Test Footer


17 sept 2017

El "cupo": una solución inteligente

La historia ofrece ejemplos de todo tipo. Cualquiera puede encontrar en ella un punto de apoyo en sus quejas. Basta ocultar las circunstancias y los valores vigentes entonces que no son los actuales para elaborar una historia de “victimismo” que a la gente que vive el pasado en lugar de mirar hacia el futuro. Pero la historia también permite encontrar decisiones que fueron soluciones inteligentes que resolverían problemas actuales por eternos. Uno de ellos es el sistema de gestión mediante “cupo” que se nos ha presentado como una excepción y un privilegio para Navarra y el País Vasco siendo en cambio una excelente solución hoy día.
Básicamente consiste en un acuerdo quinquenal entre el Gobierno del Estado y los de esas regiones autonómicas sobre el valor de los servicios que ejecuta el Estado y que no son transferibles a esas administraciones (art. 149CE78) y de los no transferidos (art. 148CE78). A partir del acuerdo el Gobierno autonómico paga al Estado el “cupo” con cargo a los impuestos que recauda y el resto de los impuestos los gestiona el Gobierno autonómico.
La situación, como se ve, es la inversa de la tradicional: el Estado recauda los impuestos de todo el país y luego atribuye a cada Gobierno autonómico una cantidad en función de las transferidas asumidas por cada Gobierno de cada región autónoma.
La situación sería equivalente a que el Estado estuviera constituido por un Estado central y 17 personas jurídicas. Éstas tendrían que pagar los impuestos como establece el art. 37.1CE78: Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio recibiendo lo que correspondiera por el cupo según cual fuera la magnitud de las transferencias de gobierno.
El ciudadano suele estar razonablemente satisfecho con la gestión municipal que prefiere a la de estar gobernado por el Gobierno autónomo o por el del Estado central. Por ello debe plantearse aplicar este esquema del “cupo” también a la relación Ayuntamiento- Autonomía en aras de la sencillez, más económica, y de la transparencia, menos corrupta. Es evidente que habría más transparencia al haber más proximidad entre la gestión y el gestionado y también sería más transparente la política de cohesión inter-regiones. Quien se enriquece más vendiendo sus productos a consumidores ajenos a su región debe colaborar con sus impuestos al beneficio de quienes le benefician con sus compras.
En el fondo, la financiación de la Unión Europea se realiza también con varios años de anticipación mediante el pago del “cupo nacional”. A ella se le suman los derechos de importación de países no miembros y las multas a  las empresas y a Estados - en este caso regiones autónomas - que no cumplen las normas. La política de cohesión europea - su equivalente sería  la política de cohesión española - financia inversiones en países  - aquí sería en regiones - con el fin  de acabar con las diferencias económicas entre los países - aquí sería entre regiones - contribuyendo al desarrollo de las zonas rurales por razones de solidaridad y para evitar una despoblación que menoscabaría la riqueza ecológica de la naturaleza.
                El 98 % del presupuesto de la UE procede de ingresos propios. Se basa en el equilibrio de ingresos y gastos e incorpora mecanismos de compensación interterritorial Tiene una limitación en cuanto a los créditos: no excederán el 1,2 % de la renta nacional bruta de la UE.
                Si el “cupo” funciona bien entre el Estado central y la UE y también con las regiones de Navarra y el País Vasco valdría la pena plantearse su incorporación a la cada vez más necesaria modificación de la CE78 para que España vuelva a ser el país democrático que fue, lo que exige eliminar el Título II CE78.
Es evidente que si Navarra y el País Vasco tienen un elevado nivel de vida en relación con el resto de España y si en la UE hay muchos países que también tienen un nivel de vida más elevado que han fomentado el progreso en los menos desarrollados ¿qué razón hay para no aplicar un sistema que funciona también y de modo general?

Con ello, además, se incrementaría el sentimiento de autogobierno real en todas las regiones satisfaciendo el legítimo interés por el mayor beneficio de la gestión más próxima.

0 comentarios:

Publicar un comentario