Interesante
el artículo “Gracias, señor” de
Javier Borrego Borrego, Abogado del Estado
(ABC, 11.12.2017) relativo al discurso de Felipe VI
Frente al razonamiento
impecable de un niño de 13 años ”Es
absurdo. Porque allá en la caverna, un hombre en la prehistoria matase un
animal peligroso para la tribu es absurdo que muchísimos años después alguien
fuera rey por el solo hecho de ser descendiente de descendientes de aquel
primer rey” el profesor no opone a sus razones, le dice: “¡cállate, niñato!”, aunque cortésmente
al contestar: “Bien. Has señalado, en un
estilo algo exagerado, el elemento hereditario en la monarquía. Pero te quedan
otros, como su carácter simbólico, su utilidad... Sí, la utilidad de la
monarquía. No me pongas cara de sorpresa. Ya la apreciarás cuando estudies más”.
¡Lamentable!; pero al autor le gustó su
no raciocinio,
Que “ya ese verano [el de 2017] más de un independista calificaba
directamente de “pobres desgraciados” a los que querían seguir en España, lo
vais a pasar muy mal” sólo permite
decir como el Gallo “hay gente p’a to”.
Sin duda se puede calificar de excesiva la “idea
supremacista de “nosaltres les catalans” tan especular de la de “nosotros los españoles” que según el autor “esos pobres desgraciados se sentían solos, muy solos”. Ojalá haya más catalanes en un tercer grupo, el que
reivindique el razonamiento del niño de 13 años.
Invita el
autor a hacer “un fácil e ilustrativo
ejercicio: entren en la página en internet del “Diari Oficial de la Generalitat
de Catalunya”, busquen un día cualquiera y encontrarán seguro subvención por
aquí, subvención por allí. Sigan leyendo día tras día el “Diari” y comprobarán
que era un régimen subvencionador de los afines”. Si eso es delictivo ¿qué hacía el M. Fiscal? Y si no lo es ¿qué
sinsentido tiene su queja?
Menosprecia
el autor el título de “Honorable”; merece igual trato que “Majestad” que se da a
quien nunca acreditó “grandeza,
superioridad o autoridad sobre otros” (RAE); el mismo que el de “Señor”; ya
no hay siervos, legalmente hablando aunque los haya vocacionales. Eso producía
sorpresa en de la Boetie hace ya cinco siglos en su “la servidumbre voluntaria”.
Que el artículo 67 del
Estatuto de Autonomía de Cataluña establezca que el presidente “como representante ordinario del Estado”,
deba “promulgar, en nombre del Rey, las
leyes...” si esa fórmula es esencial lo único que implica es que esa ley no
está legalmente promulgada. como parece
que ha dicho el TC, pero no por esa formalidad sino con más fundamento.
Añade que “son leyes al margen del Derecho y de la democracia”
pero esto no es una democracia sino una
dictadura monárquica parlamentaria; la creó Franco en el seno de la su
dictadura militar fascista con cuyas leyes juró atropellarnos el papá de su
actual “Señor” que alabó al dictador y presumió de que “este régimen” no tiene solución de continuidad del otro.
El 02.10.2017 “el Rey
Felipe, envió un excepcional mensaje por televisión a todos los españoles, con
rostro serio y grave” pero muchos consideramos que más bien fue penoso. Un
Jefe del Estado no puede decir si “determinadas
autoridades de Cataluña () han vulnerado las normas aprobadas legal y
legítimamente”; ésa es tarea del juez ¡y tras un juicio justo! Hacerlo
antes es como aplicar. la Ley de Lynch; un Jefe del Estado tampoco puede acusar
a nadie de haber “demostrando una
deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado”. Lealtad por lealtad creo
que la del Sr. Puigdemont no desmerece de la que le juró su papá a Franco.
Pero es lógico la palabra república democrática, de la que
huyó su bisabuelo, y su dictadura monárquica son conceptos incompatibles. Al
margen de lo que el juez diga en sentencia firme hasta entonces todos, aun los
encarcelados, tienen derecho a la presunción de inocencia. Él la destruyo desde
la Jefatura del Estado que incumple el art. 1.2: “la soberanía reside en el pueblo español de donde emanan todos los
poderes del Estatuto” porque el suyo emana del dictador militar y genocida
General Franco que su padre alabó y al que juró lealtad.
Millones
de españoles no vemos en él un “símbolo de la unidad y la permanencia de
España” sino uno del “atado y bien
atado” de la herencia de Franco. Tampoco vimos en su proclama nada que
pueda calificarse de su “entrega al
entendimiento y la concordia entre españoles y mi compromiso como Rey con la
unidad y la permanencia de España”. Fernando VII también dijo muchas muy
parecidas.
Un riguroso
estudio jurídico permitiría justificar que la aplicación del art. 155CE78 fue
un acto de prevaricación y que su materialización un acto de abuso de autoridad
y usurpación de cargos. Sin duda el M. Fiscal, una institución independiente del poder ejecutivo, aunque dependa
jerárquicamente del Fiscal General del Estado al que nombra el Poder ejecutivo,
opina lo contrario pues no ha presentado ninguna querella en ese sentido.
Mi opinión es que lo ocurrido en Cataluña
fue un alarde de pérdida del sentido común en el ejercicio de la política donde
si tuviera que atribuir responsabilidad a los maquinista recordaría lo
aprendido en la mili: el superior es más responsable que el inferior.
Sin duda
oímos “la voz recia y oportuna” de
Felipe VI; mejor hubiera sido haber oído “una
voz conciliadora y oportuna”. El
autor, que opina lo contrario que yo, termina su artículo diciendo “Por ello, como bien nacido, digo alto y
claro: Gracias, Señor”. Yo me identifico más con el niño de 13 años y
recuerdo lo que su papá dijera a otro Jefe del Estado, que tampoco me gusta
pero sí fue elegido democráticamente por sus conciudadanos: “por qué no te callas”.
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