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17 jul 2013

Hermandad de Desvalijadores del Pueblo

 La política del Gobierno no se diferencia nada de la que ejercería una  Hermandad de Desvalijadores del Pueblo. En España, con las SICAV, mantenidas por los sucesivos gobiernos, los ricos pagan menos impuestos que el peor pagado de los trabajadores, aunque la CE78 consagra la progresividad.  Hay amnistías fiscales para proteger a los evasores de impuestos y se les rebaja el que tenían que pagar. El IRPF grava más a las clases trabajadoras que a los que viven sin trabajar de las rentas del capital. Al subir el IVA se hace más regresiva la imposición fiscal: afecta más al trabajador, que consume todo su salario en sobrevivir, y no al capitalista, que acumula dinero negro en paraísos fiscales evadiendo sus impuestos impunemente.
Esta Hermandad de Desvalijadores del Pueblo que nos gobierna arremete contra los trabajadores necesitados de asistencia domiciliaria privándoles de los derechos más elementales ¡porque no les llega el dinero para dárselo a los bancos que lo reciben de nuevo de los ciudadanos, a través de los PGE, después de habérselo robado a cada uno con preferentes, subordinadas e hipotecas temerarias, están en quiebra.
También arremeten contra jubilados con sanciones inicuas e ilegales por cobrar su jubilación por haber trabajado en Europa. Eso tras haberles subido más los impuestos que la pensión, reduciendo sus ingresos netos. Sus nietos hoy repiten el viaje que hicieran ellos, que emigraron en su juventud, bajo el régimen franquista, del que es heredero el actual sistema. Allá se fueron con su maleta de cartón por toda Europa para dar de comer a su familia y traer al país las divisas que el empresariado - ¿creadores de empleo y de riqueza? - no generaban.
Leemos en la prensa que estos empresarios - ¿creadores de empleo? - cobran menos que sus asalariados. Eso sólo significa una cosa: estafan sus impuestos, que no pagan, con la connivencia del Gobierno. Éste sólo abusa del trabajador; del verdadero creador de riqueza.
Seguimos leyendo en la prensa: “se han perdido 30.000 becarios en las universidades”. ¡Qué error de titular el de este periodista que se fija en la anécdota y no en la categoría! No son las universidades sino el país quien ha perdido la oportunidad de mejorar la formación de 30.000 ciudadanos. En los cinco o seis años en que hubieran terminado su carrera, el país habrá conseguido tener unos 200.000 profesionales menos. ¡Bien por Rajoy y por Wert!
Mientras tanto, el régimen dictatorial nacido de la dictadura, esta monarquía franco-borbónica que encabeza Juan Carlos I de Franco, consigue sorprendernos cada día con  un nuevo caso, una nueva evidencia, una demostración adicional de la corrupción en la que nació y en la que, como la mierda, sigue flotando el régimen. Y mientras los duques de Palma “sufriendo” ¿o “surfeando”? durante sus vacaciones. ¿Es que antes habían estado trabajando?
Carente de ética, no hay ninguna referencia ética en la política, ya sólo se dice: “no se podrá demostrar que hayamos cometido ningún delito que no haya prescrito”. ¿Cabe mejor confesión de haberlos cometido? “Hemos resistido al chantaje”, dicen, en su intento de parecer virtuosos; pero ninguno niega que no haya motivo para ser chantajeado. Creen que los delitos han prescrito; ¿han prescrito? Con triquiñuelas políticas lograrán desembarazarse del juez. Eso pasó con Garzón, o declarar nulas las escuchas, eso hicieron con Naseiro y Lapuerta.
¿Quousque tandem abutere Rajoy patientiam nostram? diría hoy Cicerón a este Gobierno, viendo lo que hace esta especie de Hermandad de Desvalijadores del Pueblo protegida por el partido que soporta a cada gobierno, nacional o autonómico o municipal.
Una Hermandad pluriforme cuyos miembros se transfiguran más que en el Monte Tabor: de “ejemplo a seguir”, Camps o Matas pasan a apestados. Tras un cese - en diferido - entre mil aclamaciones de la calidad y agradecimiento por el trabajo hecho, Bárcenas pasó de “víctima del atropello a la presunción de inocencia” por el acoso que “los malos” al PP a, durante más tiempo, alguien cuyo nombre no se podía decir. Ahora es un “mentiroso encarcelado” al que no hay que hacer caso. Ya nadie reclama “la presunción de inocencia”.
                Los ciudadanos tenemos que sacudirnos el “pelo de la dictadura”, que no el de la dehesa, que arrastramos con el actual sistema. Criado, nacido y generado a sus pechos es un sistema que ha heredado y superado su corrupción y sus defectos salvo, hasta el momento, el sangriento. Interioricemos como dice el art.1.2,CE78, aunque sin ánimo de que la ejerzamos: “la soberanía [que] reside en el pueblo del que emanan todos los poderes del Estado”, incluido el Jefe del Estado. Su elección sólo posible en una República Democrática.
Acabemos ya con esta herencia dictatorial y finalicemos la Transición a la Democracia.

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