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18 oct 2017

Los dos minotauros y su laberinto

Interesante el artículo del profesor de Derecho internacional del Prof. Jorge de Esteban “Puigdemont en su propio laberinto” (EL MUNDO, 14.10.2017) pero en la misma deriva general de muchos de sus colegas. Parte de una afirmación inconcrecta “Las cosas están así: una verdadera, pero falsa, Declaración Unilateral de Independencia que se halla en estado latente y una engañosa aplicación del artículo 155 de la Constitución”. No hubo DUI, pero si hay aplicación aunque incorrecta del art. 155 DCE78 que no está para preguntar si se dijo lo que claramente dice. Quien no quiere entender lo claro no puede endosar a nadie la responsabilidad de la falta de ánimo de entender lo evidente. Tiene razón al decir que “es absurdo preguntar a Puigdemont si realmente declaró la independencia”. Tras la respuesta de Puigdemont la pregunta el Sr. Rajoy sólo revela una vez más su infinita torpeza política.
Quizá es marxiana la firma en paralelo de una declaración de intenciones, algo legal incluso dentro de esta CE78 que dice respetar la libertad de opinión,  eso es todo lo que significa eso jurídicamente;  políticamente su valor es mayor y su sanción será objeto  del castigo propio de toda dictadura. Esperemos que no acabe trágicamente que, cabe presumir,  resulta de  todos los comportamientos ultranacionalistas, de los de ambas partes cada uno con su propia “legalidad” pero ambos carentes de “legitimidad” que es un valor moral.
Dice del Sr. Puigdemont que  “lo más grave de su actividad como político es que es un incompetente” y que es “irresponsable, por haber metido a Cataluña en un imbroglio de tamaño colosal”.  ¿Qué decir de millones de catalanes que lo apoyan? ¿Se dejan llevar por el ronzal porque son tontos que se dejan manipular? Sin descartarlo es grave acusación. Acto seguido justifica el autor que quiere la independencia de Cataluña “de forma ingenua e ilegal”.
                Que es una ingenuidad que “ un país de 500 años de existencia - una de las primeras potencias mundiales durante un siglo - quiere apoyarse únicamente en la mitad de los electores catalanes, ya que al menos la otra mitad quiere seguir siendo española, está negando el concepto de democracia, en la que no vale el empate como en el fútbol”. Los 500 años se refieren a la España actual, salvo la pérdida de la Cataluña hoy francesa y de las posesiones extrapeninsulares de Europa en Italia, Francia Holanda y Alemania que tenía Carlos i, pero España como heredera de la Hispania romana, tras la secesión de la Hispania tingitania y de parte de la Lusitania y la Narboniensis existe desde hace dos siglos no 500 años.
No cabe confundir que Corea del Norte se entere de lo que ocurre en Cataluña; es su obligación. Pero no ha apoyado su petición y tampoco el resto de la comunidad internacional; y no lo hará la UE donde nadie quiere substituir la Europa de los Estados por la de las regiones. El Califato de Córdoba fue una luz que deslumbró el medievo europeo. Desapareció cuando lo substituyeron las taifas. Además el ingreso en la UE exige la unanimidad. Previendo un  rencor ¿de medio siglo? esa sería la tardanza de Cataluña en conseguirlo.
Lo que no cabe reprochar el Sr. Puigdemont, le llega bastante con sus propias culpas,  es la “ilegalidad del pseudoreferéndum del 1 de octubre” que no “confirma aún más la incompetencia de Puigdemont y sus adláteres, especialmente su vicepresidente” sino la torpeza política del Sr. Rajoy. Pudo autorizar un referendum no vinculante pactando la pregunta, la campaña y el porcentaje para el SI. Pero lo declaró ilegal aunque era algo “legalmente constitucional” porque fue un cobarde que no supo afrontar un reto político..
