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5 feb 2014

Memoria viva

Decididamente la historia, me refiero a la historia no actual, es tarea de historiadores. La actual es de los ciudadanos que al sufrirla la estamos creeando. El historiador que hace elogios de un Borbon como Fernando VII falsea una realidad que ya poco daño puede hacer. Si los hace de Juan Carlos I comete un daño irreparable al faltar a la verdad o al contar las cosas como si hubieran ocurrido según 
él dice, porque otras personas vimos que habían ocurrido de otro modo.
Hoy, cuando la dictadura monárquica hace agua  - "hacer aguas", señores periodistas, es otra cosa - fruto, entgre orras razones por la corrupción que perfora su casco, surgen sorprendentes valedores por todos los lados empeñados en sostener lo que está condenado al derribo desde que fue engendrado.
Fue engendrada como fruto de una coyunda homosexual entre el hijo del último dictador monárquico (Juan de Borbón, su padre biológico) y el dictador militar (General Franco, su padre putativo) paradójica: primero, porque Franco perseguía a los homosexuales con el apoyo de la iglesia católica, que sigue haciéndolo; segundo, porque las coyundas homosexuales son estériles; en este caso no.
Esta caída del aprecio ciudadano me recuerda el chiste de la guerra fría: en la época de Mao un alumno le dice a su maestra china: "ayer, mi gata tuvo cinco gatitos; tienen los ojos cerrados pero los cinco dicen ¡viva el Presidente Mao; abajo con la repúblicas democráticas!" La profesora lo felicita y cuando una semana después llega un inspector le pide al niño que le cuente la historia de su gata. El niño se levanta y dice: "hace una semana mi gata tuvo cinco gatitos y los cinco dicen ¡viva la república democrática, abajo con el Presidente Mao!". Todos se quedan atónitos. La profesora le dice "pero niños, como dices hoy todo lo contrario que la semana pasada". El niño responde: "es que a la semana los gatos han abierto los ojos".
Millones de españoles no sufrieron la dictadura del General Franco; no tuvieron miedo a una involución franquista, fracasada el 23F - el Jefe del Estado nos debe una explicación de detalle ede todo lo que pasó. Ellos lo estudian en el libro de historia. Saben que parlamento y democracia no son sinónimos. Muchos países no democráticos - también la España de Franco - tienen parlamento pero no democracia. Saben que la democracia exige poder elegir al Jefe del Estado. Rechazan que se les prohiba el ejerecicio del "derecho a decidir" si sequiere una república democrática y parlamentaria o una monarquía no democrática, aunque parlamentaria. 
Es falso, como elo en EL PAIS, decir que "el Rey que heredaba un poder ilegítimo en su origen, conquiwstó para la Monarquía la legitimidad". La ilegitimidad de origen la ratificó con su engaño de la Transición a la Democracia" que nunca quiso. Quería la Transición a la dictadura monárquica donde como en toda dictadura no se elige al Jefe del Estado porque somos "subditos" no ciudadanos.
Es cierto decir que Carrillo dijo: "la opción no era entre monarquía y república sino entre dictadcura y democracia". Él optó por la dictadura monarquica pero no renunció a la "república democrática" porque lo suyo era la dictadura estalinista. En la República el PCE no fue republicano ni democrático; fue antifascista y dictatorial y obedecía ciegamente los "diktat" de Stalin. Sus ataques al Gobierno democrático de la república ayudaron más a los fascistas de Franco que a la República democrática.
Es cierto que "ninguna de las sucesiva y variadas instancias unitarias de la oposición que por entonces vieron la luz incluyó en sus respectivos programas punto alguno sobre la república"; eso sólo indica nulo sentimiento republicano en todas esas "instancias unitarias", muchas opuestas a la República democrática, como D. Juan de Borbnón, padre del heredero y continuador de la dictadura del golpista General Franco, que se apuntó a su ejército para acabar con la república democrática.
Las "instancias unitarias" vendieron su dignidad democrática - ¡si la tenían!- por un plato de lentejas: ser legitimadas y participar en las primeras elecciones pseudo-democráticas de la dictadura franquista presidida Juan Carlos I. A esa primera corrupción siguieron todas. Perdida su ética, la corrupción económica emergió campó ya por sus respetos. Es cuestión de tiempo que mueran ahogados en ella.
Sólo un partido, Acción Republicana Democrática Española se negó a eliminar Republicana de su nombre. El precio de la dignidad fue no ser legitimada en esas elecciones pese a haberlo solicitado mucho antes que otros partidos que se dejaron corromper y, por ello, fueron legalizados. Con el populacherismo clásico de los borbones se fue instalando la dictadura monárquica hereditaria. 
Es falso decir "el peligro principal de la fuerte vinculación en origen de la institución monárquica a la persona del Rey que la pérdida de confianza en este entraña la masiva deslegitimación de aquella". La esencia de una monarquía, una dictadura regia hereditaria, nació de la voluntad del dictador que robó vida y democracia a millones de españoles. Tiene la enfermedad incurable de la falta de democracia. Los españoles queremos democracia y sólo hay democracia en una República. Es vano el intento de apuntalamiento de la periodista y el hijo "mejor preparado" ante la generación "mejor desempleada" con que gente "interesada" emn este montaje presionan al padre. Pero él no caerá en la trampa.
Teme, con razón, que si se mueve un palillo se caerá él con todo el tenderete franquista.
Teme, con razón, que si abdica perderá su inmunidad como Jefe del Estado franquista.
Teme, con razón, que no se modificará la CE78 para que diga "el padre del Rey es inviolable" Si abdicara pierde su inviolabilidad y su abuelo, Alfonso XIII fue condenado por la II República, aunque en rebeldía, por delito de traición. El ejemplo de su hija lo tiene en carne viva.
Se puede querer reprimir la memoria histórica, pero la memoria viva sigue viva. Los testigos de los hechos no aceptamos versiones "diferentes" que intentan negar que la única opción de futuro es la ALTERNATIVA REPUBLICANA.


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