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6 mar 2017

Populismos: seamos realistas ...

.... pidamos lo imposible. Eso gritó la juventud en Paris en mayo del 68. Fue una fecha en la que la juventud y los meno jóvenes teníamos esperanza en un futuro mejor que nos esperaba y que había que hacer algo para conseguirlo. Nuestros representantes no nos representaban. Confiados en la democracia representativa hicimos oír nuestra voz, ¡aún bajo las dictaduras!
Era un voz lleva de ilusión, una voz llena de encargos, una voz que los que peor nos representaban sintieron como una patada en las posaderas; pero era lo que en los partidos de rugby se llama una “parada a seguir”. Un echar el balón hacia delante porque ese es el camino por el que queríamos vivir nuestras vidas: el camino del progreso, no el camino del retroceso.
Sólo hicieron algo de caso; los que no estaban en esas manifestaciones, estaban siendo realistas preparándolo en silencio el retroceso antes de que el populismo fuera demasiado lejos. Hoy los hijos de esos no manifestantes han alcanzado el poder político y gobiernan desde el parlamento representativa de los países democráticos y de las dictaduras monárquicas.
Tras una breve mejora para calmar los ánimos los hijos de aquellos jóvenes y ellos mismos ya no tan jóvenes han salido a la calle y han vuelto a decir: “no nos representan”; otro grito para el mismo problema. Los dueños de las posaderas no representativas se han molestar al recordarles que la “patada a seguir” tenía que ir en el sentido casi opuesta al que ellos quieren, los representantes de nosotros que nos sentimos mal representado. ¡Algo falla aquí!
No se puede, dicen los que “no nos representan”, cambiar las cosas no es tan fácil. Mienten como bellacos; la realidad del último siglo demuestra que “si se quiere se puede”.
No se puede proponer que los esclavos sean libres porque se desbarata la economía.
Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. La esclavitud es ilegal.
                No se pude proponer que todos los varones puedan votar si no pagan impuestos.  Quien no paga impuestos no tiene derecho a decir cómo se invierten los impuestos del Estado.
Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. Hoy votan los pobres
No se pude proponer que todos los varones puedan votar aun siendo analfabetos porque si no saben leer y escribir no saben lo suficiente para poder elegir a sus representantes.
Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. Hoy votan todos.
                No se puede proponer que todas las mujeres puedan votar aun siendo alfabetas. La ciencia “demuestra” que su cerebro es más pequeño que el de los varones y eso las incapacita.  
Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. Hoy votan todas.
                No se puede proponer que todo el mundo tenga acceso a la educación financiada con los impuestos. La sociedad es jerárquica y debe haber pocos mandando y muchos sirviendo. Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. Lo están consiguiendo.
                No se puede proponer que todo el mundo tenga acceso a la sanidad financiada con los impuestos. La sociedad puede financiar parte pero es justo que quien enferme más pague más. Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. Lo están consiguiendo.
                No se puede proponer que todo el mundo tenga acceso a la justicia financiada con los impuestos. La sociedad no puede financiar a los que quieren más justicia de la necesaria. Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. Lo están consiguiendo.
No se puede proponer que todo el mundo tenga acceso a decir lo que piensa protegida por la policía. La sociedad siempre ha utilizado la policía para que la gente calle y obedezca. Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. Lo están consiguiendo.
                No se puede proponer que todo el mundo tenga un empleo digno que le permita mantener a su familia. ¿De dónde saldrían los beneficios si no se explota a los trabajadores? Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. Lo están consiguiendo.
                No se puede proponer que todo el mundo tras terminar su vida laboral tenga derecho a percibir a cuenta de la riqueza producida y los impuestos pagados una pensión digna. Eso decían los abuelos de los representantes que no nos representan. Lo están consiguiendo.

Los representantes que “no nos representan” creen que ser realistas y que pedir lo imposible es populismo. Así acreditan que no nos representan confiados en los votos que aún logran. Reflexionen: se puede engañar una persona un millón de veces pero no se puede engañar a millones de personas millones de veces. Hasta el más tondo deja de serlo algún día.

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