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1 feb 2014

Violación de la libertad

Si alguien nos preguntara qué es lo más íntimo para nosotros sin duda diríamos que nuestros pensamientos. Todos tenemos un rincón en nuestro interior en el que nadie puede entrar; el que lo haga, como las esposas de Barba Azul, están condenados a muerte porque ha violado nuestro más íntimo y protegido "sancta sanctorum".
Que eso es así es una realidad que llega hasta la heroicidad. Admiro a esas personas que, víctimas de las dictaduras, han sido torturadas para que delataran a sus compañeros y han soportado - ¿cómo lo han conseguido? - atroces sufrimientos y hasta la muerte que, piadosa, les ha librado de ellos.
Sin duda nuestro cuerpo mortal es el siguiente elemento de nuestra privacidad. Dentro de él hay partes más íntimas que otras; incluso entre las externas, que las vísceras son todas de gran intimidad. Pero también entre estas algunas son más íntimas que otras. Se trata de una intimidad que impide, incluso, que sean objeto de una conversación abierta. Sólo en ámbitos muy, pero que muy reducidos uno cuenta sus intimidades viscerales.
¡Nadie tiene derecho sobre nuestro cuerpo, como no lo tiene sobre nuestra mente! 
Eso lo dice hasta la CE78, ese bodrio franquista con el que nos endosaron al dictador regio nombrado por el dictador militar, un intento de fraude bastante bien conseguido porque algunos no se han dado cuenta de la estafa.
Dice el art. 15,CE78: "Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes". ¿Qué es un trato degradante? Evidentemente todo aquel que atropella nuestra libertad. Porque la libertad es la esencia del ciudadano, construida sobre el ser humano racional. Lo decía D. Quijote: "Sólo pro dos cosas, amigo Sancho, cabe empeñar la vida: por el honor y por la libertad". Una frase un tanto redundante porque ¿qué es la libertad sin honor?; ¿donde queda el honor si uno carece de libertad?
También dice el art. 17,CE78: "1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la forma previstos en la ley". Y aunque esto suele entenderse en forma de privación porque a uno lo meten en la cárcel - lo que sería dentro de la ley, si de ese modo protegemos la libertad amenazada de otra persona en sí misma o en su patrimonio - o porque lo secuestren - lo cual sería fuera de la ley - también está uno privado de su libertad cuando le obligan a hacer lo que no quiere mediante chantaje o amenaza. 
En cuanto al aspecto ideológico dice el art. 16,CE78: "1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley", con lo cual, salvo que se altere el orden público, no cabe limitar ningún derecho que uno pueda ejercer a través de su propio cuerpo como consecuencia de su ideología. 
Esto nos lleva a tener que determinar lo que ninguna constitución define: qué es el Orden Público. 
En una dictadura ya se sabe lo que es el Orden Público: que todo el mundo esté callado; que nadie critique al gobierno; que nadie se manfieste; que nadie se oponga al poder dictatorial, sea éste de origen militar, sea éste de origen monárquico o se disfrace con la seda de republicano lo que no impide seguir viendo a la mona, ¿o es al elefante? bajo esa seda dictatorial.
Por el contrario, en una democracia, sistema que sólo puede existir en un régimen republicano - aunque como ya hemos señalado la inversa no es cierta, porque no porque la mona se vista de seda deja de ser mona - el Orden Público consiste en la protección absoluta de los derechos individuales y en protger asimismo los colectivos que están siempre al servicio de los ciudadanos, que eso es lo que significa re-publica: que las "cosa pública" está al servicio del ciudadano porque "en el pueblo reisde la soberanía de donde emanan todos los poderes del Estado", como falsamente declara el art. 1.2,CE78, que en España el poder del Jefe del Estado emana del dictador que lo creeo a su imagen y semejanza, secuestrándose así nuestra soberanía.
Llegados a este punto "con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho"; una iglesia encarnada en la persona del Sr. Ruiz-Gallardón dispuesto a atropellar todos estos artículos de la CE78, ¡y más que le echen!, para lograr que el cuerpo de la mujer haga lo que él quiere; dispuesto a invadir su intimidad más íntima; dispuesto a violar sus ideologías más profundas; dispuesto a privarlas de su libertad.
Que eso lo haga desde el Ministerio de Justicia me recuerda un chiste de la guerra fría. 
En una reunión diplomática se forma un grupo en el que coinciden el embajador de Suiza y el embajador de la URSS. Desinhibido por la buena calidad del vino trasegado, el embajador de la URSS se dirige a su colega suizo y le dice: "Querido colega, he de confesar que siempre me ha intrigado mucho que Vds. tengan un Ministerio de Marina siendo así que son Vds. un país mediterraneo que está a muchos kilómetros del mar". 
El Embajador de Suiza, sonrió y con cortesía diplomática le contestó con sobriedad: "Confidencia por confidencia, querido colega, a mí también me ha sorprendido siempre  mucho que Vds. tuvieran  en la URSS un Ministerio de Justicia".

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