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30 nov 2013

Terrorismo de nuevo cuño

En este país son muchos a los que no les gusta la opinión ajena. Así estuvimos 40 años …. y unos cuantos más Es lo propio de las dictaduras. El poder quiere mandar en tranquilidad. Quiere el  apoyo de los silenciosos, como nos recordaba hace unos días el Sr. Rajoy.
Los terroristas tienen mala conciencia y, cuando no tienen el poder, asesinan a los que les llaman la atención. Cuando los terroristas  llegan al poder como no pueden asesinar tienen que nadar y guardar la ropa y se conforman con taparte la boca con el Tribunal de Orden Público, como hacía Franco, o con la policía al servicio del Ministerio de la Represión Interior.
A ningún tirano le gusta oír los gritos de desagrado del pueblo. Por eso en todas las tiranías el pueblo está de acuerdo con quien manda; es el caso de Corea del Norte, pero también lo será pronto el de España. Eso nos haría recuperar el “buen hacer” característico de los borbones:  gobernar sin hacer caso de lo que opinan los ciudadanos. Claro que cuando los ciudadanos deciden hacer lo que les parece mejor sin hacer caso del fantoche real, todo cambia. ¡Que se lo pregunten a Luis XVI! Tuvo menos suerte que Isabel II o que Alfonso XIII. A estos sólo se les puso en la calle sin billete de vuelta. Claro que volvieron sus descendientes. Los dos con el mismo procedimiento: un generalote les dio  el billete mediando un golpe de Estado: Martínez Campos, de modo incruento y Franco mediante un genocidio y una dictadura que todavía está dando, esperemos que pronto termine, sus últimos coletazos.
A las dictaduras parlamentarias, como la de Franco y ésta- aunque la mona se vista de seda….- no les gustan las voces discordantes. Son muy “delicaditas”. Tienen los oídos tan sensibles que no soportan a la gente que protesta; sólo les gusta la gente que aplaude. Pero los que se benefician de su política, ese 13 % más de millonarios que han logrado producir, son gente humilde que no se quiere distinguir y no les  aplaude. Ante esta evidencia su solución es impedir que nadie pueda protestar.  La solución es la eterna: la represión. Para eso están las Fuerzas de Orden Público al servicio del Ministerio de Represión Interior clásicas de todo régimen dictatorial, como éste que, cansado de disimular,  cada vez se le ve más “la patita”
Cierto que el art. 24.1,CE78 dice : Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión Si podemos hacer aeropuertos sin aviones, hacer finiquitos en diferido y no se cuantas cosas más, eso no es un Se quitan las faltas del código penal y se colocan en la Ley de Orden Público como sanción administrativa. Nada de 300 €, como ahora, sino 60.000€. Por supuesto que saben que los jueces del Tribunal Contencioso Administrativo les echarán abajo esas sanciones, pero eso a ellos no les importa. Saben que logarán asustar a muchas personas. Se trata de instaurar el terror a la multa. Con esa política terrorista creen que mucha gente dejará de ir a las manifestaciones. Aunque cuando la sanción llega al juez se la tiran abajo porque es un atropello de la Constitución. Y si no pagas te embargan la casa y el Gobierno se dedicará a hacerle competencia a los bancos en su atropello a los derechos ciudadanos.
Cuando haya 5 millones de desempleados que ni subsidio tienen y a quienes el banco les haquitado la casa y a los que no se puede reprimir de ningún modo ¿que va a pasar? La historia tiene la solución: la ALTERNATIVA REPUBLICANA. El ejemeplo de Francia está ahí enseñándonos el camino; como en el rugby: ¡patada a seguir!

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