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5 sept 2017

La culpa es del otro

Leo con interés, ¿cómo no hacerlo? el artículo ¿Referendum a costa de un conflicto? EL ECONOMISTA 02.09.2017 de D. Santiago González-Varas del que paso a analizar algunas incongruencias.
Dice el autor: “no conozco que se proclamen independencias por referéndum en ningún lado”; tiene razón. Antes se provocaba el conflicto bélico que  o terminaba aplastando al disidente o con su triunfo. En el primer caso sólo se aplazaba el conflicto bélico si no se resolvía la causa. En el segundo al cabo de algunos años se reconocía la realidad y los enemigos se volvían amigos. El ejemplo de la américa hispana es el más próximo para nosotros.
Por eso hay que felicitarse y no reprochar que ahora se busquen soluciones menos cruentas; y lamentar que una evidente falta de ánimo de diálogo provoque estos conflictos. Chequia y Eslovaquia se separaron; Quebec y Escocia siguen unidos. El Brexit, salvando las naturales distancias, es otro referendum al margen de la opinión sobre como se hizo y sobre sus consecuencias, aún por determinar,.
                En España el Gobierno, CE78 en mano, pudo permitir el referéndum catalán con carácter consultivo y no vinculante; decidió prohibirlo también CE78 en mano. La frustración de sus proponentes les hizo dar un paso más. Su justificación es “su interpretación de la ley”. A ella opone el Sr. Rajoy “su interpretación de la ley”. ¿Por qué no hacen su trabajo e  interpretan la política si ambos - se supone - son políticos?
Hablar de conflictos y de catástrofes es objetivo, pero atribuir su autoría a unos u otros es partidista. Nunca en un conflicto toda la razón ha estado íntegramente de un lado. El TC corrige a los gobiernos que revocan leyes y Estatutos . El TEDH revoca sentencias de los TS y TC Los gobiernos deben dedicarse a la política; no son jurisconsultos. ¿Son políticos o tampoco?
                Se puede estar en desacuerdo con los independentistas pero las alegaciones del Sr. González-Varas no valen ni desmontan su “argumento democrático” ni nada de nada.
                Nadie puede presumir de saber que quieren sus votantes antes del referéndum. En e de Escocia todo el mundo temía que saliera SI y salió el NO; en el referendum del Brexit todo el mundo creía que saldría NO, y salió que SI. Yo creo que la mayoría de los españoles, también de los catalanes, creemos que saldrá NO si se celebra o una abstención tal que equivalga a un NO. Pero el ´Sr. González-Vara, afirma con temeridad: ese resultado [la independencia] no es lo que quieren sus votantes”. Confunde su deseo con un futuro incierto.
                Es un disparate comparar esta situación con la invasión napoleónica, ni por parte de los defensores del Gobierno, ni por parte de los promotores de la independencia que se declaran invadidos por Castilla. Entender la historia sólo exige tener ganas de entenderla.
                Pero no se puede decir que “por si fuera poco, Puigdemont se ha dedicado a ofender sistemáticamente al Estado español, en sus intentos de desautorizar nuestra democracia, lo que es especialmente grave cuando lo hace en el extranjero, buscando unos apoyos que, por cierto, no ha encontradoporque:
1.- en primer lugar esto no es una democracia: es una dictadura monárquica parlamentaria creada por un dictador militar que acabó con la II República democrática de España y ¡no precisamente con un referéndum no consultivo!
2.- en segundo lugar no hay ofensa al Estado español; hay discrepancia con su gobierno.
3.- en tercer lugar, y eso es lo único cierto: no ha encontrado apoyos internacionales.
                Este espectáculo es fruto de la incapacidad de diálogo de ambas partes pero sobre todo del Sr. Rajoy. En vez de resolver un problema político lo judicializó. Es la mejor confesión de incompetencia política. Es una necedad creer que un divorcio se evita con una sentencia. Su única solución, si la tuviera, es el diálogo.
                Franco era víctima de la “conjuración judeo masónica”, ahora el pobre del Sr. Rajoy es víctima de la “coalición anti-española”. Ambos como Fernando VII, otro borbón, no soportan la libertad por eso seguimos sin democracia un golpe de estado tas otros desde hace dos siglos. El S. XIX hubiera sido diferente para España. Más aun el mundo no sería como es ahora de no haber triunfado los golpes de Estado que trajeron una vez y otra a los borbones. El argumento de “que bastaría con que en cualquier Comunidad Autónoma se produjera una coalición anti-española para que hubiera nuevas secesiones, llegando al caos” debió pensarlo el Sr. Rajoy antes de no autorizar un referéndum que la CE78 permitía. ¿No pensó o no piensa?
