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27 may 2015

La Unión Europea acaba de sancionar a España por haber falseado las cuentas. El Gobierno dice que él no piensa pagarla porque el falseamiento no lo ha hecho el Gobierno sino la Comunidad Valenciana. En la Comunidad Valenciana dicen que el multado ha sido el Reino de España y que por tanto lo tiene que pagar el Gobierno de España.
El razonamiento parece lógico pero de seguirlo  hasta sus últimas consecuencias si la trampa la hizo el Reino de España tendría que pagarlo el Rey de España. ¿Por qué nosotros que sólo somos súbditos si él es el “soberano”? Bromas aparte, ¿Vd. cree que es una broma?, quien debe pagar es quien la hizo.
La trampa no la hacen las instituciones sino las personas que se aprovechan de que están dirigiendo esas instituciones; unas personas a las que los demás, Vd. y yo, les pagábamos un sueldo para que gestionaran bien la institución, no para que hicieran trampas, no para que nombraran a corruptos; no para que no vieran sus corrupciones ¡porque confiaban en ellos!; ¿o es que todavía vamos a tener que compadecerlos por el “disgusto que se han llevado” al haber sido víctimas de un abuso de “su buena fe”?
Va siendo hora de que aunque las instituciones y las empresas sean responsables civiles subsidiarios, esas empresas e instituciones repitan la exigencia de pago al autor del fraude, del engaño, ¡como exige la ley!; de lo contrario la situación es la de una “patente de corso para delinquir” porque al final pagamos las mismas víctimas del delito o falta cometido como ha pasado con el rescate a los bancos.
La persona política autora del fraude, los asesores corruptos que lo llevaron a cabo y, en su caso, los funcionarios que teniendo la obligación de oponerse a ello colaboraron activa o pasivamente permitiendo que se llevara a cabo sin oponerse o sin denunciarlo ante la autoridad competente - eso está tipificado como un delito de co-autoria -  deberán ser los últimos paganos con su propio patrimonio. Sólo en lo que por exceder su patrimonio no puedan pagar  lo pagarán la institución pero repercutirá sobre ellos como deuda lo que la ley permite imponer sobre su salario.
Cuando esto, que es lo que marca la ley, empezara a ser realidad la corrupción empezaría a disminuir hasta casi desaparecer.  Para eso sólo es necesario:
1.-  que cada vez haya más jueces que no admitan las auto-confesiones de las esposas reconociendo que son tontas - lo cual es una actitud sexista - y que no se enteran de todo lo que está pasando a su alrededor en su casa porque viven rendidas de amor al seductor marido con el que se han casado en el cual confían tan plenamente que firman todos los papeles que les pongan a la firma.
2.- que cada vez haya más jueces que no admitan las auto-confesiones de las secretarias y demás trabajadoras de una empresa que reconocen también que son tontas - lo cual es una actitud sexista - y que no se enteran de cuál es la naturaleza de su trabajo, es decir, que no saben si están trabajando para un proxeneta, para un traficante de droga o de armas,
3.- que cada vez haya más jueces que no admitan las exculpaciones del personal sanitario que cuando muere una persona por un error médico dicen que ellos lo que han hecho ha sido aplicar el protocolo en lugar de decir que el protocolo está mal hecho y que ellos no saben pensar y que, si hay que pagar algo por el error que lo pague la seguridad social, donde estamos todas sus víctimas, y no ellos.
4.- Que cada vez haya más jueces que no admitan las exculpaciones del personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que digan que ellos lo que hacen es cumplir las órdenes y que si les mandan aporrear aporrean en lugar de cumplir con el art. 9 CE78 y de rechazar la “obediencia debida” como se hacía bajo la dictadura militar y que hoy prohíbe la ley.
5.- Que cada vez haya más jueces que no admitan las disculpas de las autoridades, porque tampoco se las admiten a los ciudadanos que no lo son, de que si han cometido un delito de tráfico ha sido porque eran sexagenarias y débiles mujeres - de nuevo una actitud sexista - aunque sean unas políticas poderosas
Cada vez aparecen más jueces “que tampoco son tontos, ni sexistas”; que no aplican el protocolo y piensan; que “no ejercen la obediencia debida al poder ejecutivo” propio de la dictadura militar, como esa interina que se negó a ser cómplice en la corrupción y ha sido despedida o esos otros quizá menos heroicos pero igualmente valiosos que han filtrado documentos que pasaron por sus manos. ¿A qué esperamos para crear un movimiento ciudadano que defienda su integridad?

Eso nos lleva a la conclusión que gracias a los funcionarios que conocen y ejercen sus derechos incluso aunque sufran represalias Algunos dicen que es un delito filtrar documentos públicos pero no es cierto; eran documentos privados donde constaban delitos. Por definición un documento público no puede constar un delito porque los delitos son los ajeno que cabe concebir como parte de la función pública; es un documento privado escrito en papeles con membrete público, ¡que eso es otra cosa!

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