La referencia al “pacto político del que nació el Estado de derecho” es falaz. Cualquier contrato firmado con la misma falta de libertad sería nulo de pleno derecho. Eso es la CE78. La convivencia en paz sólo existe a partir de acuerdos libres entre todos. Eso no justifica “romper el pacto fundacional político y situarse fuera de la ley” pero sí exige declarar el fin de lo transitorio y la necesidad de recuperar la libertad de elegir al Jefe del Estado sin cuyo requisito no hay democracia. Tener parlamento es algo que tienen también todas las dictaduras. En cuanto al primer mandamiento del Derecho no es “garantizar la seguridad jurídica legal” sino garantizar la seguridad jurídica legítima: eso exige la igualdad de derechos de todas las personas lo que es incompatible con toda dictadura sea regia militar o teocrática. Afirmar  que “la seguridad jurídica garantiza el mercado y sin mercado no hay progreso económico” es también valido para las dictaduras. La afirmación de López Burniol, “a medio y largo plazo, el incumplimiento de la ley cuesta muy caro”; que se lo digan a los asesinados por Franco durante los 3 años de incumplimiento de la ley y durante los 40 de cumplimiento de sus leyes.
Pero sí es correcto decir que “los incompetentes que quieren empobrecer Cataluña se habrán dado cuenta ya, ante la huida de los grandes bancos y empresas”. Sea o no legal el dinero apoya a la “patria” si btiene beneficios. Que se lo digan a March y a tantos otros que apoyaron a Franco. Si no apoya “el  referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional y la Junta Electoral Central” es porque ahora no ven en ello beneficios.
Reprocha el autor al Sr Rajoy su responsabilidad porque “no hizo muchos esfuerzos para evitar todo esto”, lo del 6y 7 de septiembre en el Parlament pero luego destaca el buen discurso que pronunció el pasado miércoles en el Congreso y que debía haber realizado antes del 1 de octubre, con lo que hubiese abierto los ojos a muchos”. Fue un discurso de un político cobarde escondido tras los jueces, los fiscales y las FCSE. Su eterno camino.
No vale la pena insistir en la invalidez del referéndum. Nadie lo discute salvo los independentistas y a los mesiánicos no les valen las razones; obran por sentimientos. Pero si fue ilegal y sin garantías fue porque el Sr. Rajoy lo pudo legalizar y acobardado lo ilegalizó. Quien provoca algo no pude reprochar a nadie las consecuencias de su decisión; eso es otr cobardía. Tampoco vale la pena argumentar la falsedad del derecho a la autodeterminación de los pueblos a la independencia. Nadie lo discute salvo los independentistas y a los mesiánicos no les valen las razones; obran por sentimientos.
Es cierto que “la CAMPAÑA previa al referéndum ilegal fue abusivamente a favor del sí”. Fue otra de las consecuencias de Rajoy; al ilegalizar el referéndum impidió toda oposición que hubiera podido ser acusados de “co-autores legalizadores” de un referéndum ilegal (art. 28CP). La “libertad de voto” no existió sobre todo tras la violencia de las FCSE siguiendo las órdenes de los jueces forzados por un político acobardado y matón; la denominada “traición de la policía autonómica” es una opinión que no comparten millones de catalanes. Y que conste el ánimo de hacer trampa dadas las declaraciones que constan l de que “habría que inflar los resultados para que se llegase por lo menos a los tres millones de votantes” no cabe sorprenderse. Llevamos 80 años de nacionalismo tramposo “con ánimo de perdurar”.
Es una obviedad afirmar que “proclamar la independencia de Cataluña basándose en un referéndum ilegal, según una ley suspendida por el Tribunal Constitucional y con unos resultados fraudulentos, es una broma de mal gusto”. Pero eso aunque sirva para justificar que “el Gobierno no aplique el artículo 155” es más culpable quien pudo evitar la “farsa de una vez, los dos Gobiernos, el de Madrid y el de Barcelona, estarían a la misma altura y nadie puede predecir lo que sucederá en España ante tanta incompetencia”.

En el fondo el Sr. Rajoy y el Sr. Puigdemont son tal para cual: unos manipuladores de su mismo sentimiento nazionalista, cada uno el de su parroquia, para los cuales las demás personas que a fuer de racionales no somos nacionalistas no valemos el más mínimo respeto.

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