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28 ene 2014

La mar siempre recupera lo suyo

No se si es cosa del aumento de CO2 en la atmósfera. Se dice que el aumento de la contaminacion ambiental producirá una subida de la marea lo cual es algo peligroso para todos los ricos corruptos que han construido sus superchalets en la zona de la orilla del mar, una zona de construccion ilegal. 
Pero en España está empezando a subir la marea: la marea blanca, la marea verde, la marea ... ponga Vd. el color que quiera. A mí me gusta pensar en que la marea morada también está empezando a subir. Cada vez son más las banderas que aparecen en todas las manifestaciones populares de los ciudadanos; esos ciudadanos hartos de recibir palos por todas partes que se están dando cuenta que de ellos son "el pueblo en el que reside la soberanía de donde emanan todos los poderes del Estado"(art. 1.2,CE78).
Cierto que muchas de esas banderas las llevan los arribistas de siempre; pero no importa, ello también es un índice de que saben oler en el viento que está llegando la ALTERNATIVA REPUBLICANA en forma no se si de marea incontenible o de vendabal persistente que arranca de cuajo todos los árboles caducos y de raíces putrefactas. Con tem poral o sin él, la marea sube.
Hace unos meses hasta los electos por nosotros mismos, lo dijo su Presidente demostrando así que no sabía qué puesto estaba ocupando, se creían que ellos eran el asiento de la soberanía, como el burro del cuento que llevaba las reliquias de un pueblo a otro y llegó a creerse que los piadosos creyentes que se arrodillaban a su paso lo hacían por sus méritos "burriles", nunca mejor dicho, y no por lo que llevaba, la representación, ¡sólo la representación!, de la fe en el caso del cuento, de la soberanía en el caso del Congreso de los Diputados. 
Al desembarzarse de su carga, creyéndose que sus méritos eran propios, fue apaleado. Más piadosos, al fin y al cabo no son burros, los ciudadanos les hemos advertido: "no nos representan". Pero ellos, con su Presidente a la cabeza siguen sin enterarse empecinándose en actuar como el burro del cuento.
El sentimiento de poderío que produce llegar al poder ejecutivo produce embriaguez. Ser dueño del BOE y, teniendo mayoría absoluta, poder decretar que el cuadrado es un círculo hace que los menguqados se crean que son lo que no son.  Una  embriaguez que nace en los Ayuntamientos donde la corrupción emerge - el poder de un Alcalde supera al de un Presidente del Gobierno- sigue creciendo en las Diputaciones - el paradigma es la construcción de aeropuertos sin aviones como el de Castellón -  aumenta de nivel en las Autonomías - donde pocas hay que estén libres de una red generalizada de corrupción  - y se desparrama por los Partidos Políticos casi también sin excepciones - donde las contabilidades en B que existen, en directo o en diferido, que eso es lo de menos, son una realidad que produce una estupefacción continuada - y por las organizaciones empresariales - alguno de sus presidentes declaró no pagar a la Seguridad Social "¡a mucha honra!" y otro, hoy en la cárcel, fue reelegidos como el empresario que mejor los representaba como colectivo profesional por "sus méritos empresariales" - sin olvidarnos del triste espectáculo que implica hasta a los sindicatos con unos fraudes increíbles por su cuantía y naturaleza (cursos para formación de trabajadores, ERE para poner en la calle a los trabajadores, etc.), sin olvidarnos de la clase financiera, principal armadanzas de toda esta corrupción - con banqueros condenados que son indultados o banqueros encarcelados que son desencarcelados, ..... ¡y lo que te rondaré, morena!, que diría un castizo.
Somos un pueblo pacífico y lo estamos demostrando con hartura. Esa paz y tranquilidad de la que estamos haciendo un alarde sorprende al mundo. Pero como todo en esa vida tiene un límite. Como los vasos dnode cabe el agua que cabe. Después de llenos, aprovechando una virtud de los líquidos denominada tensión superficial, se puede añadir poco a poco más agua de la que les cabe. Así se consigue que su nivel supere el borde del vaso ¡que es el límite!. Y se añade otra gota más .... y no pasa nada; y otra gota más ... y tampoco pasa nada. Pero al final acaba produciéndose lo necesario, lo inevitable: el desbordamiento del vaso. 
