Sin
duda el Ministro de Educación no ignora el episodio que ocurrió en la
Universidad de Salamanca el 12.10.1936. Siendo rector Unamuno uno de los
genocidas, el General Millán Astray, pronunció un discurso coreado por sus partidarios
con su grito favorito:“¡viva la muerte!”
A él contestó
el rector diciendo: ““Acabo de oír un grito
necrófilo y carente de sentido: ‘Viva la muerte’. Y yo, que me pasé la vida
forjando paradojas que han provocado la ira de otros, debo deciros, como
experto en el tema, que esta aberrante paradoja me resulta repulsiva. El
general Millán Astray es un lisiado, lo digo sin el menor sentido despectivo.
Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Lamentablemente hay
demasiados lisiados en España ahora. Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda.
Me duele pensar que el general Millán Astray deba dictar los criterios para una
psicología de masas. Un inválido que carece de la grandeza de Cervantes busca
un ominoso alivio causando mutilaciones a su alrededor.”
Como cabía esperar del nivel
intelectual del General Millan Astray su racional respuesta fue: “Abajo la inteligencia! ¡Viva la muerte!”, cosechando nuevos aplausos.
Unamuno siguió diciéndole:
“Éste es el templo del intelecto y yo soy su gran sacerdote. Son ustedes los
que profanan su sagrado recinto. Ustedes vencerán porque poseen fuerza bruta en
abundancia. Pero no convencerán. Porque para convencer es necesario persuadir.
Y para persuadir es necesario tener algo de lo que ustedes carecen: razón y
derecho en esta lucha. Considero fútil exhortarles a pensar en España. He
dicho.”
¿Se necesitan más explicaciones para saber por qué su
primera medida en el Ministerio ha sido quitar el cuadro de Unamuno? Podemos
estar en desacuerdo con él, ¿quién no?, pero hay que admirar la coherencia de
su comportamiento, la fidelidad a sus principios y el estar dispuesto a
defenderlos cuando hasta el heredero del genocida los denuncia: “En su raíz más profunda respetar la Ley es la fuente
de legitimidad y la exigencia ineludible para una convivencia democrática en
paz y libertad” , acaba de decir, aunque me temo que con menos sinceridad que el Ministro y, en cualquier
caso, con absoluta falta de coherencia con el "puesto heredado".
También es de agradecer al Obispado de Madrid que,
con igual respeto y fidelidad a lo que defendió la iglesia católica codo a codo con el General
Millán Astray y demás genocidas, considere que no procede la más mínima sanción,
¡ni siquiera por inoportuno!, al sacerdote que alabó al genocida, probablemente
porque han considerado que era muy oportuna esa defensa del genocidio. Dice el art. 18 CP: Es apología a los efectos de este Código la exposición ante una concurrencia de personas o por cualquier medio de difusión de ideas o doctrinas que ensalcen el crimen o enaltezcan a su autor. La apología sólo será delictiva como forma de provocación y si por su naturaleza y circunstancias constituye una incitación directa a cometer un delito" y es claro que este último punto no lo cometió el sacerdote;le bastó con los anteriores.
Durante un año ha estado ilegalmente situado en el
Ayuntamiento de Madrid el busto del heredero del genocida al que le juró
lealtad a los principios fundamentales del régimen para quedarse con “la finca
y sus semovientes” trabajando para su beneficio, juramento al que ha hecho el
honor que todos conocemos. Su permanencia me recordó la de las fotografías de
Franco y José Antonio. Siguieron durante años presidiendo ayuntamientos y escuelas.
Nadie se atrevía a tocarlas; ¡eran algo sagrado!: uno “caudillo por la gracia
de dios” y el otro “mártir”. ¡Ahí es nada!
Ministros y demás capitostes del PP se animan a
denostar la actuación de la alcaldesa que ha eliminado el busto de quien estuvo
ilegalmente presidiendo lo que no debía presidir. Por cierto ¿qué hace opinando
sobre el particular el Ministro de Asuntos Exteriores en un asunto que no es de
su competencia? ¿Por qué el Ministro del Interior no ha salido en defensa de la
alcaldesa por atreverse a dar el primer paso para acabar con la ilegalidad en
la que se encontraba el Ayuntamiento de Barcelona desde hacía más de un año?
Hay símbolos que por lo que simbolizan deben
eliminarse: las banderas nazis, las fascistas; hay símbolos que porque la ley
lo exige hay que soportar ¡pero ni un punto más! Pero resulta baboso el halago servil
de todos los mindunguis que en el mundo han sido, siempre untuosos con el poder
hasta la náusea; poder que, "a tal siervo tal señor", se “deja querer” produciendo vergüenza ajena. Así se
llena con sus nombres de modo inmerecido calles, plazas, hospitales, campos de fútbol,
fundaciones, etc. - ¿ad maiorem rei gloriam? - pues para más”inri” la “cosilla”
la pagamos nosotros.
“¡Tonto el
que lo lea!”, escribíamos de pequeños en aquellos incipientes grafittis con
tiza. “¡Tonto el que se enfade!”, habría que decir a estos ignorantes de una inexorable
ley de la naturaleza- la ley dela gravedad: "todo lo que sube, baja" cuando la fuerza que lo desequilibró desaparece,
Son además ignorantes del recordatorio evangélico: “¡el que se ensalza será humillado! que da para evitarlo una solución muy sencilla: “¡el que se humilla serán ensalzado!”; pero nadie se apunta.
Son además ignorantes del recordatorio evangélico: “¡el que se ensalza será humillado! que da para evitarlo una solución muy sencilla: “¡el que se humilla serán ensalzado!”; pero nadie se apunta.
Pues eso,
¡a humillarse tocan!; o al principio, o al final, ¡como su propio nombre
indica! Ésa es otra ley de la naturaleza.
2 comentarios:
Muy oportuno hacer reconocer a los genocidas que no fue una Cruzada, sino que otro genocidio que vino bien a ciertos estamentos: No es de esperar, aunque se crean herederos de la Ley divina de la salvacion, que reconozcan nada, ni aun que se hundan en el mayor de los desprestigios.
Gracias por el comentario. A todos nos cuesta cambiar nuestras convicciones, pero hay que darle a todo el mundo la oportunidad de que reflexione. Muchos no han tenido la oportunidad de oír de sus padres otra versión que la justificación de la violencia y eso bloquea lel acceso a la realidad. Recuerdo el caso de una chica del medio-oeste norteamericano a la que en los años 50, donde las opciones de difusión de la información estaban en plena prehistoria, le habían "enseñado" que los negros ¡no había ninguno a su alrededor! eran una raza de animales inteligentes, ¡pero animales! y que tener relaciones sexuales con ellos era como tenerlos con otro animal. Todos en su pueblo: familia, pastores, maestros y demás fuerzas vivas opinaban lo mismo. Hasta que salió de su cueva "platónica" y vio el mundo real n o tuvo oportunidad de reflexionar no descubrió que eran seres humanos ¡como todos!
Seamos pues generosos y, sobre todo, perseverantes en informar sobre la realidad.
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