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29 sept 2013

La mujer en el ejército: (3) entender las cuatro reglas

Saber qué significan los números
Añade el artículo: “En los años que siguieron a la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas su presencia creció espectacularmente. En parte porque el ejército iba a la caza de reclutas y las mujeres salvaron la falta de candidatos”. Hasta ahí lo ocurrido es normal. Si el número de candidatos varones disminuye y el número de candidatas mujeres aumenta lo NORMAL es que la proporción de candidatas mujeres que ingrese en las Fuerzas Armadas aumente, supuesta similar cualificación entre ambos colectivos de candidatos. No hay pues un crecimiento espectacular; es el crecimiento derivado de la proporción que hay en la demanda.
Hay que tener cuidado con los números expresados en porcentajes. Pasar de una mujer a dos en las Fuerzas Armadas aumenta su porcentaje en el ¡100! Su presencia en términos absolutos es ridículo: una persona. Si se pasa de una mujer a diez, ¡el aumento es del 1.000 %!, algo imposible en el caso de varones. Al comentar esos datos, como los de las gráficas, hay que entender el significado de los números o se corre el riesgo de graves errores de interpretación.
Y eso es un problema conceptual no siempre suficientemente claro en trabajos periodísticos.
Cuando se dice: “SIN EMBARGO, la crisis ha frenado en seco ese proceso y el porcentaje roza el 12 % desde hace ocho años. Lo más preocupante es que cada vez ingresan menos”, se revela que no se entiende bien el proceso de la oferta y la demanda. Lo que ocurre es INEVITABLE y, por lo tanto, no procede ese SIN EMBARGO. Todo ello ocurre al margen de la actitud de las Fuerzas Armadas: los candidatos son los que quieren serlo ¡dentro de la sociedad civil!
Al reducirse el porcentaje de la demanda de candidatos varones NECESARIAMENTE aumentó el porcentaje de candidatas mujeres. De él surgió un mayor aumento porcentual de ingresos de candidatas mujeres, supuestos ambos subconjuntos con equivalente formación. Si aumenta el número de candidatos varones respecto al de mujeres, ocurre NECESARIAMENTE  lo contrario. La aritmética rige esta realidad al margen de la actitud de las Fuerzas Armadas, que sigue siendo la misma: seleccionar a los mejores candidatos.
En una gráfica se presenta el porcentaje de candidatos mujeres de 2008 a 2012. El porcentaje de candidatos varía mucho de un año al otro. Eso - supuesta igual formación en todos los candidatos - implicará que el porcentaje de ingreso fuera igualmente irregular cada año, dato que, sin embargo, no se encuentra entre los datos del artículo, quizá forzado por la brevedad que impone el medio, pese a que ese sería un dato crucial.
La comparación del porcentaje de candidatos con el de aprobados es importante. Aún más lo sería  conocer la distribución de calificaciones de las mujeres que ingresaron respecto de los varones, que no incluye este breve informe. El resultado, quizá, fuera el mismo que en la Universidad civil entre los universitarios: la media de las calificaciones de las mujeres es, en general, mejor que la de los varones.
Añade el trabajo: “Lo más preocupante es que cada vez  ingresan menos. Si en 2008 las mujeres representaban el 11,5 % de los nuevos soldados y marineros en 2011 eran sólo el 4,8 %”. ¿Por qué es preocupante? Que disminuya o aumente el número de candidatas de tropa y marinería es una opción personal de libertad de los candidatos al presentarse a un nivel u otro.
El porcentaje de candidatos a oficiales, que exige mayor formación, es bastante constante: oscila entre 6 % y 4,7 % y su valor medio es 5,1 % en el intervalo 2008-2012. El porcentaje de candidatos a suboficiales, que exige menos formación, tiene una oscilación mayor, de 4,4 % a 0 % y el valor medio es menor en el intervalo 2008-2012, 2,3 %, y 2,9 % en el intervalo 2008-2011. El porcentaje medio de candidatos a soldados, que exige una mínima formación, oscila entre 11,5 % y 2,5 % y tiene el valor medio más elevado: 6,4 % en el intervalo 2008-2011. El mínimo de candidatos para ser suboficial merecería, quizá, algún comentario.
No se destacaba bastante en el artículo, el dato figura en las gráficas, que el porcentaje de presencia de mujeres en el ejército es superior al de otros ejércitos donde su incorporación fue anterior. Eso indica que las Fuerzas Armadas Españolas tiene una actitud, ¡cuando menos!, tan aperturista como en esos otros países, y que el porcentaje es el que es, superior al de algunos países e inferior al de otros ¡debido a la demanda y calidad de los candidatos!

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