A lo largo de
la historia de España algunas regiones tuvieron privilegios que se perdieron
poco a poco; algunas los conservaron; una reliquia histórica, porque en los
conflictos siempre eligieron el bando ganador. Pero eso ¿no contradice el
artículo 14 de la Constitución?. Si privilegios y fueros personales desaparecieron,
muchos mucho más antiguos, ¿por qué se conservaron estos colectivos? Porque
sólo un demócrata renuncia a sus privilegios. Lo que aman el privilegio, la ley
privada que eso significa, no lo son.
Cuando los
demás territorios de ley común aumentábamos nuestros derechos, ellos se
apuntaban a todas las ventajas ¿por qué no reivindicaban su privilegio menor?. O
se respetan los privilegios ajenos - mayores derechos de la ley común - o se
apunta uno a los derechos de la ley común, incompatible con los privilegios. Jugar
a dos barajas no es ético ni democrático. Recuerda el lema: “lo mío - el
privilegio - es mío y lo tuyo - el progreso en el derecho común - es de todos”.
Hay que elegir: vivir anclados en sus viejos privilegios, una ventaja respecto
de una España medieval, donde TODOS tenían sus privilegios, unas veces
ventajosos otras veces perjudiciales o vivir en un país moderno, con derechos
modernos donde el privilegio no tiene asiento. Pero ya lo hemos dicho, el
ventajista aplica la máxima: “los privilegios son míos, tus progresos también”.
No tienen remedio. Lograr un demócrata es un gran esfuerzo de educación.
Todo contrato
se puede romper unilateralmente. Pero los jueces, con la ley en la mano, exigen
indemnizar el daño. La indemnización será el fin del privilegio foral, por no democrático, que se
producirá en el momento en que se apruebe celebrar el referéndum unilateral ¡en
el que no se permita participar a todos los afectados!
El “privilegio” no democrático
se toleró extemporáneamente por acuerdo entre partes. Sólo permanece mientras
ambas partes tengan iguales derechos. Si una parte ejerce su derecho a romper unilateralmente
un asunto acordado, el acuerdo queda roto. Si triunfa, se impone
unilateralmente la decisión unilateral; si fracasa, roto el acuerdo la otra
parte, a la que no se permitió opinar, ya no está obligada a mantener el
acuerdo roto. El resto de España puede alegar incumplimiento de contrato
unilateral. La norma para seguir el contrato tiene que ser ya sin privilegios extemporáneos
e incongruentes en una democracia impropia de un país desarrollado en el S. XIX
Eso no
ocurriría si votaran ambas partes. Entonces no habría incumplimiento de
contrato, sino novación del acuerdo. Y cabrían los privilegios si no gana la
secesión,
Si la consulta la impone una parte a la otra, el acuerdo
anterior queda roto; y con él la obligación de respetar los privilegios de la
parte unilateral, haya o no secesión. Si la gana, se va con su privilegio, que también
se extingue: ya no tiene a quien imponérselo.
Esto es lo que
exige la equidad y el sentido común. No se pueden tener todas las ventajas en
el mismo saco. El derecho a que quien rompe el acuerdo, si no se consigue la
mayoría, siga obligando a la parte a la que no dejó ni opinar no es “ejercer l
libertad de elección”, es impedir que los demás la ejerzan.
Sin duda los
nacionalistas rechazarán este razonamiento. Años de privilegio les hacen creer
que son algo genético. Son sólo un acuerdo cuyos términos es el respeto a las
dos partes. Roto ese término, el acuerdo se esfuma al negar el derecho a la
otra parte.
Por eso, el rechazo a esa pretensión de “derecho
a decidir” no es porque nadie lo rechace, sino porque se quiere ejercer de modo
ventajista. O votamos todos o una parte niega el derecho a decidir a la otra
parte. La que lo haga unilateralmente libera a la otra parte de su acuerdo. La
continuidad de la convivencia exigirá, pues, un nuevo acuerdo entre las partes
sin “privilegios históricos”. Es lo correcto entre partes que se respetan.
No es difícil comprender estas normas de ética
democrática; ¡si se es demócrata, claro!
¿Se imagina que
Puerto Rico reivindicara el derecho unilateral a decidir dejar de ser un ELA y,
simultáneamente su derecho unilateral a ser un Estado de los USA? Eso, pero no
se dan cuenta, pretenden los partidarios del derecho unilateral a decidir.
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