Quién lleva la contabilidad del número y originalidad de todos estos contratos y empleos que se inventan los políticos de toda laya que- si fuéramos estrictos - podríamos calificar de contratos de corrupción institucionalizada? ¿O es que el único límite que existe para el invento de cargos, de confianza o no, es la imaginación de los políticos y no la naturaleza del trabajo?
Dan mal ejemplo a los funcionarios del Estado que trabajan para ellos después de haber sido seleccionados por su “mérito y capacidad” al ver delante de sus narices que donde hay un “dedo” es innecesario que exista un “cerebro”. Si vis potest. El que quiere puede. O el que puede quiere, porque yo creo que eso es lo que les pasa a esos políticos, como pueden hacer de mangas capirotes - ¿qué clase de legislación controla su gestión? - quieren de todo: fiestas de cumpleaños con globitos, Jaguares de segunda mano, estaciones de AVE en sus fincas, etc.
Cuando. Al fin, pase a la historia, como las que les precedieron, esta monarquía dictatorial - ¡no elegimos al Jefe del Estado, que lo es POR LA GRACIA DEL DICTADOR que acabó con la democracia en España! - por poco que mejoráramos podríamos mejorar muchísimo.
¡Vale la pena probarlo! ¡Vaya si vale! ¡Donde no caben pérdidas todo son ganancias!

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