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23 sept 2017

De la constitución franquista a la democrática

Curioso el artículo “De la Constitución a la Constitución” (El Mundo, 20.09.2017) de D.  Benigno Pendás en el que pide respeto y afecto por el Estado de Derecho - ¿cuál si en España no existe? - y que la defensa de la España constitucional - ¿la franquista fruto de lo que estaba “atado y bien atado”? - es una causa justa que prevalecerá frente a cualquier desafío.
Se parte de una afirmación harto discutible: la prioridad absoluta es cumplir y hacer cumplir la Norma Fundamental, expresión de la soberanía nacional cuyo titular es el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado; incluidos, claro está, los órganos y las competencias de la Generalitat catalana. Porque es falso que esa “Norma Fundamental sea expresión de la soberanía nacional”. Por más que se falsee la realidad nunca pudimos elegir al Jefe del Estado; seguimos sin poder hacerlo; eso viola el art. 1.2 CE78, que es mentira como lo es el art. 14 de igualdad de derechos. La CE78 es la prueba de nuestra sumisión a la soberanía del Jefe del Estado que eligió Franco que lo dejó todo “atado y bien atado”.
Una nueva sarta de falsedades es afirmar que “Legalidad y legitimidad democráticas confluyen en el mismo punto: garantizar el cumplimiento efectivo de la Constitución de 1978, la mejor de nuestra historia”. La mejor de nuestra historia fue la CE31; la violó Franco pero no con un referendum civil, sino con una guerra genocida; él que cobraba por defenderla.
Cumplir las leyes y las sentencias no es una opción, sino un deber inexcusable, pero Sto. Tomás exigía que la ley fuera libremente dictada y está fue violentamente impuesta; el ruido de sables que violaron la CE31 la única democrática sobrevolaba amenazadora. La anterior democrática ni llegó a poder ser votada; en 1873 lo impidió otro General, Martínez Campos, a cuyo golpe de Estado no le siguió el genocidio de 1936 de militares y fascistas bendecido por la Iglesia ¡no lo olvidemos!
También es falso decir que eso “es un requisito sine qua non de la convivencia civilizada porque, en caso contrario, volveremos al estado de naturaleza en la versión de Hobbes: la guerra de todos contra todos”. Se incumplieron las leyes de Luis XVI y nacio la República Francesa; las leyes británicas y nacieron los USA; las leyes del imperio Austrohúngaro y nacieron media docena de naciones; las leyes del imperio español y nacieron más de una docena de naciones, etc. No hubo ningún regreso al estado de la naturaleza.
Dice el autor “Siempre nos preguntamos (a veces con ira mal contenida) qué hacen el Gobierno o los jueces o los responsables políticos”. La ira sobra y la respuesta es clara: los políticos revelan su incompetencia huyendo de sus responsabilidades que endosan a los jueces de modo vil. Es una solución imposible: los conflictos políticos no tienen soluciones judiciales sino políticas. El despropósito del Gobierno es total y, en eso sí estamos de acuerdo, es “obligación de los ciudadanos de hacer frente al despropósito”; pero al generado por el Sr. Rajoy incapaz  de resolver un problema doméstico. Unos, los que tenemos voz en el espacio público, hablando alto y claro. No se necesita hablar alto; basta decir la verdad y no engañar.
Es paradójico, en realidad es cínico, que los que no se han opuesto a que el Gobierno, pudiendo autorizar el referéndum dentro de la ley lo prohibiera, ahora pidan que se cumpla la ley, ¿por qué no clamaron entonces pidiendo que se autorizara un referéndum legal?
 El autor apela a todos los españoles:No es momento para la indiferencia o la pasividad. La respuesta legal corresponde a los poderes públicos, con un respeto escrupuloso, como es evidente, a los procedimientos y requisitos jurídicos. Pero la sociedad civil juega un papel en la respuesta legítima, un compromiso con la España constitucional que no puede ni debe eludir. Tiene razón; la sociedad civil tiene derecho a exigir que los políticos resuelvan los problemas políticos; a que no los judicialicen por incompetencia o pereza; a que modifiquen las leyes, si hace falta, para resolver los problemas políticos.
Si no es falso del todo que “le debemos mucho a la Constitución de 1978no menos grande es la deuda que ella tiene con nosotros: es una estafa; es la atadura, “todo está atado y bien atado” del dictador; es un obstáculo para recuperar la constitución democrática que él nos robó con una guerra y un genocidio y no con un referéndum. No es, como dice el autor “hora de defenderla activamente” sino de modificarla cuanto antes.
Sin embargo tiene razón el autor, aunque mi queja tenga un sentido opuesto al suyo, cuando dice: “todo se pierde si nos pueden el pesimismo estéril, el derrotismo o la pereza; incluso el hastío, a veces comprensible”. De no tener esos defectos, potenciados por el lavado cerebral de la dictadura,  hoy tendríamos una Democracia republicana y habríamos enterrado por tercera vez - ¡ojalá sea la última! - la dictadura borbónica eternamente golpista.
