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13 ago 2014

La justicia o es universal o no es justicia

Leo el artículo "Justicia Universal: más política que derecho, del Catedratico de Derecho D. Rafael Domingo Oslé publicado en El Mundo del 13 de agosto pasado.
Desde mi punto de vista la política es un noble trabajo al servicio de la convivencia pacífica que sólo lo es si es justa. Dentro de esta definición la justicia es el último elemento, independiente del poder, al que recurre una sociedad democrática para resolver los conflictos del ciudadano con el poder que él eligió para su servicio o de los ciudadanos o de estos entre sí. Política y Justicia son así parte de un todo que, independientes, sirven al mismo soberano: al ciudadano.
La politización de la justicia no es, por tanto, un problema. El problema lo es la política injusta y corrupta que en vez de promover una justicia justa intenta también corromperla. Al final acaba consiguiéndolo. Se cuenta una anécdota de una reunión de embajadores en la que el embajador de la URSS, ya un tanto bebido, le dijo al embajador de Suiza: "siempre me ha llamado la atención de que Vds. que no tienen mar, tengan un Minitrio de la Marin" a lo que el embajador suizo contestó": "sorpresa por sorpresa a mí siempre me ha llamado la atención que Vda. tengan un Ministerio de Justicia"
Que la justicia tiene que rebasar los límites de los Estados es algo que sabemos desde que Vitoria y tantos otros crearan la doctrina del derecho internacional que no es otro que el de la justicia internacional. En su consecución se crearon en los últimos siglos instituciones política con el mismo objetivo, la mas digna, pese a sus fracasos, la Sociedad de Naciones. Hoy tenemos el Tribunal de Justicia Universal al que sólo no reconocen los países intrínsecamente no democráticos aunque lo sea "formalmente". , que no acatan los países no democráticos. Pese a ellos, algunos muy poderosos, la justicia universal había sido durante décadas más que una cuestión pacífica un glorioso éxito. España contaba desde 1985 con una regulación sobre jurisdicción universal que había llegado a ser, como la de Vitoria, un referente mundial como tuve oportunidad de recordar hace años con motivo de la inmunda acción de acoso y derribo del juez Garzón.
Recuerda el Prof. Oslé que uno de sus triunfos fue la famosa sentencia del Tribunal Constitucional en el caso del recurso interpuesto por la Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú por los crímenes de Guatemala.También que en 1998, el juez Garzón dio jaque a Augusto Pinochet, de viaje por el Reino Unido y revolucionó la justicia internacional creando una expectativa de justicia universal que lleno de alegría a "todos los parias del mundo". España recuperó su imagen de progreso al convertirse en la última opción de lograr justicia por las victimas despreciadas por sus políticos corruptos. Pronto la criminalidad internacional empezó a organizarse: primero por vía diplomática (China e Israel con Bush se sumaron los Estados Unidos.

