Decir SI justifica
la violencia en sociedades machistas y totalitarias que desprecian a la esposa que
no “da la descendencia a su marido”. El DERECHO LEGAL del marido a tener una descendencia permite repudiar a la
mujer. Este atropello a los derechos de la mujer ha sido una lamentable constante
en muchas civilizaciones. Es increíble, pero aun es legal.
Si el
repudio o el divorcio estaba prohibido se respetaba el “DERECHO ILEGAL” del
marido al adulterio para tener un hijo, aunque fuera ilegítimo, que continuara
la estirpe, no así a la mujer. Hoy eso nos parece inadmisible. Fue legal en
muchas sociedades ¡ y aun lo es hoy allí donde son legales las concubinas. Donde
no hay polígama la solución es la amante.
Es más
reciente la selección de arios y arias puros para crear hijos purísimos al
servicio del Estado para garantizar la pureza futura de la “ariedad” en
Alemania. Fue hace medio silgo.
Hubo
civilizaciones estaba mal considerado no tener hijos varones para que el rey
los pudiera dedicar a matar a sus vecinos en sus guerras para quedarse con sus
tierras y ampliar su reino. Conocí a un falangista totalmente descerebrado, que
fuera asesor del ministro falangista Arrese, al que le propuso imponer una tasa
a las mujeres que tuvieran niñas y no niños ¡para la patria! No podía creérmelo;
él lamentaba que el ministro no le hubiera hecho caso.
Como los judíos
esperan la llegada del Mesías, algunos procrean a todo pasto para darle
oportunidad de encarnarse. Algunas sub-sectas judeo-católicas, sin esta
disculpa, hacen lo mismo. Creen que fornicar por placer es pecado y que sólo se
permite el placer si es para traer más hijos al servicio de Dios. ¿No es tan
primitivo como darselos al rey?
Estas
actitudes son prehistóricas respecto a la historia de los derechos humanos que
se inicia en 1789 cuando se hizo la Declaración Universal de los Derechos del Hombre
(varón o mujer) y el Ciudadano. Aun hoy muchas ideologías, anteriores y
posteriores a esa fecha, que no reconocen esos derechos como propios del ser
humano y, por tanto, que nace y mueren con él. Nadie, pues, ajeno a él mismo, puede
atropellar su libertad, pero muchos lo intentan.
Este prólogo
nace ante el proyecto del ministro de Justicia, educado en el fascismo y la
religión católica: obligar a las mujeres embarazadas a dar a luz al hijo indeseado.
Se trata de un atropello a su libertad sin
límites. La obliga a sufrir el embarazo, luego a dar a luz; además le impone la
servidumbre de la patria potestad que durará hasta que el hijo se independice;
y si no lo hace, tendrá esa servidumbre hasta que uno de los dos muera.
Reconocer
la individualidad del óvulo fecundado exige reconocer su total y absoluta inviabilidad
fuera del útero materno. Eso lo identifica como “una realidad dependiente” a la
que se otorga el derecho “atropellar la libertad de la madre embarazada”. Ésta
se convierte en su sierva. No cabe más incongruencia
intrínseca, se mire desde el punto de vista que se mire.
Una
sociedad no totalitaria, donde los ciudadanos sólo son seres vivos al servicio
del Estado, sólo cabe una solución: la libertad de decidir de la mujer. Una libertad
superior a la del varón que la fecundó, sea su marido o no!, porque ella sufrirá
en mayor medida las consecuencias de la decisión, sea ésta la que sea.
La vida en
sociedad implica una limitación de los derechos de quien quiere beneficiarse de
los derechos que esa vida social le da. Por ello, el Estado, tras reconocer ese
derecho, puede establecer un plazo razonable para su ejercicio. Pasado ese
plazo, como ocurre con todos los demás derechos, el derecho que se poseía
prescribe. Mientras ese plazo no se agote, la libertad de la mujer tiene que
ser total. O no hay libertad de la mujer. Así nace el fascismo.
El Ministro
de Justicia actual ha sido educado en el
nacional-fascismo-católico, que propugnaba la servidumbre del hombre
(mujer o varón) y el ciudadano al Estado y la de la mujer al varón. ¿Se ha
liberado de esas indeseables influencias? No lo parece visto que acaba de
reconocer el título de Marqués de Queipo de Llano al hijo de quien el 23.08.1936
incitaba a sus soldados a la violación general: "Nuestros valientes
Legionarios y Regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que
significa ser hombre. Y, de paso, también a sus mujeres. Después de todo, estas
comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre?
Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas.
No se van a librar por mucho que forcejeen o pataleen".
Si legaliza,
como tememos, este atropello a la mujer, la solución estará en Europa en el
Tribunal de Justicia que aquí no existe. ¡Como siempre! ¡Pobre España, sin
ventura!
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