Hace un par de días hemos visto otro espectáculo teatral protagonizado por la princesita. La tal se reunió con las familias que tienen unos hijos aquejados de enfermedades raras. Se llaman así a las enfermedades que afectan a muy pocos personas en el mundo cuya solución no les interesa a las farmacéuticas pero tampoco a la ministra de sanidad que en lugar de investigar se dedica a privar de recursos a los que viven en situación de dependencia para ver si mueren pronto y alivian las cuentas de su colega la ministra de desempleo y ayudar al Sr. Montoro al que ya se le acaban las mentiras.
Pero es el Gobierno monárquico quien ha reducido la inversión en investigación hasta niveles de hace 20 años. El mínimo progreso conseguido en un cuarto de siglo se ha esfumando en un par de años porque la política del gobierno no es la mayor justicia social sino la mínima - ¡respetar los derechos laborales y ciudadanos es caro! - convirtiendo el país en un objeto de saldo "la marca España"
¿Y qué es lo que se le ocurre hacer a la "princesita"?: ¿reunirse con los presidentes de las grandes instituciones de investigación españolas y de las grandes farmacéuticas que se forran en España y con los ministros responsables de la investigación en nuestro país? ¡Que va!, quizá consideró el riesgo de que no asistieran a su llamada; además no es principesco echar broncas a nadie en público por su indecente comportamiento. Es más fácil manipular al pueblo montando un espectáculo teatral, diciendo que hay que investigar para resolver su problema, ¡vamos!, decirle al que tiene hambre que lo que hay que hacer es que coma más. Es mencionar la soga en casa del ahorcado, ¡valleinclanesco!
Pero gracias a que no hay asignatura de Educación para la Ciudadanía los jóvenes no reflexionan y con ellos sus padres. Al substituirla por la de religión se les enseña a sufrir esperando un premio en la otra vida recibiendo en esté estado monárquico corrupto besitos, caricias y sonrisas principescas que son baratas. Y el engaño de creer que alguien se preocupa por ellos cuando en realidad los manipula.
Dice el refrán: "dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición",así ha sido. Para un emperador, rey, príncipe ... para toda esa gente el pueblo está para lo que está: para su beneficio. Y el aparato mediático a su servicio. No he leído ninguna crítica a esta farsa. No interesa. La monarquía está en situación de derribo pero si se apuntala todavía se pueden obtener réditos. Los buenos se obtendrán acelerando el fin de un ciclo donde lo natural es que desaparezca lo caduco, lo vetusto y podrido que nunca debió volver de modo pacífico. El Jefe del Estado franquista debe recordar lo que hizo su abuelo: irse con viento fresco antes de que fuera enjuiciado por lo que hizo.
Necesitamos recuperar la democracia, una tarea imposible mientras haya un rey con privilegios y unos políticos, siguiendo ese ejemplo, están aforados para protegerse si roban dinero publico.
Necesitamos un Estado que tenga menos preocupaciones mercantiles y más por los derechos humanos, iguales para todos, defensor de la dignidad individual y de la solidaridad con el necesitado. Necesitamos recuperar una Republica democrática tras casi un siglo de dictadura militar prolongada en esta dictadura monárquica, que es su continuadora y heredera. Ha llegado ya la hora de poder ejercer nuestro derecho a ser libres, y no seguir siendo súbditos de ningún rey, menos aun de un rey nacido de la dictadura que nos robó la libertad que seguimos sin tener: la de la igualdad de derechos.
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