Aquí ve el Prof. Olé el quid de la cuestión. Dice que "Estados Unidos es un país serio, que protege a sus ciudadanos, máxime si han prestado servicios concretos a la nación". Estamos de acuerdo si substituimos "serio" por "cómplice". A Kissinger le irritó que en 2002 Garzón solicitara información a la Interpol sobre su próximo viaje a Londres. El era autor criminal de la operación Cóndor que precedió al genocidio de Chile organizado por Pinochet y sus matones militares. Se tuvo que recluir en su país que le garantizaba impunidad  y tuvo que dejar de cobrar por sus conferencias por todo el mundo y chuleándose por sus crímenes.
En enero de 2003, Garzón criticó al Gobierno de Estados Unidos por la detención de sospechosos de Al Qaeda en la bahía de Guantánamo Bush no se preocupó. Para eso tenía a Aznar en España. La victoria de Rodríguez Zapatero en 2004 y la retirada de las tropas españolas de Irak enfriaron más una frías relaciones por haberse quedado sentado al paso de la bandera norteamericana en el desfile del 12 de octubre de 2003. La jurisdicción universal española comenzó a preocupar a los criminales de los EEUU.
Se quiso resolver tirando por elevación promoviendo la candidatura del juez Garzón a un puesto en un tribunal internacional donde, paradójicamente, tenía menos competencia porque carecía de la jurisdicción universal que tenía en la Audiencia Nacional. Fracasó según dice el Prof.Oslé por el eterno problema hispano: la falta del conocimiento suficiente del inglés imprescindible para acceder a puestos internacionales.No quedaba otra opción que echarlo fuera de la carrera judicial: y así se hizo.
El Prof. Oslé centra la operación criminal contra Garzón en el día 17 de marzo de 2009 cuando se interpuso una querella ante la Audiencia Nacional contra el ex Fiscal General de Estados Unidos y otros asesores de la Administración Bush por justificar la tortura en Guantánamo. Este primer embate, eficacísimo, forzó la modificación de la ley de jurisdicción universal. Ell Congreso de los Diputados la reformó por ley 1/2009, de 3 de noviembre y el presunto criminal Kissinger se reunió con sus "amigos del Club Bilderberg en Sitges.
Rajoy lo simplifico todo más a los criminales internacionales y fue recibido con honores en su primera visita a Estados Unidos de enero de 2014. Días después, cuenta el Prof Oslé, se inicio el trámite urgente para acabar con todo lo que se pudiera parecer a justicia universal. La dignidad y tensiones en nuestro país le trajeron sin cuidado: el amo es el amo
Ningún jurista puede estar en desacuerdo con el principio de universalidad de la justicia. El Sr Oslé dice que en la comunidad internacional hija de la globalización ya no caben los conceptos ni las  reglas de juego de la vieja comunidad internacional westfaliana, basada en el principio de independencia soberana. Pero los Estados Unidos quieren liderar el dominio del mundo con "pax americana" aunque para ello tenga ue violar los principios democráticos que dice defender. Por eso los Estados Unidos temen al juez justo que pueda existir allí donde su poder injusto - ¡sólo si "hace falta"!, claro está - no lo puede controlar. Por eso también rechaza a la Corte Penal Internacional. No saben reconocer que ya no son lo que fueron al final de 1945.
Rajoy está dispuesto a violar el principio de la justicia universal a cambio de un buen negocio. Es "bueno para el país", se justifica con la  misma justificación de los criminales internacionales. No se da cuenta que su tesis "que cada palo aguante su vela" devuelve a las víctimas el derecho a tomarse la justicia por su mano al impedir que las instituciones lo ejerzan más objetivamente. Al privar de competencia a la Audiencia Nacional como tribunal nacional de causas internacionales rebaja la presión sobre los demás países que ya no quedan en evidencia ante sus propios ciudadanos. 
El Prof. Oslé se manifiesta a favor de que la jurisdicción universal se restrinja en la era de la globalización, aunque sea una paradoja. Estoy en desacuerdo con la restricción y con su calificación de paradoja, es una estafa y también en que haya "por razones políticas internacionales de nuevo cuño". La causa "son las razones eternas del poder, todas de viejo cuño": el poderoso exige tener licencia para abusar. 

Las dos recientes reformas de la jurisdicción universal en España "obedecen a criterios políticos de abuso", no a "razonables" presiones procedentes principalmente de Estados Unidos, como dice el Sr.Oslé. China e Israel están también detrás. Son unas reformas que han entrado en el ordenamiento jurídico por la puerta trasera, de tapadillo como suelen hacer los del PP, los que nos metieron en la guerra de Irak. Sus jefes lograron cuantiosos beneficios económicos personales al acabar su mandato por la vía de la puerta giratoria. Todo criminal sabe que su credibilidad reside en pagar bien a los ejecutores de sus órdenes cuando ya no sirven para nada. Al pueblo, como siempre, se le engaña con cuatro patrañas.
En esta falta de democracia es en la que vivimos con el nuevo heredero de la herencia ilegítima recibida del dictador militar, que no porque la dictadura sea monárquica deja de ser dictadura. Sólo habrá democracia cuando recuperemos la república y con ella la educación del pueblo en la ética, en la democracia y en la dignidad de ser personas decentes, "las que prefieren morir de pié antes que vivir de rodillas".

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