Ahora se
nos vende a bombo y platilla la última pamema regia. La “primera rueda de
prensa en la Zarzuela ¡con preguntas y respuestas!” Los periodistas, ¿ son tan
menguados que son, lo celebran con alegría y alborozo como si no fuera algo que
les es debido. ¡No se enteran!
¿Acaso no aprendieron en su
Facultad de Ciencias de la Información que las “ruedas de prensa”
ectoplasmáticas, sin preguntas o sin respuestas no es una rueda de prensa? Es una
falta de respeto a su profesionalidad, que soportan con una falta de dignidad
tan grande como grande es la falta de respeto con la que son tratados día tras
día.
Es penoso,
da vergüenza ajena, que los representantes del “cuarto poder” no sean capaces de
exigir a los representantes de los otros tres poderes el mismo respeto que
estos se exigen entre sí. Los representantes del “cuarto poder“ tendrían que ser
conscientes - eso sólo exige reflexionar - que ellos son los más democráticos.
Ellos reciben a diario el voto o lo pierden de todos los que compran el
periódico o enchufan la radio o la televisión.
Serían un
ejemplo de democracia directa si su comportamiento estuviera a la altura de los
ciudadanos a los que pretenden informar, los cuales somos “el asiento de la soberanía de la que emanan
todos los poderes del Estado” (art.1.2,CE78) (salvo el poder del Jefe del
Estado que emana del dictador y genocida al que le prometió que seguiría
privándonos de la libertad a su imagen y semejanza y con sus propias leyes).
Pero eso habrá que arreglarlo y pronto.
Esta
situación de pamema no difiere en nada de la que existía en el S. XIX. Sin
embargo aquel siglo fue la primera vez que pusimos en la calle a un Borbón - Isabel II - recuperando así los ciudadanos la
soberanía, porque que es nuestra.
La segunda
vez fue en el S. XX, cuando pusimos en la calle a otro Borbón, Alfonso XIII.
La tercera vez,
¿será en el S. XXI?, porque ya toca dar fin a estas restauraciones a golpe de
generalote, la última a golpe de genocidio, con lo que no cabe mayor ilegalidad
¿desde cuando un generalote puede inventarse un reino y nombrar reyes?
Las dos
preguntas que nadie supo - ¿se atrevió? - era ¿cuándo piensa el heredero del
dictador devolver la soberanía al pueblo español, al que aquel se la robara y
el heredó el robo?
¿O piensa dejar en herencia esta
dictadura a su hijo impidiendo la Transición a la Democracia?
A la vista de
lo ocurrido tendremos que esperar a que las haga un periodista rumano.
Éste es el “cuarto poder” que
tenemos; un “cuarto poder” mojigato, atemorizado como bajo Franco - al fin,
está es la continuidad de su régimen - y por eso es servil. Un poder que
disfruta una diarrea de placer porque le dejan preguntar y le contestan a lo
que pregunta.
Entre las
respuestas una adelantó que, ¡una vez más!, el hijo de su padre lo va a
representar en actos públicos - ¿lo representa como “hijo de su papá” o como hijo
del Jefe del Estado? Si su papá fue invitado como Jefe del Estado (aunque ilegítimo) el “hijo de
papá” es un mindungui que no pinta nada allí. ¡Ni siquiera en una sociedad anónima
- donde el dueño es el dueño - el “hijo de papa” podría representar a su
presidente. Pero nadie preguntó sobre la falta de legitimidad del “hijo de papa”,
¡y eso dejando aparte la de su papá! La servilidad periodística, ¿o es la
ignorancia?, impidió la menor pregunta sobre esa inaceptable sustitución.
La reunión
iberoamericana es de Predungui?sidentes del Gobierno y Jefes del Estado. Si estos no pueden
ir, allí están los Presidentes del Gobierno. No caben terceros substitutos.
Salvo si se quiera dejar claro que esto es un reino dictatorial y los demás
somos súbditos. Que el único verdadero
nombramiento es el del dictador, nombrando a su heredero rey del reino que se
inventó para que continuara impidiendo la democracia en España, como así ha
hecho.
En ese caso
la elección del Presidente del Gobierno en las unas es una farsa para elegir un mindungui que disimule la continuidad
ilegítima de la dictadura. El Presidente del Gobierno tiene otra oportunidad de
indicarnos su nivel de autoestima: Presidente electo o fantoche.
Hemos aceptado
al padre nombrado por el dictador; sirvió para lo que sirvió y se le dejará
morir con las botas puestas. Aceptar que lo herede su hijo - se nos quiere
acostumbrar metiéndolo de tapadillo en actos públicos - aunque cuente con la
colaboración del Presidente del Gobierno,
que así desprecia los votos del pueblo soberano, sería demasiado cachondeo.
Pero el Presidente está dispuesto a hacer ese “trabajo
sucio”: engañarnos para que aceptemos la “servidumbre voluntaria” de la que
habló de la Boetie hace casi 500 años sin que nos haya servido para nada. El
Gobierno está empeñado en que sigamos siendo viles siervos voluntarios. Quienes
lo votan se merecen el sistema dictatorial monárquico que sufrimos, como se
merecían el anterior, que lo engendró, y al que también aplaudía. Otros no nos
merecemos ni el anterior ni el engendro actual: hemos heredado la soberanía que nuestros abuelos recuperaron en 1931 y
no nos conformaremos con menos.
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