                Decir que “otro argumento para quitar ese sentido de responsabilidad que arguyen los políticos independentistas con su electorado, es que una cosa es lo que uno quiere y otra cosa lo que, en política, puede hacerse cuando hay dos partes” revela que no se entiende el problema. Una parte no tiene problema. Sólo surgen cuando hay dos partes o más.
Pero impedir que se exprese para conocer su contenido y su magnitud es una necedad. El problema inicial era “derecho a opinarmediante referéndum no vinculante; el Gobierno lo prohibió aunque la CE78 lo permitía. De esa frustración, nació el segundo problema; ejercer el discutible “derecho a independizarse”.
                Es insultante, y yo no soy catalán, decir que “en aras de llegar a una solución pacífica” se puede “llegar a suprimir las CCAA en el resto de España para que catalanes (y vascos) vean que son más diferentes aún”. Se trata de reconocer la diferencia, no de privar a nadie de sus derechos por ello. Yo soy único en 7.000 millones de seres humanos y exijo que se reconozca mi diferencia. Pero yo defiendo la LIBERTAD, la IGUALDAD y la FRATERNIDAD y jamás exigiré derechos por ser diferente.  Pero sí exijo poder ejercer yo los mismos derechos. No entender esto implica no entender el fondo del problema.
                Es una realidad histórica que España es una nación de naciones se las denomine así o de otro modo. Un catalán no se siente ni gallego, ni andaluz; un gallego no se siente ni murciano, ni vasco; un leonés tampoco se siente riojano, ni manchego. Pero todos, por diferentes que nos sintamos, nos sentiremos españoles frente un francés o a un chino.
España se construyó y se separó por coalición y división de reinos, condados, marcas y señoríos. Unas veces manu militari; otras vía coniugali. Eran otros tiempos y otros conceptos. Los titulares de la soberanía: reyes, condes o señores, unían sus “fincas” o las “okupaban”. Los ciudadanos éramos la “parte pecuaria” del negocio agropecuario que hacían esos “dueños de vidas y haciendas” que ni eran suyas, ni contaban con nosotros. Hoy a nivel internacional el pueblo de España es el soberano y a nivel personal “el ciudadano es soberano” de uno en uno o a través de las instituciones privadas y/o del Estado. El art. 9.2CE78 dice: “Corresponde a los poderes públicos ... facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, ... y social”. Un referéndum consultivo no vinculante facilitar la participación de los ciudadanos era una vía que la CE78 permitía; el Sr. Rajoy no la facilitó.
Nadie en su sano juicio, los que siembran cizaña y los incultos que se dejan engañar lo tienen defectuoso, creen que “España roba a Cataluña” o que “España vive a costa de Cataluña”. Recurrir a esos argumentos desautoriza a quien utiliza sea en un sentido o en otro.
Yo no sé dónde hay que buscar “las soluciones a estas alturas”. Los problemas no son los sistemas; los crean los incompetentes que en vez de resolverlos los encizañan. Los que tienen el poder se niegan a reconocer su error y se disfrazan de vírgenes inmaculadas que defienden “su interpretación de la ley” compitiendo en hacer el ridículo y sólo sus fieles les apoyan. Eso sólo lo decimos quienes no vivimos del pesebre que administra “los que mandan”; un pesebre donde malgastan todo lo que hay en él, que no es de ellos; es de todos.
Concluye el autor del artículo y también se equivoca que es preciso hacer ver aquello que significa racionalmente el referéndum y que no es eso lo que se quiere por las familias catalanas que votan a esos partidos mencionados. Si estamos tan seguros de ello ¿por qué el  Sr. Rajoy no les dejó que votaran en un referéndum consultivo no vinculante para que quedara claro? Yo lo diré. El Sr. Rajoy, así se dice en Galicia, es un “caguiñas”; tiene miedo a la libertad.
Él, el fundador de su partido, Fraga, y el fundador de la dictadura monárquica, Franco, son tres gallegos que nos avergüenzan a muchos porque han atropellando la libertad ajena.  Pero ya se sabe, “de todo hay en la viña del Señor”. Esa impronta de autoritarismo mesiánico propia de caudillos, reyes, caciques y caciquillos impregna al partido del Gobierno. No se zafan de ella; la “omertá” los preside de la mano de la “amnesia selectiva”. Pero la libertad es buena cosa y la libertad de opinión, que por su esencia es no vinculante, todavía es mejor.

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