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25 ene 2014

La conciencia del mundo

Según parece fue un tal Albert Leo Schlageter (http://desequilibros.blogspot.com.es, miércoles 9 de junio de 2010) quien dijo la famosa frase "Cuando oigo la palabra cultura le quito el seguro a mi Browning". Al parecer la simplificó Hermann Göring, el conocido nazi, convirtiéndola en una frase más pegadiza: "Cuando oigo la palabra cultura llevo la mano a mi pistola". En su versión española  se le atribuye al genocida General Millán Astray. Si no es cierta, no es increible; se acomoda a la forma de pensar, es un decir, de esa persona de la que tenemos un sangriento rosario de perlas semejantes que le van como un guante.
Dentro de esa misma línea de pensamiento se encuentran las declaraciones de todos los infames que,cuando sus fechorías han salido a la luz pública, suelen declarar con toda desfachatez a los medios de comunicación: "estoy tranquilo porque he obrado en conciencia".
Cuando oigo estas declaraciones me caben pocas dudas, ¡ninguna!, acerca de la culpabilidad de su autor. 
Conozco a muchas personas que no me cabe la más mínima duda que siempre obraron en conciencia: Hitler, Mussolini, Franco, Pol-Pot, Truman, Bokassa, Busch, ... la lista sería interminable. La distinta calidad de sus componentes me excusa de mayor argumentación sobre la inanidad de la reivindicacion de tranquilidad de su conciencia. Estoy seguro que cuando Blair y Aznar crearon junto a Busch el "trio de la guerra del Irak" también obraban en conciencia.
La conciencia es la conformidad de cada uno con su propia ética. La tranquilidad que cada uno tenga por cumplir con su conciencia es indudable, pero eso no siempre produce tranquilidad en los demás - ¡basta consultar la lista inacabada de personajes que hemos citado! Precisamente, conociendo su ética, el que "obren en conciencia" es motivo para más que el desasoiego, lo es para el temor pánico.
La conciencia pertenece al ánimo de lo subjetivo.Su tranferibilidad a los demás exige un ánimo receptivo ¡Laus Deo! 
Esa gente que suele justifiar sus actos declarando "actuar en conciencia" suelen creer en extraterrestres y en paraisos (extra)terrenales, también en infiernos, donde esperan recibir la sanción por su comportamiento en esta vida, ¡lo que les deseo profundamente! Este mundo ha demostrado su limitadísima capacidad para impartir justicia - dar a cada uno lo que se merece - y por tanto sólo cabe imaginar que sea en otro mundo, por quimérico que sea, donde exista esa posibilidad porque, según dicen sus apologistas, es el reino de la justicia perfecta. Eso sí, no les arriendo la ganancia a ninguno de los que han "obrado en conciencia".
Una de las maravillas del ser humano, la que nos hace individuos irrepetibles, es que la conciencia, la conformidad de cada uno con su propia ética, es un atributo personal de cuya construcción, sin perjuicio de la influencia de las circunstancias que nos moldean a todos, somos sus principales artífices. 
Esta conciencia se refiere sólo al fuero del interno del hombre (varón o mujer). Frente a ella existe el derecho, que es el aspecto externo de los actos sociales, es decir, los que afectan a los demás. Si se definía  la verdad como "adequatio intellectus et rei", la conformidad con lo entendido y la cosa, podríamos definir que el derecho es "adequatio actus et legis" , la conformidad de la acción con la ley, prescindiendo de los motivos que determinan el acto. 
A mi no me importa que una persona considere, "en conciencia", que debe matarme, robarme, privarme de mi trabajo,de mi vivienda, de mis derechos, mientras "en derecho" se abstenga de hacerlo. Son los actos externos los que sanciona el derecho; no caben las justificaciones subjetivas para permitir su atropello. De admitir esa tesis, como se suele decir,quien no tiene una razón para matar a su madre es sólo por falta de imaginación.
Quizá se deba a la educacion nacional-católica recibida sobre todo durante todos los años de la dictadura militar  fascista, que todavía sigue enseñándose en los actuales de la dictadura monárquica inventada por el anterior dictador. Porque es una evidencia la confusión entre estos dos conceptos, la moral y la conciencia por un lado y la ética y el derecho por el otro y sus dos ámbitos, el privadísimo y el público.
Fruto de esa confusión "cierta gente", todos los cuales declaran "obrar en conciencia", roban "en conciencia" porque consideran que "tienen derecho" a robar y se sorprenden de que, "obrando en conciencia"  las leyes no se lo permitan;  "no paga impuestos en conciencia" porque "consideran que "tienen derecho" no debe pagarlos -¡todos esos pobrecitos empresarios, autónomos o no, que no hacen factura del IVA! - se sorprenden de que los metan en la cárcel;  ahí están las declaraciones de ese representante reelecto de la clase empresarial que es el Sr. Día Ferrán - por no haberlos pagado; ahí están, también, las declaraciones del Sr. Montoro para justificar la amnistía fiscal a todos los evasores de impuestos en lugar de perseguirlos con la ley en la mano como era su obligacion "si no en su conciencia" si su obligación legal. No me cabe la más mínima duda que el Sr. Día-Ferrán y el Sr. Montoro obraron "en conciencia".
Cuando el Cardenal Sebastián dice que la homosexualidad es una enfermedad seguro que lo dice "en conciencia" y cuando el obispo de Granada dice que la esposa debe de ser como ya decía Fray Luis de León hace varios siglosen su famoso libro "La perfecta casada" , estoy seguro que lo dice "en conciencia"; y cuando ese imán invita a casarse con jovencitas ttas la primera regla sin esperar a que sean más adultas, estoy seguro que lo dice "en conciencia" y cuando el otro enseña como hay que pegar a la esposa para que no queden marcas en el cuerpo, estoy seguro que lo hace "en conciencia"; también cuando a la policía franquista, ¿se hace también con la juancarlista?, se le enseñaba a dar palizas en la comisaría sin que quedaran marcas también se le enseñaba "en conciencia"; y "en conciencia" actuaban los médicos que controlaban las palizas que se daban durante la dictadura argentina para que la víctima no muriera como consecuencia de ellas y se le pudiera seguir martirizando durante más tiempo.
La conciencia, sin duda, es un chollo. Que se lo digan a Capone,a Luciano, al "padrino", a los "Soprano", ....
Cuando alguen me dice para justificar lo actuado o como promesa de conducta futura que piensa "actuar en conciencia" no llevo la mano a la pistola porque soy una persona pacífica que no tiene pistola; pero por eso mismo, por ser pacífico, me estremezco. ¡Por favor!, pienso, ojalá cambie de idea y obre de acuerdo con la ley y el derecho. Ambas son la regla común de convivencia. ¡Por favor!, que no obre en conciencia, que es su regla privada personal, con la que no tengo nada que ver; más aun ¡ni quiero tenerla!
Fíjense Vds. y verán como la regla es 100 % correcta; bueno, digamos que 99 % correcta. 
Cuando alguien, un empresario, un político, un conocido, .... diga "obré obraré en conciencia" ¿a que Vd.está pensando que está haciendo trampa o cometiendo un delito? ¿A que no se equjivoca?
¡Creame, no falla! 
Me pregunto, ¿por qué no dicen: obraré como establece la ley? y no nos hacen a los demás víctimas de su conciencia?

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