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5 oct 2013

La marca Partido Popular: miente, engaña, oculta

En eso consiste la transparencia. No hay nada más transparente que la mentira. La verdad es algo sólido, contundente, irrebatible; uno no pude negar su existencia. Su opuesto, la mentira, es la que propagan todos los que abanderan la transparencia: la mentira no existe, por eso es transparente; la mentira no es sólida, por eso es transparente; la mentira no se puede ver, porque es transparente de pura inexistencia. No puede ser ni siquiera translúcida. ¡No existe!
Tomemos el ejemplo de la Srª Cospedal hablándonos del “… finiquito diferido … en forma de simulación….”, etc., etc. No existe nada de lo que dice; porque la mentira es tan transparente, desaparece. No hay nada. No cabe ninguna responsabilidad por mentir, ¡ algo que no existe!
Tomemos las declaraciones del Sr. Montoro cuando estaba en la oposición: “nosotros sabemos cómo arregla esto”. Era una mentira evidente. Le reprochaban que no quisiera explicarlo. ¡No podía! Todo era mentira; no sabían como arreglarlo. Si hubiera sido una verdad hubiera sido algo sólido; se hubiera podido explicar, enseñar, permitir que se analizaran los razonamientos y se discutieran. Pero era una mentira transparente y por eso al ser inexplicable, no lo explicó.
La gente, sobre todo a la no reflexiva, que desgraciadamente es la mayoría, lo que le gustan son las mentiras. Educados en tener fe en lo que no ven, les resulta muy fácil tener fe en una mentira que no ven. Por eso, no por otra razón, el mentiroso está condenado a triunfar. Dice una mentira y la gente le cree, porque no ve nada, tiene fe. La fe niega la evidencia.
Ahí tenemos también al Sr. Rajoy cuando dice: “todo es mentira menos algunas cositas que han publicado Vds.” ¿Cuáles? No hay por qué explicarlo, la verdad se explica sola y las mentiras, como no existen no hay por qué explicarlas. ¿Cómo se va a explicar la mentira? Su afirmación no puede ser más correcta. En ningún lado se dice cuantas son esas cositas, cuáles son esas cositas, etc. Cuando aparezcan, es decir cuando se vea que son verdad nadie lo negará, pero todo lo demás, mientras tanto, son mentiras. Hay, pues, que tener fe en que todo lo demás, lo que no vemos, es mentira. Y seguir creyendo.
Mentir en el Parlamento no tiene ninguna importancia para los mentirosos. ¡Las mentiras no existen; como son mentiras, son transparentes de puro inexistente! Sólo las verdades existen y por eso no tiene sentido exigir que el Sr. Rajoy vaya a decir que dijo algo que no existe. Eso lo entiende todo el mundo. Basta oír a esas cabezas de la intelectualidad que son el Sr. Floriano, el otro que se cortó el bigote y la Srª Cospedal, sin olvidar a un tal Alonso; todos seguidos de cerca por ese otro prodigio valenciano el Sr. Pons compitiendo entre sí en dura lucha por ser el "portavoz de "la marca Partido Popular".
Nos enteramos que el gobierno presionó para intentar que en la entrevista de Bloomberg se eliminaran las preguntas y respuestas del Sr. Rajoy sobre el caso Bárcenas. ¡Eso sí que es "la marca España! ¿O es la "marca Partido Popular"? Pues claro que les preocupa que el Sr. Rajoy dijera una verdad: “eso nunca podrá demostrarse”. Eso es cierto; ya pasó con sus predecesores. Pero porque es verdad, es visible y más que visible, ostentosa. Al decir que “eso nunca podrá demostrarse”, declaró que sí hubo corrupción en el Partido Popular, pero que “eso nunca podrá demostrarse”. ¡Un error decir la verdad! Luego, ya no sirvió de nada intentar arreglarlo diciendo: “porque nunca hubo corrupción”. Ésta afirmación, como es una mentira, como tal es información transparente y nadie la ve. Por eso lo único que queda es la única verdad del Sr. Rajoy: “eso no podrá demostrarse”. Algo demasiado sólido.

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