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10 oct 2017

Vamos a contar mentiras. 6/7 Sobran las grandilcuencias

Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza. ¡Pues vaya! Con mensajes así no hace falta que nadie venga a desasosegarnos ni a entristecernos, ya estamos servidos. Si alguien esperaba quedar tranquilizado se habrá sentido frustrando, en cuanto a la confianza la tenemos en los políticos electos más que en los no electos, en los políticos inteligentes más que en los torpes, en los políticos demócratas más que en los herederos y continuadores de la dictadura militar. Es cómico que estos acusen a nadie de ser autores de un golpe de Estado cuando sólo han provocado un golpe a nuestras conciencias democráticas a la vista de cómo va el país sobre todo tras la promulgación de la ley mordaza. Su aplicación en Cataluña fue sin duda “legal”; sus impulsores dicen que fue “moderada y proporcionada”. Me imagino la violencia  interna que habrán sufrido los  miembros de las FCSE que sean demócratas y por ello decentes. A nadie bien nacido le puede   gustar apalear a los ciudadanos que son los soberanos que le pagan para proteger sus derechos no para apalearles cuando los ejercen bien o mal que para eso está el juez.
Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. ¿Se puede ser más vulgar y decir más naderías como cualquier diputado del PP? Claro que se saldrá adelante, el problema es cómo se sale y qué precio se paga. En 1936 se salió adelante, pero el precio todavía lo estamos pagando. ¿O es que no sabe que el tiempo es la única magnitud física que no tiene valores negativos?
Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Yo en cambio no creo en los países, ese tipo de creencias son asquerosamente nacionalistas y acaban, si no nacen, de ideologías fascistas y totalitarias por lo que mi rechazo es total contra lo que ellas han engendrado. Yo creo en la sensatez del ser humano que rechaza el mal ejemplo de quienes se dedican a la política de modo no democrático, que defienden la desigualdad de los derechos de las personas, que no aceptan ser elegidos por los ciudadanos a los que, en consecuencia, convierten en súbditos. Yo me siento orgulloso de ser demócrata pero no me siento satisfecho de vivir en una dictadura monárquica parlamentaria de la que, eso sí, saldremos adelante.
Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos. Sus principios podrán ser democráticos pero su realidad no lo es. Su Jefatura del Estado no procede como falsamente dice el art. 1.2CE78 de la soberanía del pueblo de la que emanan todos los poderes del Estado, porque su poder como Jefe del Estado, que es un poder del Estado, no emana de los ciudadanos as los que se nos sigue prohibiendo elegir al Jefe del Estado libre, democrático y periódicamente que es lo que ocurre en la democracias. Su poder no es democrático; emana de su papá, que emano de un dictador militar y golpista, que ya no se puede caer más bajo.
El Título II de la CE78 franquista es un “contradiós” de todo el Título I que es donde están los Principios Fundamentales que están CE78 no respeta. El art. 14 CE78 prohíbe toda discriminación por razón de nacimiento y por cualquier otra causa personal o  social .Sui él es Jefe del Estado es por una discriminación frente a 47 millones de personas inventada por el dictador militar que dio un golpe de Estado al que siguió un genocidio contra la última constitución democrática que tuvimos y logramos en paz y armonía: la de 1931

Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. La primera afirmación es cierta; el deseo mayoritario de los españoles es convivir en paz y en libertad, pero para eso necesitamos recuperar la libertad de la que se privó a nuestros padres, abuelos o ya bisabuelos y se nos sigue privando porque no se nos permite elegir al Jefe del Estado de modo libre periódico y democrático. Pero no es cierto la segunda, porque la paz en la que vivimos está pagada con la falta de libertad y democracia que se nos impuso cuando el dictador que inventó un reino y designó un rey lo dejo todo “atado y bien atado”.

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