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15 mar 2017

Total y absolutamente

El ocioso se aburre, no el que trabaja que en vez de aprovechar ese tiempo para ser feliz suele convertirse en un buscavidas. Esa gente ociosa se dedica a cuidar su epidermis con cremas incontroladas; algunas son tóxicas y afectan al cerebro y le hacen  ver delincuentes por doquier. En España hemos tenido más de un espectáculo judicial interno de este tipo. El art. 252 CP: "Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican" debe eliminarse o caerá en sus manos. Este artículo sería inadmisible en un régimen democrático.
Leo una noticia sobre que un imán ‘británico-iraní, Sr. Choudary que según parece es una de las voces autorizadas y más influyentes en Europa de la comunidad musulmana “ha vuelto a poner el grito en el Cielo”. Parece, pues, que no es la primera vez. En este caso su pretensión es acabar con la Semana Santa, dice que es “una ofensa” y “un menosprecio” a la religión del profeta. ¿De cuál diría yo? Hay 4 profetas mayores y 12 profetas menores en la Biblia, en el Corán está Mahoma; en libros más modernos hay otros; cada día aparece uno más
Dijo al “Daily Mail”: “La Constitución española de 1978 recoge que España es un Estado aconfesional y que ninguna confesión tendrá carácter estatal” para añadir luego que considera que “llevar a cabo todos los actos y liturgias propios del cristianismo durante la Semana Santa española, es una ofensa para los miles de musulmanes que se ven obligados a vivir su fe prácticamente en la clandestinidad”. Si su preocupación fuera legal debían preocuparle todos los ciudadanos; si sólo le preocupan los musulmanes su argumento es religioso; una incoherencia por recordar que aquí “ninguna confesión tendrá carácter estatal”.
Si los musulmanes “viven su fe en la clandestinidad” no es por falta de mezquitas para reunirse a rezar.  Además la fe, como creencia, sólo exige practicar aquello en lo que se cree siempre que no se sea ilegal. El rezo en común no es una obligación.
Aquí son legales las manifestaciones públicas: “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley” (art. 16.1 CE78) aunque la Semana Santa ¿es una manifestación o es un espectáculo?
Una manifestación de menos de 20 personas no exige ni informar al poder civil. Este no cobra a los que la ven aunque haya más. Pero  el Ayuntamiento cuando un espectáculo es público cobrar por permitir alquilar sillas en la vía pública. ¿Espectáculo o manifestación?
En el caso de obligar a alguien a asistir a la manifestación de la Semana Santa, cosa que no ocurre no habría ofensa; habría un delito: Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional (art. 19 CE78) derecho que también tiene un extranjeros que “gozará en España de las libertades públicas que garantiza el presente Título en los términos que establezcan los tratados y la ley” (art. 13.1 CE78).
Ojalá el Sr. Chouadry demande al Estado español ante el Tribunal de Estrasburgo al que reconoce como “la máxima autoridad judicial para garantizar los derechos humanos y libertades fundamentales en toda Europa. Entre ellos, la libertad e igualdad religiosa”. Sin duda recibirá la respuesta adecuada a su pretensión. Está acreditada la profesionalidad del Tribunal de Estrasburgo. Lo que me sorprende es que de los 1,8 millones de musulmanes que al parecer hay en España ninguno se quejara de estar “discriminados por la política del Estado”. ¿Quisieron hacer ellos alguna manifestación y no se lo permitieron? No lo creo.
La coda no puede ser más incoherente y tiene un cierto tono de amenaza: Velamos por el bienestar de los musulmanes en toda Europa. No vamos a dejar que se menosprecien y rebajen los derechos de nuestros hermanos. El Islam, en unos años, será la principal religión de todo el continente. Ya es hora de decir bien alto ‘¡Europa, aquí estamos!

En los países laicos, no en los musulmanes que no lo son, la autoridad protege los derechos fundamentales de todas las personas, sean o no musulmanes y de ese modo resulta protegido el orden público. El camino para proteger aquellos y éste es que las religiones del estado estén separadas lo más posible; es decir, total y absolutamente separadas.

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