Hoy los medios de comunicación nos dan la noticia de
que la Comandante Cantera (Dª Zaida) ha sido dada de baja en el ejército.
Deberían de poner las banderas a media asta en todas las instalaciones
militares del país.
En la hoja militar de cualquier soldado pone, o ponía
al menos cuando yo hice el servicio militar en el epígrafe: Valor: se le
supone. Esta hipótesis se modificaba por la nota: demostrado en combate, en el
mejor de los casos o su ausencia si no se demostró.
A la hora de establecer la magnitud o la ausencia de
valor se tiene en cuenta si las fuerzas a las que se enfrentó el militar en
cuestión eran o no superiores a las fuerzas que estaban bajo el mando del
militar. Es evidente que la desproporción existente entre la magnitud y
potencia de fuego de sus adversarios y la de la comandante la desproporción era
claramente desmesurada en su contra.
Otro de los elementos de valoración de su calidad en
defensa de lo que son los valores que estaban en juego, la comandante ha
defendido los valores constitucionales de la honradez, la decencia, el respeto
a la autoridad y la persecución del abuso que son propias de la sociedad y no
pueden ser ajenas a las fuerzas armadas que protegen a esa sociedad.
Otro de los elementos de valoración de su calidad
militar lo es si el enfrentamiento se produjo en campo abierto o si la defensa
se produjo en situaciones donde hay sospechas de traiciones por parte de
quienes tendrían que haber sido sus colaboradores en la defensa. También sobre
este particular la Comandante ha demostrado su calidad.
Otro elemento digno de valoración es el del
mantenimiento de la firmeza y estabilidad mental mientras duró el
enfrentamiento sin perder en ningún momento el control de su capacidad. Y eso
fue lo que demostró durante la batalla sin perjuicio de que finalizado el
combate haya sufrido un stress post-traumático como consecuencia del mal trato
recibido durante el tiempo que duró el combate.
Es larga la lista de personas que han de mostrado su
absoluta indignidad moral, la falta de ética, la ruindad social desde todos los
puntos de vista que uno pueda imaginarse. Muchos siguen en sus puestos, otros
han ascendidos pero no haremos la lista sino que exponemos que el paradigma de
su comportamiento ha quedado públicamente demostrado con las declaraciones del
Ministro de Defensa que si tuviera vergüenza debería haber presentado su dimisión
antes de que el sol del día siguiente pudiera ver lo que pasó.
La laureada de San Fernando es una distinción militar que se otorga para "honrar
el reconocido valor heroico y el muy distinguido, como virtudes que, con
abnegación, inducen a acometer acciones excepcionales o extraordinarias,
individuales o colectivas, siempre en servicio y beneficio de España".
El
valor heroico ha quedado acreditado por la inmensa superioridad de las fuerzas
a las que se enfrentó con valentía y sin disminuir en la defensa de la dignidad
propia de un militar.
La abnegación quedó demostrada viendo
como resistió sin ceder a las presiones del enemigo y mantuvo el honor militar
por encima de toda corruptela a costa de su propia vida.
La inducción a acometer acciones excepcionales
o extraordinarias, allí donde otros militares habían fracasado convirtiéndose
con su acción individual a promover un ejemplo a seguir por otros militares
siempre en servicio y beneficio de España”.
No cabe
esperar que este ministro ni este Gobierno que lo ha seguido manteniendo como
miembro sea capaz de promover esta concesión; es dudoso que siguiendo los
procedimientos endógenos de la concesión se le llegue a conceder, pero todos
los españoles pensaríamos que algo está empezando a cambiar en España -
desapareciendo el olor de corrupción que Hamlet percibía en Dinamarca - si el
próximo ministro de defensa propone que se estudie la concesión de esta
dignidad a la Comandante Cantera.
Es una deuda
que tenemos todos los españoles con la mejor comandante que ha tenido el
ejército y que, para su desdoro, ha perdido para el futuro.
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