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16 ene 2014

¡200 años del gran error!

Todos recordamos aquellas farsas de 1808 donde, con el Borbón saliendo en todas las fotos y pronunciando discurtsos hipócritas falseando la realidad histórica, se celebraba el aniversario de la Constitución. Aquel primer paso hacía la recuperación de la soberanía del pueblo que, como siemrpe atropellaron los borbones.
No cupo mayor errro que confiar en ese Borbón malnacido de Ferandno VII, ¡nunca superado por sus ascendientes ni por sus descendientes!, lo cual no deja de tener mérito y pedirle que volviera. Nunca más volvimos a cometer ese error, lo cual no ha impedido que, a golpe de golpe de Estado militar, se huieran vuelto a colar todos por la pueerta de artás sinpedir permiso para segujir atropellando a los españoles contra su voluntad evidente. Y es que, como Sancho, nos regimos por los refranes y sabemos que si en lo forestal "de tal palo tal astilla", en lo pecuario "el que nace lechón, muere cochino".
¡Por supuesto que se puede cambiar! La educación es lo que permite que gente que vive en ambientes desestructurados, cuyos valores carecen de los mas elementales principios democráticos de justica, respeto a los demás, igualdad ante la ley, que el fundamento del progreso es el mérito y la capacidad acerditadas y no la vía genital de nuestros padres, etc., etc., se conviertan en gente decente. Muchos criminales han tenido hijos ejemplares, pero estadísticamente hablando, muchos más salieron a sus padres.
Porque eso es así y porque todos los ciudadanos tenemos derecho a que se nos de, ¡al menos!, una oportunidad, la II República hizo un esfuerzo inmenso para conseguir llevar hasta los confines de nuestra geografía la cultura, la instrucción y la reflexión para el desarrollo de los sentimientos democráticos, que son los republicanos, fundamento de la convencia en la igualdad, fueran el fundamento de la cohesión social.
Por eso, precisamente, en el bienio negro, ellos le llamaron el "bienio reformista", la derecha hizo su Trento particular, su contrareforma para acabar con los  brotes incipientes pero potentes de libertad nacida del concoimeito y del respeto a los iguales con los que se quería erradicar ese intolerable expresión "Vd. no sabe con quien está hablando" y cuando perdió en la s sigujiejhntes elecciones se quitó la careta y dio el golpe de Estado que acabóalumbrando el regreso por vía militar de otro Borbón sin pedir permiso al pueblo.
Con una ingenuidad digna de mejor causa las Cortes trabajaban y en ellas estaban presentes los diputados americanos, que el sentimientode libertad no tiene límites. Desgraciadamente no estuvieron todos los diputados, sólo 65, de los que, además, 42 eran suplentes. Pero la intención era la correcta. 
La lucha contra José I, ¡más nos hubiera valido quedarnos con él!, iba triunfando y en este enero poderíamos celebrar los 200 años del regreso de las Cortes de Cádiz a Madrid en 1814. Es casi lo último que podemos celebrar.
El mes que viene recordaremos, ¡porque no hay nada que celebrar!, la firma del Tratado de Valençay! quese ratificó luego en París. Se trataba de otro apaño entgre dictadores, el imperial, Napoleón, y el regio, Fernando VII, ¡que se había pasado toda la guerra felicitándole cada vez que ganaba una batalla en España! 
Ellos se devolvían entre si las plazas y territorios ocupados al margen de nosotros ¿acaso éramos cosas o animales?. El Borbón se comprometió a devolver los derechos y honores a los partidarios de José I, firmó un acuerdo de comercio y acordó pasar a sus padres, a costa de todos nosotros, la frioleta de  una pensión de treinta millones de reales anuales. 
El Borbonazo regresará a España en marzo de 1814.Antes envió por delante al Duque de San Carlos para entrevistarse con la regencia e informarle - ¿él a la regencias? - de lo que había hecho. La regencia, con claro sentimiento democrático, le dijo que pasaban de estupideces, que lo que tenía que hacer Fernando VII, si quería volver a reinar, era jurar la Constitución. Lo prometió. Pero eso no vale nada perjurar es loi priopio de los Borbones. Si les prometen "la finca" juran lo que haga falta.
Como siempre hay gente con mentalidad de esclavos ¿o de arribistas?,  69 Diputados que habían intervenido en la redacción de la Constitución de 1812 redactaron un manifiesto - llamado de los persas - pidiéndole al Rey que no jurara la Constitución. Por si fuera poco, el  militroncho de siempre, el Capitaán General Elio, de Valencia, le ofreció su regimiento para abolirla y atgropellar las leibrtades conquistadas por el pueblo con su sangre, no con la del hdp del borbonazo.
El malnacido no se lo pensó mucho. El 4 de mayo ¡lo recordaremos con adecuado luto! firmó un decreto aboliendo la Constitución. Declaró con el tupé de los iluminados que todo lo ocurrido en su ausencia (?) fuera, "como si no hubiesen pasado jamás tales actos y se quitasen de en medio del tiempo". Inició la represión y los historiadores cobntabilizan unas 12.000 personas entre muertos o encarcelados y los que no logaron  huir ¡a Francia!.
Pero, no lo olvidemos, el regreso del absolutimos condudo a la secesión de todos los países de América. Millones de muertos por el capricho del borbonazo. Eso es lo que le debemos. Ésa es la deuda que sus descendientes siguen teniendo con nosotros, aunque no piensen pagarla jamás. 
Ellos son así. 

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