El caso de la Srª Aguirre se
pasa ya de la raya. No tiene la disculpa moral de que sea una “pobrecita
sexagenaria que ya empieza a tener Alzeimer”; es que se trata de una mentirosa
compulsiva o premeditada, lo cual tendría mucho más “delito”, como diría un
castizo por la mala fe que indicaría.
Según parece ella misma ha
dicho se dedica a jugar con los periodistas para ganar publicidad gratis a base
de decir una mentira, una patochada o cualquiera de las “genialidades” que la
caracterizan, claro que siempre en descrédito de alguien, cada uno da lo que le
sale del cuerpo, con lo que provoca un pequeño escándalo que le garantiza las
portadas y una nueva portad al día siguiente con el desmentido.
En ése momento en el colmo del
descaro, muy suyo, todavía pretende aparecer como una persona de elevada
catadura moral diciendo “a mí no me duelen prendas corregirme cuando me equivoco;
ojalá eso le pasara también a los demás”. Mire Vd. Srª Aguirre lo que se espera
de un candidato es que piense antes de hablar y que porque ha pensado
correctamente y se ha informado como Dios manda no tiene que rectificar.
Pasarse todos los días diciendo falsedades y rectificándolas no es índice de
calidad moral, sino de ser un badulaque.
Que se sepa:
1.-Ha mentido cuando dijo que nunca había hablado con
Bárcenas,
2.- Ha mentido cuando dijo que no conocía a ese Diputado
del que fue testigo en la boda
3.- Ha mentido cuando dijo que no tenía amistad con el
imputado Sr. Granados
4.- Ha mentido cuando dijo, porque rectificó
inmediatamente, que sólo ponía la mano en el fuego por el Sr. González.
Ciertamente no cabe un acto de mayor deslealtad con quien con “su divino dedo”
acaba de nombrarla candidata a la Alcaldía de Madrid.
5.- ….
Es admisible, porque eso
“objetivamente” no agravia a nadie, decir que no pone la mano en el fuego por
nadie salvo por ella misma - entendemos que mentiras aparte - pero después de
sus defensas de tanto posteriormente imputado en la Gürtel su Presidente se
merecía ¿la mentira? de decir que confiaba en su honradez aunque, si se diera
el caso, luego tuviera que decir que “fue sorprendida en su buena fe, como ha
hecho con todos de los que ha hecho leña cuando fueron árboles caídos, que
menos besos en la boca tuvo de todo con el Sr. Granados como demuestra esa
hemeroteca ¡que ésa sí que no miente!
Pero, en fin, mientras todas
esas mentiras, navajazos y deslealtades se refieran a la gente de su cuerda,
allá ellos con las cuchilladas que se den dentro de la manada, aunque debería
preocuparnos la mala voluntad que revelan, porque me temo que siempre
acabaremos pagándolas nosotros.
Lo que ha hecho con la Srª
Carmena, que ha admitido con elegancia unas disculpas inadmisibles, y con todos
los jueces del cuarto turno, con los que todavía no se ha disculpado, me parece
una verdadera muestra de su catadura moral.
En primer lugar, es infame su
desprecio a la calidad como jueces de los “jueces del cuarto turno” al negarle
el derecho a su denominación de jueces. Son dignísimas personas que como profesionales
han acreditado sobradamente su competencia, no aprobando unos ejercicios de
oposiciones durísimos en los que demostraron más conocimientos que sus
competidores todos ellos muy bien preparados sino que han demostrado su
capacidad jurídica tras muchos años de ejercicio profesional que es, sin duda,
una vía de selección tan exigente, aunque de otra naturaleza que la de la
oposición. De hecho ésa es la vía de selección que se sigue en otros países.
En segundo lugar, lo que dijo
fue OTRA mentira. Y fue una mentira no nos creemos que fuera un error, como
ahora pretende, sino una mentira, y además una mentira con el ánimo de
desprestigiar la profesionalidad de otra candidata y, gratuitamente, de todos
los jueces del cuarto turno. Y aunque lo jure por sus muertos todos tenemos
derecho a pensar que nos estaría mintiendo dado el historial de mentirosa que
acredita su conducta política ¿o no?,
Qué desgraciado país es éste
donde se permite que un candidato mienta todos los días. Como siga así, pronto
llegará a las 70 veces 7, que puso como límite Cristo para poder negarle el
perdón a alguien ante la evidencia de su falta de arrepentimiento.
En esa Inglaterra de la que
tanto presume o en esos Estados unidos cuya rabioso capitalismo salvaje quiere
imitar la hubieran descabalgado taras la primera mentira y hubiera tenido que
dedicarse a trabajar como técnico de lo que sea que es con la oposición que
ganó, pero hubiera sido barrido de la política por su propio partido cuando era
concejala.
En los USA y en Inglaterra, en
Francia y en Alemania, en Portugal y en ….. en todos los países decentes ningún
partido tolera a un mentiroso. En el PP de España no sólo los toleran sino que
en muchos casos, como en éste, los designan como candidatos por ser, ¡no me
cabe la más mínima duda!, “lo mejor” de todo lo que tienen.
Si los madrileños siguen
votándola estará demostrado, los que la voten, claro está, cuáles son sus referentes
éticos. Aunque sólo obtuviera un 5 % de los votos, deberíamos de preocuparnos
por la calidad del nivel ético que demuestran tener los ciudadanos de esta
ciudad.
Si obtiene más ¿qué quiere que
le diga?
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