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13 oct 2013

Derecho a decidir: (34) un ejemplo legal

España fue durante muchos años pionera en el derecho internacional. Los libros del Consulat del Mar, publicados en Barcelona en la Edad Media fueron una referencia que copiaron las naciones-estado hanseáticas por lo equilibrado y justo de sus preceptos. España reconoció el derecho legal de los indígenas a la libertad tras descubrir América. Pero no se respetó la ley,  que “el espíritu está pronto, pero la carne es flaca”. La diferencia fue clara con otros colonizadores que masacraron a los colonizados pero con la ley en la mano. Fue como durante la guerra civil: en el lado republicano hubo abusos que el gobierno no pudo evitar; los golpistas institucionalizaron los abusos desde el poder. El muerto quedó igual de muerto, pero la indignidad fue diferente.
España debe reconocer el derecho a la secesión y ser pionera en el derecho para resolver pacíficamente los conflictos de convivencia. Tenemos el Kurdistán, Palestina, Taiwán, Tibet, el Frente Polisario, etc. La solución resultaría aplicable a las pretensiones de corsos y bretones, todavía no violentos, a los padanos inventados por  Bossi o en resolver los conflictos del Reino Unido y el Ulster y el reciente del Sr. Mas.
¿Quién prefiere una solución violenta a una pactada? ¡Sólo los violentos! Ésa es otra razón más para que los demócratas acabemos con una convivencia de modo pacífico y sin violencia. Muchas gente se divorcia de mutuo acuerdo; eso facilita la posterior convivencia. Es más seguro y placentero ser alemán en Mallorca que vivir en el País Vasco bajo la violencia nacionalista de los etarras, prácticamente desaparecida.
Aceptar la sinrazón del violento - admitamos pulpo como animal de compañía - es de utilidad universal para resolver conflictos si es imposible la convivencia amable. La secesión, aunque sea pacífica, va contra el progreso en la convivencia, en tanto que separa en vez de unir. Vivir bajo la violencia es un mayor retroceso. Gibraltar; Ceuta, Melilla y tantos otros asuntos se pueden resolver por acuerdo e indemnización. Incluso el señorío de Treviño, cuyo derecho histórico no respetan los que reivindican sus derechos históricos de independencia; los que nunca tuvieron. No quieren seguir el ejemplo francés con Llivia, un pueblo español rodeado de Francia por todas las partes.
La vida tiene un precio. Los pacíficos estamos dispuestos a pagar más de lo exigible para tener el derecho a vivir en paz y justicia que el violento no permite.  La única condición es la garantía de protección de los derechos de los ciudadanos que, si triunfa el referendum de secesión - dejando sólo votar una parte de los afectados - que se convirtieran en extranjeros en la tierra donde nacieron. En frase gráfica de Arzallus: tendrían los mismos derechos que un alemán en Mallorca. Los mismos; ni uno menos.
Quizá estos ciudadanos puedan sentirse inicialmente abandonados por los demás españoles. No será así; al menos a ellos les dejan participar en el referendum, derecho que se nos niega a los demás españoles. Tener los derechos de los alemanes en Mallorca es un progreso frente a la calidad de vida en el País Vasco bajo la violencia etarra. Para los catalanes la situación sería parecida a la de ir a Cerdeña: el idioma es parecido.
Los demás españoles podríamos darles un trato laboral y económico preferente si abandonaran su tierra de nación y conservaran la ciudadanía española. Sin duda podrían encontrar trabajo, incluso en estos momentos de crisis, porque serían una minoría Los españoles renunciaríamos gustosos a nuestra subida salarial por solidaridad con ellos para afrontar la indemnización por cambio de residencia.
El Gobierno Provisional Preconstitucional del nuevo país puede plantearse si sus ciudadanos quieren obtener o no la ciudadanía europea, perdida al perder la española, España podría aprobar, sin rencor, su integración tras la petición formal y tras verificar que la Constitución del nuevo Estado no incluye discriminaciones racistas. Pero nadie sabe si las condiciones del Acuerdo de Integración en la UE serán peores o mejores que las actuales, con sus privilegios históricos dentro de España. Bruselas no tiene ningún compromiso económico-histórico que respetar. Eso entraña un riesgo. Lo sensato, es que España establezca un procedimiento para votar la secesión. Sería también lo inteligente; por eso no ocurrirá mientras gobierne el PP y haya una monarquía. Eso sólo es posib le cuando finalice la Transición a la República Democrática que nos robaron.

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