Dice el art. 67, CE78: “2. Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por
mandato imperativo”. Ningún español puede creerlo viendo como funciona “este”
parlamento heredado del franquismo y tan semejante a él, donde se dice, con
todo descaro: “para este asunto los partidos conceden libertad de voto”. ¿Cómo
que libertad de voto? ¿Es que tienen obligación de voto para que alguien les
pueda liberar de ella? Ése es el
parlamento español. Por eso es razonable la propuesta de que haya un
representante por partido con representación al que se le de un cartelito con el
número de votos que logró el partido en las elecciones. Eso nos ahorrarías salarios
del resto de “innecesarios”, de sus gabelas, dietas y viajes, gastos de
representación, pisos alquilados residiendo en Madrid y tanto despilfarro como
hacen todo para decir SI, como parvulitos, o NO cuando así lo manda la madre
superiora.
Ésta realidad demuestra la inconstitucionalidad de
todas las votaciones en las que “los partidos” no permiten la libertad de voto
de los diputados que han obtenido el acta dentro de sus listas. Sobre todo,
demuestra la ausencia de democracia en este Parlamento. Eso es algo, por otro
lado, natural; es el heredero del Parlamento
franquista cuyos tics reproduce, como en este caso, dando cumplimiento a lo que
dice el refrán: “de tal palo, tal astilla”.
Este parlamento no representa a los ciudadanos sino a
los partidos que los pusieron en su lista, con una ley electoral que ningún
partido quiere cambiar porque “¡esta falta de democracia les va!”. En esa diferencia
reside la ausencia de democracia (en nuestro caso) y su presencia (en el caso británico)
en el que, recientemente, el Primer Ministro ha visto derrotada su propuesta de
implicarse en la campaña económico-militar propuesta por el Presidente Obama;
sí, el que celebraba hace unos días el pacifismo de Martin Lutero King.
En el Reino
Unido, como ocurre en los países democráticos esa derrota del Primer Ministro ha
sido aceptada con naturalidad. Oigamos los argumentos: el Sr. Cameron hizo una
propuesta honrada sin intentar engañar a nadie: “No tenemos una certeza del 100
% sobre quien es responsable [del ataque con armas químicas] pero Vds. deben
emitir un juicio”.
El
laborista Sr. Alexander le contestó: “No estamos prepararos para firmarle un
cheque en blanco al primer ministro” y el jefe de la oposición laborista aclaró:
“Las pruebas deben de preceder a la decisión y no la decisión a las pruebas”.
Sin duda recordaba el imperdonable error cometido cuando el Sr. Blair, primer
ministro laborista, embarcó al RU en la farsa montada por el Sr. Bush, en la
que el Sr. Aznar estuvo de comparas “llevando el botijo” para poder salir en la
foto.
Rechazada
su propuesta, 332 vs. 220, el Sr. Cameron dijo: “Les puedo asegurar que creo
firmemente en la necesidad de responder con contundencia al uso de armas
químicas, pero también creo eh el respeto a la cámara de los comunes. Me queda
claro que el Parlamento, ¡¡¡reflejando
la voluntad popular!!!, no quiere ver al ejército británico en acción. Lo
entiendo y actuaré en consecuencia.” Lee uno esta declaración y siente insana
envidia.
¿Se imagina
lo que hubiera pasado en España? Lo propio de un país no democrático. Se
cortarían cabezas de los diputados “que no respetaron la disciplina de voto”. Nunca
más volverán a estar en las listas de su partido. Probablemente se les expulse
ya y se les mande al grupo mixto. La oposición pediría la dimisión del
Presidente. Se organizaría la correspondiente zapatiesta propia de quienes ignoran
qué es la democracia.
¿Y a este
Parlamento es al que el Sr. Margallo pretende doblegar con sus gracietas?
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