Esta realidad del desbordamiento, ¡una exigencia física!, no es "culpa" del vaso, ¡bastante soportó!, sino de quien vertió en exceso agua por encima de su capacidad. La situación es similar a la que conocen todos los marineros cuando ven como se le va robando espacio al mar. Al final un día llega un temporal y se lo lleva todo. "¡Ha sido una emergencia!", dicen los que le han robado terreno al mar para que no se note su latrocinio. "La mar siempre recupera lo suyo", dicen los marineros.
La marea sube frente a los ladrones del dinero com`´un y de los derechos individuales del pueblo soberano que, apenas ahora, ¡está empezando a recuperar lo suyo! En Marinaleda se dió, quizá, la priemra noticia de que el vaso estaba lleno: múltiples manifestaciones - inicuamente acabadas con atropello de los derechos humanos de los ciudadanos  - están demostrando a diario cuan lleno está el vaso ¡donde ya no cabe mni una gota más! Gamonal fue el primer éxito directamente popular; la sanidad ha sido el segundo; el tercero está a la vuelta de la esquina, ¡no lo dude!; y el cuarto está esperando pacientemente su orden en la lista a que se propduzca antes el tercero. 
Pero no estamos solos. Reconozcamos también el mérito de la judicatura. Aunque, comoo en todo colectivo, hay jueces a los que habría que "echar de comer aparte", como colectivo la mayoría de los jueces han hecho su trabajo al controlar los excesos del ejecutivo. Unas veces, como en este caso, ¡sin necesidad de llegar al Tribunal Constitucional! Otras veces en éste, que reeconoció la constituconalidad del matrimonio entre personas del mismos sexo. Otras por encima de él, llegando al Tribunal de Derechos Humanos en Estrasburgo protegiendo el derecho de los ciudadanos en Salt a no sere deshauciados entre otras defensas de los Derechos Humanos.
Ésta es la cara buena de su actuación: en la mala lleva la cruz del juez Sr. Garzón, fruto del analfabetismo judicial del Tribunal Constitucional que no distingue el significado de la "y" de la "o", que fue el primero; esperemos que el juez Sr. Silva no sea el segundo, aunque las baterías apuntan con inclemencia ¿inicua?; no quiero ser agorero escribiendo el nombre del tercero - hay apuestas circulando sobre la red - que en el fondo uno es supersticioso y es mejor no pronunciar la palabra tabú, pero no habrá dos sin tres.
Esta actuación judicial, mayoritariamente correcta, viene a destacar la importancia de la independencia profesional de los funcionarios. Contrariamente a lo que se cree no tienen una polaza en propiedad; lo que ocurre es que ningún político corrupto los puede despedir improcedentemente ¡como no debería poderse despedir a ningún trabajador! Los jueces son funcionarios y esta protección laboral contra la iniquidqad política es la última garantía que tenemos los ciudadanos para que toda la administración no se convierta en un caldo corrupto donde naveguen los políticos a sus anchas. Son los funcionarios los que mayoritariamente han denunciado  las corrupciones que llegaron al juzgado. 
Por eso los políticos se la tienen jugada a los funcionarios a los que siempre desprestigian. Quieren poner en su lugar a "asesores digitales" - carentes de mérito y capacidad para asesorar - cuya digitalidad es garantía de corrupción - ¡o informas lo que quiero o te ceso! - dejando a salvo a los pocos que no son ni una cosa ni otra, ¡que también los hay!
Hay una leccion que extraer de nuestra reflexion diaria y democrática. Ante esta clase práctica por este ejercicio de soberanía en las calles y plazas. En primer lugar ¡que son nuestras!; no de Fraga, el framnquista inventor del PP; ni del PP, los continuadores de la dictadura franquista que ha sufrido un lavado de cara pasando de militar a regia, pero manten iendo su esencia corrupta.La moraleja es: ¡lo único que no sirve para nada es lo que no se hace! No lo olvidemos.

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