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27 jul 2015

Empanada ministerial

                De entrada había que preguntarle al Ministro de Asuntos Exteriores qué hace opinando sobre un asunto que pertenece al Ministerio del Interior, como es el del respeto a la ley 39/1981.
Dice su artículo cuarto:  En las Comunidades Autónomas, cuyos Estatutos reconozcan una bandera propia, ésta se utilizará juntamente con la bandera de España en todos los edificios públicos civiles del ámbito territorial de aquélla, en los términos de lo dispuesto en el artículo sexto de la presente ley, y añade el artículo quinto: Cuando los Ayuntamientos y Diputaciones o cualesquiera otras Corporaciones públicas utilicen sus propias banderas, lo harán junto a la bandera de España en los términos de lo establecido en el artículo siguiente”.
En ninguno de estos dos artículos ni en los siguientes se prohíbe que en cualesquiera corporaciones públicas puedan ondear otras banderas que el responsable de la corporación o por su acuerdo mayoritario se decidan colocar con la excepción implícita de una bandera que constituyera apología del terrorismo porque eso constituiría un delito tipificado, es por lo que diversos ayuntamientos, también la Comunidad de Madrid, decidieron colocar las banderas del “arcoíris” con motivo de la celebración del ”día del orgullo gay”.
Estuve buscando una disposición que obligara a que el cuadro del dictador monárquico presidiera todos los despachos oficiales como su predecesor el dictador militar que solía compartir pared con José Antonio y no la he encontrado. Salvo error no parece obligatorio tener la foto del rey franquista contrariamente a lo que ocurría con los citados cuadros de Franco y José Antonio que si no eran legalmente obligatorios ¡como si lo fueran! No olvidarnos de la máxima que regía la convivencia en aquellos tiempos: “lo que no está prohibido es obligatorio”.
Pero aunque el régimen actual, la dictadura monárquica, constituya una herencia sin solución de continuidad de la dictadura militar sería faltar a la verdad que en estos momentos los niveles de libertad - ¡siempre dentro de un orden!, como se decía en la época de Franco - aun aumentado y hoy se pueden hacer muchas más cosas que antes estaban prohibidas.
Es verdad que se podrían hacer más; pero eso exige que los súbditos tengamos disposición a ser ciudadanos. Sólo entonces, cuando  nos creamos que es verdad lo que dice el art. 1.2 CE78: “la soberanía reside en el pueblo de donde emanan todos los poderes del Estado” y estuviéramos dispuestos a exigir unos derechos que se nos reconocen y cualquier juez - salvo si prevaricara - nos reconocería.
La política de este gobierno, mutatis mutandis, sigue la línea del régimen antecedente que cuando se promulgó la ley de la libertad de prensa por lo cual los periodistas no tenían que someter sus informaciones a ningún control logró, siguiendo las técnicas de los perros de Pavlov, ¡es el triunfo de la represión aún vigente!, substituir la censura por la autocensura. Muchos periodistas - no sólo los subsidiados con los fondos para reptiles - no se atrevían a decir nada.
Veo que la situación mental actual, salvando las claras diferencias materiales que hay, es la misma. Los defensores de la dictadura denuestan a quienes discrepan calificándolos de “radicales” y “populistas”. Es el mismo insulto ¿moderno? que usaban sus padres que decían “rojos”, comunistas”. El tópico literario bíblico: “nihil novum sub sole” sigue en vigor. Nada hay nuevo bajo el sol. Los camaleones cambian de color la piel pero siguen siendo camaleones aunque hay gente trasnochada como el Ministro de Asuntos Exteriores que desacreditaba una lista encabezada por alguien “que había sido comunista”.
Eso es un acto de clara discriminación. Nunca se escandalizó de que la Comunidad de Galicia la presidiera un ministro Franquista ni de que siguiera siendo Jefe del Estado quien juró que seguiría maltratándonos con las leyes franquistas. Al fin y al cabo a Fraga le eligieron sus paisanos pero el Jefe del Estado lo es porque nunca tuvimos opción de elegir entre la continuidad de la dictadura franquista en una dictadura monárquica o por la recuperación de la democracia republicana, y perdón por la reiteración.

Pero el colmo es reprocharle a la Alcaldesa de Barcelona que elimine el busto del heredero de Franco aprovechándose de que fue un perjuro. ¿Qué quería, que la alcaldesa repusiera los retratos de Franco y de José Antonio? Todos están fuera de la ley.

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