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27 oct 2013

¿Cobardía?

Resulta difícil que alguien en España pueda defender la tesis de que el Presidente del Gobierno es un tipo arrojado, con cuajo, que sabe enfrentarse a la realidad aunque ésta resulte poco amable.
Sus actuaciones eludiendo comparecencias, incluso escapándose para evitar el pasillo de los periodistas, sus ruedas de prensa sin derecho a hacer preguntas, o sus ruedas de prensa "plasmática" no son ningún elemento que acredite el coraje del Presidente.
El Presidente del Gobierno es abogado. Logró su título tras haber aprobado varias asignaturas de Derecho Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal; también estudió Derecho Romano, Derecho Civil, Filosofía del Derecho, etc., etc. El Presidente del Gobierno sabe por tanto, porque se lo enseñaron y lo aprendió, que existe un Principio General de Derecho que declara que “nadie pude ser enjuiciado por una ley que no estuviera publicada en el momento de cometer su delito”.
Sin embargo, el Presidente, aun sabiéndolo, adoptó la actitud populachera de decirles a las víctimas del terrorismo que él “estaba con ellas”; les dijo que defendería hasta el fin la aplicación de una ley que él sabía que violaba ese Principio General de Derecho. Los familiares de las víctimas son personas que sufren un dolor inmenso y sin fin que les acompañará hasta el día de su muerte. En esas condiciones son más crédulas por su propia debilidad; no se les puede ocurrir ¿cómo se les puede ocurrir? que alguien, nada menos que el Presidente dl Gobierno, les está engañando porque su objetivo principal era sacarse un foto con ellas. En esas condiciones ellas, ¡más que nadie en el mundo!, necesitan solidaridad y afecto, pero sobre todo necesitan eso que se dice en todos los funerales: “te acompaño en el sentimiento”.
Pero ¿qué clase de “acompañamiento en el sentimiento” es el que te ofrece quien te engaña para sacar el beneficio político del engaño con el que te engaña? Un engaño tan premeditado sólo revela lo falso de su “acompañamiento”. Un gesto falso de alguien que sabe que es legalmente correcto; que sabe que no puede oponerse a la ley; que sabe que no hay ninguna posibilidad de que, aunque se opusiera, un tribunal no politizado lo aceptara.
El Presidente del Gobierno tiene que acatar la sentencia; también tiene que ejecutarla. El Presidente del Gobierno, para que no se note todo lo que hizo mal: engañar a las víctimas haciéndoles creer que “él no hace nada” y está con ellas, ha dicho que eso es un asunto que tendrán que resolver los jueces.
Pero luego, como Presidente del Gobierno, varios días después de meditar pros y contras políticos,  ha decidido no va a acompañar a las víctimas a las que engañó a la vez que dice a sus correligionarios del PP que vayan a donde él no piensa ni acercarse.
¿A qué se debe ese “nadar y guardar la ropa”? ¿Es eso lo que espera uno del Presidente del Gobierno? ¿A qué se debe esa esquizofrenia? La impresión que produce es que es un comportamiento cobarde; lo que se suele decir que es un comportamiento de tirar la piedra - que el PP vaya -  y esconder la mano - a mí que no me vean; o tirar la piedra - las he engañado - y esconder la mano - les mando al PP.
                A mí el comportamiento del Presidente del Gobierno me parece una cobardía. Es posible que esté equivocado. Es posible que el Presidente sea más valiente que el Cid Campeador; que sea más valiente que Roger de Flor y Roger de Lauria y los almogávares; que sea más valiente que los tercios de Flandes en una pieza. Pero a mi el comportamiento del Presidente del Gobierno, ¡qué quieren que les diga!,  me parece más bien tirando a cobarde.

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