Test Footer


12 ene 2014

Creer o saber: entre aburridos y apasionados

Creer que estás en posesión de la verdad absoluta debe de ser algo muy placentero que invita a no reflexionar. Si ya tienes la verdad absoluta ¿sobre qué cabe una reflexión?
¿Quizá sobre los miles de millones que tambien creen que tienen la veredad absoluta pese a lo cual están equivocados? 
¿Quizá sobre la posibilidad de que sean ellos los que tienen la veredad y el equivocado sea yo? Yo creo que los creyentes no reflexionan. Por eso son tan aburridos.
En cambio a los que sabemos que, en el mejor de los casos, creemos que tenemos algo de razón, cada vez que los hechos demuestran que sí la tenemos recibimos una inmensa satisfacción que alimenta nuestra pasión por seguir reflexionando.
La mía se produce cuando, como hoy, acabo de leer que lo que el Gobierno está procurando es una reforma laboral donde se trabaje sólo media jornada. ¿Y yo que me creía revolucionario porque llevo ya algunos años reivindicando la jornadadde 24 h/seamana como jornada legal? Aunque, en el fondo, mi staisfacción procede de que están dando razón a mi tesis
De todos modos, creo que sigo siendo revolucionario. Lo que yo proponía era reducir la jornada laboral a la mitad manteniendo el mismo salario mensual porque sobran con esas horas para producir todo lo que necesitamos; además así, con pleno empleo la demanda crecería lo que disminuiría el coste de las cosas al aumentar las ventas; pero como habría cierto encarecimento del coste salarial se invirtiera más, es decir, se invertiría algo en I+D+i para hacer más rentable a la empresa; de ese modo habría un aumento de demandad de trabajadores altamente cualificados en I+D+i con lo que aumentarían la productividad y coimpetitividad empresariales y los buenos sueldos de estos científicos e ingenieros harían estimulante estudiar y formarse más y mejor, realimentando la demanda de profesores.
Lo que el Gobierno pretende es otra cosa: que la gente sólo tenga acceso a un contrato por la mitad del tiempo pero que, presionadao por la cola de 6 millones de desesperados dispuestos a hacer de todo, pagar la mitad por la mitad de la jornada pero que luego exigir que se haga la jornada actual ¡pero sin cobrar! con eso las empresas ganarán tanto que no invertirán en I+D+i y se irán haciendo cada vbez más obsoletas y precarias; además sus trabajadores apenas les sobrará dinero para comprar algo más que lqa comida, con lo que como se venga abajo el mercado internacional, y la presión de China, India e Iberoamérica es brutal, nos vamos a quedar sin mercado, lo que, al reducirse la demanda, reducirá la oferta y aumentará más el paro. Ésta si que es una revolución, la que lleva a cabo el gobierno. 
Claro que se trata de una revolución que en lugar de ser como la mía que mira al futuro metiendo la directa lo que ha hecho ha sido meter la marcha atras. De hecho en estos momentos estamos alcanzando 1914 en cuanto a derechos laborales, docentes, de salud, de acceso a la justicia y de libertad de expresión se refiere.
De todos modos, se está demostrando mi tesis: es necesario reducir la jornada laboral. 
El incremento de productividad tecnológica que se produjo durante la segunda mitad del siglo ¡en el que la jornada laboral no disminuyó! fue tan inmenso que pese a la tremenda reduccion de la natalidad se ha generado un paro descomunal. La única forma de reequlibrar el desequilibrio es reducir la jornada laboral máxima legal. Pero el Gobierno sigue con la marcha atrás metida.
Si los gobiernos durante la primera mitad del S. XX hubieran hecho lo mismo que el actual, no reducir la jornada laboral, que era de 80 h/semana, en 1950, pese a la reduccion de varios millones de personas asesinadas en la I y II Guerra mundiales (la del 36 fue su prólogo) hubiera sido del 50 %. Pero como se redujo la jornada laboral a la mitad, 40 h/semana, ese 50 % de parados tenía trabajo y estábamos en situacion de casi pleno empleo.
Pero tenemos un Gobierno de creyentes, la Ministra de Desempleo cree en que le va a resolver su problema la Virgen del Rocío, el Presidente Gallego Feijóo cree que si pagamos a la Iglesia la reconstruccion de la de la Virgen de la Roca, la Virgen de la Roca tambien le ayudará; el Sr Rajoy, como nació en Santiago se cree hasta que allí están en terrados lso huesos del apóstol, que ya hace falta fe para ello. 
La Srª Mato sigue creyendo que los coches que compraba su exmarido y las fiestas que ella organizaba y que los viajes con los que recorría medio mundo, salían del sueldo municipal del interfecto; la Srª Cristina de Borbón todavía se cree que nosotros nos creemos que todo lo que ella gastaba salía de su sueldo y del sueldo de su marido.
Me burlo yun poco de los creyentes, pero he de reconcoer que quizá estoy equivocado. 
Si con su creencia les va así de bien, ¿no será que eso es lo que me mueve a hablar: la envidia?
Quizá les envidio por haber alcanzado la verdad absoluta mientras sigo reflexionando en mi ignorancia
Como no tengo otra opción, seguiré reflexionando

0 comentarios:

Publicar un comentario