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1 mar 2014

Nosotros hemos perdido

Los periodistas, sin excepción, se han dedicado a hacer especulaciones desde su parcial punto de vista políticos analizando qué había pasado en el Congreso de los Diputados en ese auto sacramental celebrado por el Presidente del Gobierno y los representantes de los partidos con presencia en las Cortes. 
Todos los análisis se han centrado en la misma cuestión ¿ganó el Presidente del gobierno o Ganó el representante del parido mayoritario de la oposición? Sin embargo, allí lo que tenía que discutirse era si ganábamos los ciudadanos y si perdían quienes no nos representa y que cada vez demuestran más claramente lo poco que nos representan.
Sin duda las propuestas soberanistas de Catalunya son una cuestión a resolver que, con tanta torpeza como astucia se está convirtiendo en un elemento de confrontación cuando debería ser un elemento de colaboración.
Sin duda la desaparición de ETA es un problema que tiene que tener solución, pero la ridiculez del comportamiento de los asesinos con esa mascarada, porque no llega ni a astracanada, de extraña financiación internacional, no contribuye a que nadie pueda tomarlos como interlocutores serios, sino como los eternos tramposos, además de criminales, que siempre han sido.
Lo importante para todos los ciudadanos es el estado creciente de atropello de los derechos ciudadanos a los que se encuentran sometidos los ciudadanos, que sean legales o ilegales no reduce ni un ápice en su condición de ciudadanos, pero también sus unidades naturales de convivencia, las familias depauperado en el que se encuentran las familias y, gravtiando sobre ellas, el cuidado de sus miembros más débiles e indefensos, niños y personas dependientes, que privados de la "tutela social efectiva" ven que, como una farsa más de esta constitución franquista, la declaración del art. 1,CE78: "1.España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídica la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político":
España ya no es ya un estado: la han convertido en una marca comercial.
Algo que se compra y se vende, al revés de lo que dice la copla del "cariño verdadero", porque para ellos, para estos tenderos de nuestra dignidad, con "un poco de dinero" ya cierran el trato.
Quieren vender a cualquier precio; su beneficio está en que haya venta; ni siquiera que se venda bien aunque ellos van a comisión si se cierra el negocio. Que ese dinero vaya después a un bolsillo privado o a uno de un partido importa menos.  Lo verdaderamente importante es que, ¡una vez más!, ha salido de nuestro bolsillo.
Ellos van a comisión pero si la venden a bajo precio saben que en algún lado, en un banco suizo, les espera una cuenta, salvo que lo reciban sobre en mano con conyugal discreción cristiana. No se si la mano izquierda se entera de lo que hace la derecha. Pero sí sabemos que la esposa, ministra, infanta o mera mujer de contable no sabe lo que hace su marido por delicadeza conyugal y fruto de amorosa confianza, ¡es tan vulgar preguntar por el dinero!, que les impide cumplir con su obligación de ser personas adultas.
España no es un estado social; la han convertido en un estado mercantil.
Con descaro inaudito, ¡ya ni les preocupa disimular sus trapacerías!, el PSOE propuso modificar el art. 135,CE78 para que quedara claro de que esto la dignidad de este países estaba en saldo.
Su compinche, el PP, se sumó encantado de la vida, el trabajo sucio del robo de la dignidad a los ciudadanos lo hizo el PSOE, se apresuró a aceptar. Con descaro alardeó de colaborar para salvar a España del hoyo. Logró que se olvidara que quien cavara el hoyo en el que estamos fue Aznar con su ley premeditadamente diseñada - y nadie les puede negar el éxito - para regalar la riqueza del país creada con nuestro trabajo a los ladrones corruptos y especuladores que forman la eterna España negra que siempre renace.
Ésta es la España que discutió en las Cortes. La verdadera España estaba fuera, como siempre, ajena a todos los tejemanejes de quienes, aunque los elegimos, ¡no nos representan!. No tienen el menor interés en hacerlo porque a ellos les va bien así.
Necesitamos que haya un cambio; mejor dicho, necesitamos una recuperación. Necesitamos una ALTERNATIVA REPUBLICANA que nos devuelva la democracia que nos robó el dictador militar que ha nombrado al dictador monárquico que ocupa la Jefatura del Estado. Un cargo de origen vil y antidemocrático que no dudó en aceptar - de tal palo tal astilla - sin dar opción a los ciudadanos a elegir. Sin que el pueblo le autorizara a heredar esa dictadura, algo que a él le traía sin cuidado. Porque si entonces no nos dejó elegir, ahora quiere seguir la tradición familiar, la suya propia, y dejar esta dictadura monárquica a su hijo imponiéndola contra la voluntad de los ciudadanos.
Hasta entonces nuestra opción es pedirle que haga lo que hizo su abuelo. ¡Váyase Sr. Borbón!

 

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