Sin duda no habrá referendum el 1-O. Era lo previsto por el Sr. Puigdemont y su política victimista y patriótica y por ello fraudulenta. Pero la libertad que pudo reconocer el Sr. Rajoy ha sido substituida por la intolerancia que impuso el Sr. Rajoy ¡constitucionalmente! Que la CE78 permita ese atropello es una razón más para cambiarla porque oprime la libertad que falsamente dice proteger. 
La transición de la dictadura militar a la democrática sorprendería el mundo pero no engaño a nadie. Sabíamos que era un fraude antes de que la Srª Prego pulbicara esa confesión de Suárez; hicimos lo que nos permitieron los golpistas; su poder lo tenía el ejército golpista; no olvidemos que “todo estaba atado y bien atado” ni el 23-F donde más de un capitán general  nunca condenado apoyó el golpe. Léase el blog de Anasagasti cuya publicidad es nula.
España es el botijo en Europa con su política que no fomenta la investigación, la enseñanza pública y la libertad; fomenta la corrupción, la amnistía a los defraudadores y la amnesia que invade a los partidos más corruptos. Una España que sólo aspira a ser la Florida de la UE llena de camareros con contratos de lunes a viernes durante cuatro meses al año.
También falta a la verdad el autor cuando dice “Saldamos entonces una vieja deuda con el Estado de Derecho, tantas veces maltratado a lo largo de nuestra historia”. El saldo ocurrirá cuando los herederos del dictador militar nos permitan recuperar la democracia algo que al autor del texto no sólo no le preocupa, sino que le “produce indignación la falta de respeto a las normas que otorgan garantías a los ciudadanos y sus representantes: plebiscitos con trampa; alborotos parlamentarios; sentencias incumplidas Todo eso que cabe identificar con la arbitrariedad del poder y que aprendimos a superar gracias al imperio de la ley. Demasiadas falsedades juntas: el referendum no vinculante prohibido lo permitía la CE78.
Y rebasa la falsedad alcanzando el cinismo afirmar que “tenemos una democracia igual de buena e igual de mala que la de nuestros socios y vecinos en la Unión Europea” porque eso no es una democracia sino una dictadura monárquica que nos prohíbe elegir al Jefe del Estado. Sin duda “es tiempo de forjar consensos” pero no de escuchar a expertos sino de escuchar a los ciudadanos respetando su libertad de opinión y su “derecho a decidir”.
También es falsa la afirmación de que “la gran mayoría creemos (véanse las encuestas reiteradas) que lo esencial sigue siendo válido: Estado social y democrático de Derecho; monarquía parlamentaria; con más reticencias, Estado autonómico, cuya base es la unidad, la autonomía y la solidaridad”. Eso es una incongruencia: la monarquía parlamentaria no es democrática: el Título II atropella el art. 14 que declara la igualdad de todos al margen de su nacimiento. ¿Hay que explicarle eso al autor o lo entiende solo?
Dejemos de asustar a la gente con la apertura de la Caja de Pandora. Se abrió el 14.04. 1931 y ofreció una perspectiva de progreso. Entonces, como ahora, y en eso sí tiene razón el autor “los oportunistas y algunos desleales esperan su momento para romper las bases de una convivencia fructífera para todos, y no hay que darles opciones para luego rasgarse las vestiduras cuando sea demasiado tarde. Nos conocemos hace mucho (unos cuantos siglos) y aquí nadie va a engañar a nadie”. Hoy esos oportunistas están encantados con esta dictadura monárquica tendría difícil repetir el golpe de Estado de 1936 si recuperamos la democracia.
                Recuperarla exige su reforma entre todos; para organizar la convivencia pactada en libertad, como en 1931; para organizar la promoción de la enseñanza, como en 1931 siguiendo el proyecto de Costa del S. XIX; para alcanzar puestos de respeto internacional, como los conseguidos en 1931 en la Sociedad de Naciones. Todo ello con un alarde de nuestro espíritu de respeto de la IGUALDAD: Felipe VI de Franco y Borbón podría presentarse a las elecciones para ser Jefe del Estado pese a que entre él y su padre llevan 40 años de dictadura en la que nos lo prohíben a 40 millones de españoles ¿legalmente? con su ilegítima constitución franquista no democrática. Habrá Estado de Derecho cuando el art. 14 se cumpla y no exista el Titulo II CE78. El actual es como el de Franco; también se autocalificaba Estado de Derecho.
Todo ello sin perjuicio de que la consulta del 1-O no sea homologable. Pero para que la votación de la nueva CE lo sea habrá que derogar la CE78 ¡aunque nunca fue homologable!

Y si alguien dice que los demás países han homologado la CE78 les recordaré que también homologaron el régimen de Franco. Lo homologable es un concepto legal, lo legítimo es otra cosa. A ellos nuestra libertad, que es lo legítimo, no les interesaba; si bajo el dictador pueden hacer buenos negocios legales les bastaba. A nosotros nuestra libertad nos interesa.

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