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19 ene 2014

Queremos empleados, no mandones

La evolución de las formas de gobierno ha condicionado el comportamiento de los ciudadanos y viceversa. El  invento de las monarquías "paternales" cuyo "rey" designaba un dios igualmente "paternal" fue una estafa que funcionó durante muchos siglos. Había demasiados interesados (nobles, eclesiáticos, luego se sumó el ejército, luego los burgueses) en mantener el expolio al resto de los ciudadanos que eramos mayoría.
Si alguien estaba en desacuerdo se ejercía "el doble poder paterno": uno te mataba en esta vida, el otro te mataba para la vida eterna condenándote a no ver a semejante "padre", lo cual era más bien un premio.
Vivir entre la "protección paterna" y la "amenaza paterna" ha creado un pueblo pasivo y temeroso.
Algunas "monarquías paternales" se substituían por "dictaduras paternales". Ambas son dictaduras, sólo varía el nombre del "bicho". Se suelen suceder las unas a las otras. Todo es igual; sólo cambia el bicho y un poco la liturgia. Para el ciudadano la falta de libertad es una constante, por lo que no nota la diferencia.
Frente a este esquema hay otro donde el poder no es "paternal" sino "servicial".
La soberanía no reside en quien ejerce el poder, el Jefe del Estado a través del Gobierno, sino en el pueblo.
La sobera nía la tiene el pueblo que democráticamente designa al Jefe del Estado y al Gobierno.
Que la soberanía sea de uno o de otro, a poco que se reflexione, conduce a resultados distintos.
No es igual que te manden "tus padres" a que lo hagan "tus administradores".
Aunque ambos mandan, el mandato de tus padres es indefinido y ellos son los "soberanos"
El mandato de  los administradores - Jefe del Estado y Gobierno - tiene término.
Además, mientras adminsitran ¡por tu delegación!, tu sigues siendo el soberano.
Ser soberano tiene un precio: se está obligado a controlar al adminsitrador. Si no se hace le pasará como a los terratenientes absentistas: el patrimonio se lo queda el administrador corrupto, como la historia enseña.
Ser soberano es exigir estar bien administrado; pero no sólo cuando haya que elegir al administrador sino durante todo ese tiempo para que no malbarate el país que se le encargó que adminsitrara bien.
Ser soberano exige no quejarse de que no me dan lo que me necesito, que es lo que hace el niño pequeño. Ser soberano, como un ciudadano adulto es no quejarse sino exigir. Avisar cuantas veces haga falta que nos adminsitran mal.
Ser soberano es manifestar el fin de la tolerancia con sus "errores" (corrupciones) de administración.
Ser soberano  es saber que seguimos siendo soberanos aunque hayamos cedido la adminstración 4 años.
Ser soberano es saber que tenemos derecho a exigir en todo momento el fin de la corrupción y del "errror".
Ser soberano es reivindicar que "la calle es mía", y no del fundador del PP ni del PP como ellos creen.
Ser soberano es reivindicar ante el Pralamento - la oficina de los adminstradores - que no nos representan.
Ser soberano es ganar la calle en Gamonal; un ejemplo de actuación municipal; como el de Móstoles, el primer municipio que se opuso a la invasión francesa; o Eibar, el primero que izó la bandera republicana.
Ser soberano es ejercer la soberanía, porque sólo se es lo que se ejerce.
Ser soberano es decirle a los mentirosos que desde los poderes del Estado mienten cuando dice:
1.- "¡sólo una minoría se queja!, la mayoría está conmigo". Los ciudadanos tenemos la vida muy dura, en parte por su culpa. Ellos saben que, como en los icebergs, sólo se ve la punta; que si la punta aflora es porque hay muchos ciudadanos bajo el nivel del mar; en este caso bajo el nivel de subsistencia: 6 millones.2.- "tenemos un mandato a cuatro años y lo vamos a cumplir porque es nuestro derecho". El mandato era cumplir con lo promoetido, no violar el compromiso adquirido. Es mejorar los derechos y no reducrilos; es mejorar el salario y no pagar a corruptos y ladrones con nuestro dinero. Nuestro derecho, de donde procede el suyo, es exigirles que sean nuestros solícitos servidores, no los "colaboradores" de los corruptos.
3.- "nuestro es el poder y nuestra la responsabilidad". Así revelan su mentalidad dictatorial. Creen que los votos les concede un mandato dictatorial de duración de cuatro años. Cierto que esta monarquía es dictatorial, pero con todo, no pueden ejercer la dictadura como en la época de Franco ¿o si pueden?

Es necesario reflexionar. Es necesario hacerlo con frecuencia. Es necesario interiorizar nuestro derecho.
Es necesario reflexionar para recuperar nuestra autoestima como soberanos.
Sólo así acabaremos con esa viciosa aceptación pasiva que se promociona siempre desde todos los poderes dictatorialoes invitándonos a la comodidad.  Lo hacen porque les va bien. Llevamos así más de un siglo entre las dictaduras militares de los Generales Primo de Rivera y  Franco y las dictaduras monárquicas de los reyes Alfonso XIII de Borbón y Juan Carlos I de Franco.
En todo ese siglo apenas hubo un interregno democrárico, de 1931 a 1939, que pudo haber cambiado la historia  y que, "ellos", los de siempre, "enderezaron" a sablazos.
Es su  forma de razonar.
Es la forma en la que, como nos enseña la historia, logran el poder.
Es la forma en la que se mantienen en él los usurpadores de la soberanía popular, de variopinto título.
Es la forma en la que la dictadura impide que los ciudadanos seamos conscientes de ser ÚNICOS soberanos y que quede claro que queremos recuperar nuestra soberanía y que queremos tener en la Jefatura del Estado no la heredero de un dictador ni en el Gobierno a unos dictadores a plazo.
Queremos que en ambos puestos de trabajo estén unos "empleados"  a los que podamos oponer en la calle cuando nos hartemos de lo mal que lo hacen, sean o no corruptos.
"La soberanía reside en el pueblo de donde emanan TODOS los pdoeres del Estado" (art. 1.2,CE78) 

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