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27 dic 2013

Mi última carta a los últimos Reyes

Confieso que estoy muy disgustado. Nunca creí que mis padres me iban a engañar tanto con tantas mentiras sobre mis expectativas de premio si me portaba del mejor modo posible. Eso hice; soporte sin quejarme o quejándome poco todas aquellas cosas que no me gustaban.
Algunas, es verdad, eran poco importantes y aunque me molestaban no me costaba mucho soportarlas; otras siguen siendo más y más intolerables. Creí todo lo que hoy se que es mentira. El montaje no era para mi beneficio. Descubierto el engaño, tras años de esperanzas frustradas este año mi carta será de queja por lo que me habéis traído para que os lo llevéis.
Es indecente engañar a la gente haciéndoles creer mentiras. Si los Reyes son los padres ¿por qué no lo dijeron desde el primer momento y organizaron la convivencia sin engaños? Es fácil engañar a la gente decente es fácil engañarla a la gente decente que, porque como no engaña a nadie espera de los demás igual comportamiento ético. Abusar de su buena fe es desleal e indecente. Hacerlo con los niños es más inadmisible; la falsa felicidad del breve presente no compensa la frustración de todo un futuro lleno de más engaños.
Se empieza engañando a los niños pequeños y luego se les sigue engañan cuando son mayores, tengan 10 años, 20, 30, 40 o más. Engañar produce gusto ¡y beneficios! y luego no se para nuca. Y eso está mucho peor. Ya lo decía el refrán: quien hace un cesto hace un ciento.
No os pediré la paz en el mundo, el respeto a la igualdad de derechos, la protección de los desvalidos, la conservación de la fauna de la naturaleza y de su flora, ni todo por lo que vale la pena vivir. Sé que no os interesa. Sois un fraude con vuestro comportamiento de fomento de esa estupidez de la inútil existencia de los Reyes ¡para vuestro bien!, decíais. Sois una mala coartada del engaño.
Espero que os quede algo de decencia y aunque sé que no me daréis lo que quiero, este año os lo pondré fácil. Os pido que os llevéis al Sr. Montoro: cada vez que sale con esa risita de hiena me pone mal de los nervios; a la Srª Báez: cuando pide ayuda a la Virgen del. Rocío quisiera que la raptaran a ella per vitam aeternam; a la Srª Mato: su cinismo cuando dice que los recortes en la sanidad son para mejorar la atención a los dependientes me saca de quicio; al Sr, Fernández: sobre todo cuando felicita a sus subordinados por las  soberanas palizas que dan al pueblo soberano; al Sr. Gallardón: su protección a la mujer que pone en riesgo de su vida con un aborto clandestino prometiéndole no la meterá en la cárcel si sobrevive me parece el colmo de la hipocresía católica.
Termino aquí porque la lista es interminable. Es vuestra última oportunidad y está en vuestras manos conseguirlo o prescindiré de vosotros para el resto de toda mi vida ¡por …! Tras esa farsa de una falsa monarquía mágica que os inventasteis, como padres para engañarme os doy la oportunidad de que vuestro voto se lleve por delante a tanto indeseable.
Sois falsos Reyes, pero sois reales ciudadanos. Sois el asiento de la soberanía democrática. No me engañéis también ahora. Ya no tengo cinco años.
Os dejo, por tradición, ¡se va a acabar pronto!, aguardiente y unos mazapanes.No os paséis o acabareis como tantos otros políticos del PP: Carromero, MAR, …  y la última esa edil del PP encargada de la seguridad ciudadana que conducía cocida. ¿Sequía la doctrina Aznar “quien eres tú para decirme a mi las copas que tengo que beber ” o la doctrina Fabra: “¡que se jodan!”. ¿ O es la “marca PP”? Esta es vuestra última oportunidad como reyes antes de que considere que habéis vuelto al mundo irreal de donde no debíais haber salido. 
Éste es el último año en que hago como si creyera en vuestro fraude de los falsos Reyes. Es mi última carta. Es vuestra última opción. El año que viene seré el único Soberano

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