Confieso que estoy muy
disgustado. Nunca creí que mis padres me iban a engañar tanto con tantas
mentiras sobre mis expectativas de premio si me portaba del mejor modo posible. Eso hice;
soporte sin quejarme o quejándome poco todas aquellas cosas que no me gustaban.
Algunas, es
verdad, eran poco importantes y aunque me molestaban no me costaba mucho soportarlas;
otras siguen siendo más y más intolerables. Creí todo lo que hoy se que es
mentira. El montaje no era para mi beneficio. Descubierto el engaño, tras años
de esperanzas frustradas este año mi carta será de queja por lo que me habéis
traído para que os lo llevéis.
Es
indecente engañar a la gente haciéndoles creer mentiras. Si los Reyes son los padres ¿por qué no lo dijeron desde el primer momento y
organizaron la convivencia sin engaños? Es fácil engañar a la gente decente es fácil engañarla
a la gente decente que, porque como no engaña a nadie espera de los demás igual comportamiento
ético. Abusar de su buena fe es desleal e indecente. Hacerlo con los niños
es más inadmisible; la falsa felicidad del breve presente no compensa la frustración de
todo un futuro lleno de más engaños.
Se empieza
engañando a los niños pequeños y luego se les sigue engañan cuando son mayores,
tengan 10 años, 20, 30, 40 o más. Engañar produce gusto ¡y beneficios! y luego
no se para nuca. Y eso está mucho peor. Ya lo decía el refrán: quien hace un
cesto hace un ciento.
No os pediré
la paz en el mundo, el respeto a la igualdad de derechos, la protección de los desvalidos,
la conservación de la fauna de la naturaleza y de su flora, ni todo por lo que
vale la pena vivir. Sé que no os interesa. Sois un fraude con vuestro comportamiento
de fomento de esa estupidez de la inútil existencia de los
Reyes ¡para vuestro bien!, decíais. Sois una mala coartada del engaño.
Espero
que os quede algo de decencia y aunque sé que no me daréis lo
que quiero, este año os lo pondré fácil. Os pido que os llevéis al
Sr. Montoro: cada vez que sale con esa risita de hiena me pone mal de los
nervios; a la Srª Báez: cuando pide ayuda a la Virgen del. Rocío quisiera que
la raptaran a ella per vitam aeternam; a la Srª Mato: su cinismo cuando dice que
los recortes en la sanidad son para mejorar la atención a los dependientes me
saca de quicio; al Sr, Fernández: sobre todo cuando felicita a sus subordinados
por las soberanas palizas que dan al pueblo
soberano; al Sr. Gallardón: su protección a la mujer que pone en riesgo de su
vida con un aborto clandestino prometiéndole no la meterá en la cárcel si
sobrevive me parece el colmo de la hipocresía católica.
Termino
aquí porque la lista es interminable. Es vuestra última oportunidad y está en
vuestras manos conseguirlo o prescindiré de vosotros para el resto de toda mi
vida ¡por …! Tras esa farsa de una falsa monarquía mágica que os inventasteis,
como padres para engañarme os doy la oportunidad de que vuestro voto se lleve
por delante a tanto indeseable.
Sois falsos Reyes, pero sois reales ciudadanos. Sois el asiento de la soberanía
democrática. No me engañéis también ahora. Ya no tengo cinco años.
Os dejo, por
tradición, ¡se va a acabar pronto!, aguardiente y unos mazapanes.No os paséis o
acabareis como tantos otros políticos del PP: Carromero, MAR, … y la última esa edil del PP encargada de la
seguridad ciudadana que conducía cocida. ¿Sequía la doctrina Aznar “quien
eres tú para decirme a mi las copas que tengo que beber ” o la doctrina
Fabra: “¡que se jodan!”. ¿ O es la “marca
PP”? Esta es vuestra última oportunidad como reyes antes de que considere que
habéis vuelto al mundo irreal de donde no debíais haber salido.
Éste es el último año en que hago como si creyera en vuestro fraude de los falsos Reyes. Es mi última
carta. Es vuestra última opción. El año que viene seré el único Soberano
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