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9 oct 2013

El caso Garzón: (13) ¿Justicia? Si, en Luxemburgo

4.- Una tras otra
                 La sentencia del Tribunal de Luxemburgo, reunida la Gran Sala, porque el Gobierno español, en defensa del capital que estafó a todos los ciudadanos recurrió la sentencia del Tribunal cuando dio la razón a favor de los derechos del ciudadano víctima de la expropiación de los bancos, ha obtenido su merecido: ser puesto en la picota: declararle atropellador los derechos humanos por su ley sobre deshaucios. La sentencia es rotundamente irrevocable, dictada por la Gran Sala.
                 La más reciente sentencia adversa al Gobierno procede también del Tribunal de Luxemburgo. También aquí el Gobierno, recalcitrante, exigió que se reuniera la Gran Sala porque el Gobierno español recurrió la sentencia del Tribunal que le condenó porque la doctrina Parot atropella los derechos humanos de los ciudadanos condenados tras cumplir su pena conforme la ley vigente. Se les condenó por sentencia firme, por tanto, inmodificable; adquirieron, de acuerdo con la ley, los derechos a la redención de parte de la pena, tal y como se interpretaba la ley entonces.
 Este error del Gobierno revela su concepción vindicativa de la justicia. También su ignorancia o su insensibilidad ante la doctrina establecida hace un cuarto de milenio por Beccaria. Este Gobierno se ha hecho acreedor a ser puestos en la picota y que sea ahora la Gran Sala - pese a los lobbies que actúan presionando a los magistrados - al declararles autores del atropello de los derechos humanos con la doctrina Parot. La justicia española quedará a la altura de la justicia de la de los países más inmundamente injustos. La sentencia, dictada por la Gran Sala será rotundamente irrevocable en aplicación de la doctrina reivindicada hace un cuarto de milenio por Beccaria, y obligará a indemnizar a unos asesinos por la torpeza jurídica y la falta de ética de un Gobierno que los ha convertido en víctimas.
                 También, si este Gobierno no lo remedia - el Gobierno anterior, a través del Fiscal, se opuso a esta sentencia - tendremos que indemnizar al juez por el daño sufrido: el material y el moral.  Ahora bien, ¿quién nos indemniza a nosotros por haber sido privados de su justicia tantos años? El error era vencible y no lo vencieron; y tampoco apreciaron la falta de dolo y malicia que no tenía el juez Garzón.

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