Que nadie se engaño. El dinero es inclusero: no tiene
ni padre ni padre. Por eso, como es un hijo de puita se pasa todo el día
haciendo putadas a la gente decente. No soporta que tengan padre y madre y,
sobre todo, que tengan dignidad. La envidia le corroe.
La gente cree que el dinero es
de derechas y está equivocada. El dinero es de derechas salvo cuando se gana
dinero con las izquierdas, entonces es de izquierdas. Mejor dicho, el dinero es
intrínsecamente corrupto y apoya todo lo que significa corrupción.
El dinero es monárquico si se
pueden hacer negocios, negocietes y negociejos al amparo de la monarquía. Si
ésta es un inconveniente se le echa a un lado y se pone uno a hacer negocios,
negocietes y negociejos con la república a la que intentará corromper entre halagos
y amenazas. Eso es lo que ha ocurrido en todos los países donde antes había una
monarquía.
El caso de Grecia es el que
hace menos tiempo que dejó de ser una monarquía corrupta.
Pero el caso de España no es
muy diferente. Cuando el rey conejo - el abuelo del que acaba de nombra el
genocida, Juan Carlos I de Franco ---
huyó de Madrid abandonando a su mujer y a sus hijos, a los que protegió
el honrado y republicano pueblo de Madrid, ninguno de “sus nobles”, los quela
víspera hubieran recibido como un honor ser cornudos --- siguiendo la secular
tradición real - con tal de tener el favor del rey le dejaron en la estacada.
Se cuenta, hay una fotografía
patética que lo recuerda, que el único que acudió a despedirlo fue el Conde de
Romanones, ¡pero lo hizo en la Estación de Villalba, no en la del Norte de
donde partió sólo, porque sólo está el que, por no ser nada por sí mismo, no
tiene nada que dar cuando regresa a su ser natural: la nada.
Los mayores quizá no lo
veamos, pero sí los más jóvenes. La historia se repetirá. España lleva dos
siglos sin soportar dos Borbones seguidos - ¡demasiada borbonada continuada!
Por eso es tan importante conocerla, para saber prevenirla en sus repeticiones
y exigir que se cumpla como siempre ocurrió con tranquilidad. Cuando Isabel II
se tuvo que marchar, consciente de que nadie la quería, se marchó en silencio y
sin que se organizara el más mínimo alboroto ni violencia ninguna. Cuando Alfonso
XIII se marchó, consciente de que nadie le quería se marchó en silencio -
aunque el pueblo estaba festejando feliz el regreso de la democracia - y sin
que se organizara el más mínimo alboroto.
¿Y qué hizo el dinero? Lo de
siempre, tomar posiciones para poder seguir - como los caracoles - su actividad
hermafrodita reproduciéndose a sí mismo sin necesidad de nadie. Mas aun, la
inevitable incertidumbre que él mismo se encarga de generar será - como siempre
- la perfecta maniobra para pescar enemigo revuelto que es donde saben pescar
esta ralea de pescadores.
El ejemplo lo tenemos bien
cerca. Estos estúpidos que nos gobiernan se creyeron que porque eran “de la
derecha franquista y vaticana” los “mercados” -
que es la forma en la que ahora se llama a los “capitalistas”, para que
no se note que somos las víctimas del capital - iban a bajar la prima de riesgo
para que los ciudadanos vieran lo buen que es que gobierne la derecha.
¡Pedazo de necios! No saben
que el dinero no es de derechas ni de izquierdas sino “de sí mismo” y que allí
donde puede sacar un céntimo está dispuesto a matar a su madre - ¡si supiera
quien es!, con tal de conseguirlo.
Se está corriendo la bola de
que Juan Carlos I de Franco debería abdicar en Felipe VI de Franco.
Se dice, que eso es lo más
conveniente para la consolidación de la monarquía. Pero esa bola la están
haciendo correr los capitalistas republicanos de los USA y de muchos otros
países a los que las monarquías ¡les preocupa nada! Ellos son “capitalistas”; por
tanto defienden lo suyo: “el capital”, bajo monarquías o repúblicas, bajo
democracias o bajo totalitarismos. Si ahora dicen que “están preocupados por la
consolidación de la monarquía” es sólo porque creen que esa consolidación, ¡so
se produjera!, les permitiría obtener beneficios.
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