La gente se queja por quejarse,
pero es porque han perdido el sentido de las palabras. Un cargo de confianza es
aquel que se otorga a una persona en la que depositamos nuestra confianza. Ahora
bien ¿qué es lo que resulta más valioso para cada uno?: sin duda su propia
vida, por lo tanto todo lo que proteja nuestra vida, en general, y nuestra vida
política, en particular, tiene que ser de la máxima confianza.
¿Por quién
empezamos? Evidentemente por el cocinero que es el que nos puede envenenar con
mayor impunidad. Los emperadores romanos, que sabían como se las gastaban en
aquellas épocas, tenían un cargo de máxima confianza que no era el cocinero sino
el probador de comida. La probaba antes y si no se moría, la probaba el
emperador. El intento, como siempre, es vano. Tenemos al emperador al que le
envenenaron los higos que cogió del árbol o al otro al que - al menos en la
película - envenena Mel Ferrer ofreciéndole una manzana que corta en su
presencia y de la que él se come el resto. Astutamente el cuchillo tenía unas
hendiduras en una de las caras que era donde se había colocado el veneno. Así
que, cabría concluir, es vano el cargo de confianza que, únicamente, sirve para
estimular el ingenio de los enemigos. El sueldo de 29.915 € brutos es un
salario clásico en cualquier cocinero de Presidente autonómico.
Otro cargo de confianza era
también el de barbero en la época en la que a los personajes importantes les
afeitaba diariamente la barba un barbero. Felizmente esta institución se ha
extinguido, lo que quiere decir que nos hemos ahorrado un salario de alrededor
de 29.915 € brutos. Ahora ya solo existe la tarea de peluquero que, no obstante,
exige también tener una elevada confianza. El peluquero se mueve en nuestro
entorno colocándose como mejor le place con una serie de tijeras puntiagudas en
su mano que, sin duda, son un arma peligrosa. Pero suponiendo que la frecuencia
del corte de pelo sea mensual el salario no debería superar los 9.970 € brutos.
También está el sueldo de los
guardaespaldas que eso son varios porque tienen que guardarles las espaldas todo
el día y también por la noche y luego como hay vacaciones resulta que salen
turnos corridos. ¿Cuántos miles de euros nos cuesta la seguridad de un Presidente
autonómico?
Aun recuerdo lo que nos costaba
la del Sr. Divar al que, por cierto, que se sepa nadie le ha pedido que
devuelva el dinero con el que se quedó y al que, evidentemente, no tenía
derecho porque si todo lo que hizo lo hubiera hecho dentro de la ley ¡a buenas
horas hubiera dimitido!
¿Quién lleva la contabilidad del
número y originalidad de todos estos contratos y empleos que se inventan los
políticos de toda laya que- si fuéramos estrictos - podríamos calificar de contratos
de corrupción institucionalizada? ¿O es que el único límite que existe para el
invento de cargos, de confianza o no, es la imaginación de los políticos y no
la naturaleza del trabajo?
Dan mal ejemplo a los funcionarios
del Estado que trabajan para ellos después de haber sido seleccionados por su “mérito
y capacidad” al ver delante de sus narices que donde hay un “dedo” es
innecesario que exista un “cerebro”. Si vis potest. El que quiere puede. O el
que puede quiere, porque yo creo que eso es lo que les pasa a esos políticos,
como pueden hacer de mangas capirotes - ¿qué clase de legislación controla su
gestión? - quieren de todo: fiestas de cumpleaños con globitos, Jaguares de
segunda mano, estaciones de AVE en sus fincas, etc.
Cuando. Al fin, pase a la
historia, como las que les precedieron, esta monarquía dictatorial - ¡no
elegimos al Jefe del Estado, que lo es POR LA GRACIA DEL DICTADOR que acabó con
la democracia en España! - por poco que mejoráramos podríamos mejorar
muchísimo.
¡Vale la pena probarlo! ¡Vaya si
vale! ¡Donde no caben pérdidas todo son ganancias!
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